Ha terminado definitivamente, o eso parece, la que considero una de las series más divertidas de los últimos años, por lo que toca hacer balance de la adaptación de la novela gráfica en varios tomos de Gerard Way y Gabriel Ba, una fusión de acción, comedia, ciencia ficción y superhéroes.
DE MÁS A MENOS
Si, esa ha sido la tendencia. La primera temporada fue para enmarcar, pura diversión y entretenimiento de historia de superhéroes jóvenes mezclados en una trama de saltos en el tiempo con tono apocalíptico pero que, en realidad lo que hacía es retratar a una familia disfuncional en todos los sentidos de la palabra. La segunda temporada era tan brillante como la anterior pero más grande, tanto en su presupuesto como en su ambición. Sin embargo, en la tercera, aunque también muy entretenida, ya se apreciaba un agotamiento de la fórmula, repitiéndose en su propuesta de salvar al mundo por enésima vez y resultando redundante en su humor. Tendencia que se ha confirmado en esta cuarta temporada, que incluso siendo más corta, ha sido más repetitiva, a pesar de intentar jugar con el cambio de poderes de varios de los personajes. No obstante, aunque la historia está cerrada y bien cerrada, se han dejado una puerta abierta por si quieren continuarla en un futuro. En conclusión, con eso y todo, creo que ha tenido un final emocionante, épico y, en definitiva, digno para una gran serie.
PERSONAJES COMO PROTAGONISTAS
Por mucha acción, efectos especiales, idas y venidas en el tiempo y demás, el secreto de la serie ha sido basarse plenamente en los personajes, y eso potencia mucho el trabajo de un reparto que ha estado de lujo, el casting es una auténtica maravilla. De tal manera que si en la primera temporada destacaba claramente Ellen Page (por entonces se llamaba así), en las siguientes lo hacían Aidan Gallagher (se le proponía como un posible Robin, de Batman) y Robert Sheehan (lo mismo pero para Jack Sparrow). Sin embargo, tengo que decir que en la última temporada, la mejor, y con diferencia, ha sido Ritu Arya. Su historia con Cinco (Gallagher) ha sido lo más interesante de esta cuarta temporada. Arya me ha llegado a conmover varias veces y en la parte final sus momentos son claramente los más emotivos.
INCLUSIÓN ¿FORZADA?
Mira que odio este concepto. Pero si inicialmente la serie me parecía un digno ejemplo de como se puede hacer una historia con personajes de todas las razas, personalidades, orientaciones sexuales e incluso estados psicológicos, de forma totalmente naturalizada y sin subrayados narrativos ni panfletarios, eso se va al traste en la tercera temporada. Lo dije en su momento, el cambio de sexo de Ellen Page a Elliot Page no solo es que sea respetable es que está en todo su derecho. Pero no entiendo porque tiene que afectar a la trama de ficción de la serie, cuando el cine está plagado de actrices interpretando a hombres (Tilda Swinton, Cate Blanchett) y hombres a mujeres (Eddie Redmayne, Cillian Murphy). Me explicaron que para Elliot Page podría ser demasiado duro verse a si mismo como una mujer y eso lo puedo entender. Pero no voy a mentir, Víctor no me interesa tanto como lo hacía Vanya, y eso no puedo cambiarlo. Pasó de ser mi personaje favorito a ser uno secundario. Y seamos francos, no lo habríamos admitido de personajes como James Bond o Catwoman? Pues Vanya era Violín Blanco. Y Víctor no. Ahora, ningún problema con ver a Elliot Page interpretando papeles masculinos de aquí en adelante.
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