David
Leitch ha sido el director de la primera de “John Wick”,
“Atómica”, Deadpool 2” y “Bullet train”. Son buenas
referencias, ¿no? A la última es a la que esperaba que se pareciera
más. No ha sido así. De hecho, esta no me parece mejor que ninguno
de los títulos anteriores. Es una película entretenida y bastante
divertida, pero ya está. Una especie de “screwball comedy”
porque juega en el terreno de la comedia romántica pero más hacia
la pelea de parejas y la parodia, solo que con mucha acción. Porque
se nota que el pasado de Leitch fue como doble (lo ejerció para Brad
Pitt y Van Damme) y coordinador de escenas de riesgo. De hecho, la
película es todo un homenaje a esos grandes olvidados del cine que
son los especialistas. Por tanto, se ha evitado al máximo la
utilización de efectos visuales digitales. Todas las escenas de
riesgos están hechas precisamente por especialistas y he de decir
que esto es lo mejor de la película porque se nota el realismo, la
ficisidad de las peleas, de los saltos, de las caídas, es palpable.
Hay una sensación de autenticidad, de cine de acción de antes. Y
eso se agradece mucho. Hace parecer a muchas de las películas que
podemos ver del género como videojuegos. Además, tanto Ryan Gosling
como Emily Blunt están muy bien y tienen mucha química. Y tiene
algún que otro cameo curioso. Así que si, película para pasártelo
bien pero ojo, no es “Bullet train” ni se le acerca. Podría
haber secuela. 6’5.
He
de decir que mi favorita de la saga no es la primera sino la segunda.
Creo que tiene más acción y es más divertida, y se notaba la
dirección de un Tony Scott que captó de maravilla la idea de buddy
movie que después aplicaría incluso de forma más acertada en “El
último boyscout”. Hago esta referencia porque esta cuarta entrega
me recuerda un poco a ella. Me ha parecido bastante mejor de lo
esperado. De hecho, es mucho mejor que la tercera, allá por los
noventa. Es más, esta última tiene más del cine de acción de los
ochenta que aquella.
Porque la película no esconde la búsqueda del efecto nostálgico.
Pero para que todo eso funcione necesitaban a un Eddie Murphy en
forma. Y resulta que lo está, he vuelto a reconocer a Axel Foley, y
se nota que el actor le tiene especial cariño al personaje. Además,
recupera a los compañeros que tenía en anteriores películas y le
agrega
alguno nuevo. Todo eso, incluso
la trama con la hija, me parece que le dan juego a un argumento que,
por cierto, es previsible a más no poder. Sabes quien es el villano
desde la primera vez que le ves, casi desde los créditos. Tampoco es
que hayan arriesgado movíendole una coma a la fórmula que sabían
que funcionaba. La cuestión es que me ha entretenido más de lo que
esperaba, teniendo en cuenta que mis expectativas no eran altas.
Ahora podría haber una quinta entrega y no me importaría verla.
6’5.
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