martes, 27 de agosto de 2024

Escenas Míticas: Saga Alien - Alien Covenant

 


   Querían a Alien y Ridley Scott se lo dio, anticipando su llegada en contra de sus propias intenciones, pues pensaba en traerlo en una supuesta tercera parte de una trilogía de precuelas que no llegó a concluirse, por desgracia, con un tercer episodio que se llamaría “Alien awakening” y que enlazaría directamente con “Alien, el octavo pasajero”. Scott volvía al terror, a la sangre y al gore.



   Pero el público, que ya se había quedado frío con “Prometheus” (sigo sosteniendo que es una muy buena película de ciencia ficción), no cumplió en la taquilla, recaudando esta casi la mitad que aquella, 240 millones de dólares, habiendo invertido 97 en ella. Es por ello que me parece una de las entregas más infravaloradas de la saga. Aunque no tanto por la crítica, que la puntuó bastante positivamente.


   No será porque no se empeñaron en que quedara claro que aquí sí se iban a ver xenomorfos, recuperando la palabra “Alien” en el título y juntándola con el nombre de la nave, Covenant . Palabra que hacía referencia al Arca de la Alianza, el que contuviera las Tablas de la Ley, donde figurarían los Diez Mandamientos. Si, el “Arca Perdida” de la primera parte de “Indiana Jones”.


   No es la única referencia cultural. Hay varios de tipo literario. Se menciona a Lord Byron y a Robinson Crusoe. Y al poema de Percy Shelley. “Ozymandias”, que habla de la decadencia de los líderes y de los imperios. Muy conveniente para el mensaje que el androide David quería transmitir, la decadencia de los Ingenieros, pero también de la especie humana.


   Aunque no iba a ser el título elegido. Iba a llamarse, “Alien, Paraíso Perdido”. Personalmente habría titulado todas las películas con el nombre de la nave o el planetoide en el que se desarrollaba la historia. Como mucho agregando la palabra Alien. Es decir, la primera se llamaría “Nostromo” o “Alien Nostromo” y así sucesivamente. Pero esto son cosas mías.


   Aquel verdadero villano era su protagonista, David, el androide interpretado en dos versiones por Michael Fassbender. Él era el verdadero antagonista y no el alien, que solo es el instrumento que utiliza para la destrucción de la especie humana. Ni siquiera la malvada Weyland Yutani lo era, pues David ya obraba al margen de ella, por propia decisión.


   Y aquí viene la auténtico mensaje de la película. La idea de que nuestra propia tecnología, las inteligencias artificiales, serán las que acaben con nosotros, alineándose con otras sagas de ciencia ficción como “Terminator” o “Matrix”. Como dijo, Stephen Hawking, un hombre cuyas ayudas tecnológicas contribuyeron a alargar su vida, que predijo que nos quedaban unos cien años antes de que las máquinas evolucionadas tomaran la imperfección humana como justificación para destruirla.


   Sin embargo, la motivación de David es uno de los sentimientos más propiamente humanos que hay, el odio.  David se sentía despreciado y ya en “Prometheus” hay varias frases en las que se percibe como las ofensas para su orgullo, tanto de su creador como del resto de los humanos. Además de ser desafiado a que él nunca podría crear. Pues toma creación, un alien capaz de acabar con cualquier forma de vida.


   Aunque lo que en realidad hizo es perfeccionar una especie que prácticamente se generó por casualidad, mediante el célebre líquido negro, que infectaba a las víctimas como un virus. A través de la experimentación, lo que además nos revelaba el aciago destino de Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), hizo que pasara por un huésped que completara su perfeccionamiento.


   A parte de Fassbender, el reparto lo completaban Katherine Waterston (se había pensado en Rebecca Ferguson, que habría sido mejor opción, la verdad), Billy Crudup, Damian Bichir, Danny McBride y Callie Hernández. Por su parte, Ridley Scott no había parado entre "Prometheus" y "Alien Covenant", dirigiendo "El consejero", "Exodus" y "Marte". Ahora estamos esperando su "Gladiator 2".


   Hay algunas curiosidades en la película. Se repite un comportamiento que ya habíamos visto, que alguien de la tripulación no deje entrar a un posible infectado, lo cual, aunque sea lo acertado, les dejaba como antipáticos para el público. Lo hace Ripley en la primera, Vickers (Theron) en "Prometheus". Y aquí Faris (Amy Seimetz). Otra, David le pregunta a Walter si alguna vez sueña, lo que podría ser un guiño al título original del libro en el que se basa "Blade Runner", "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?".

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