Cuando
estamos a punto de ver la enésima aparición de King Kong en la
gran pantalla, con la que parece que sí, que tras varios retrasos a
causa de los efectos de la pandemia, va a estrenarse en cines unos
diez meses más tarde de lo inicialmente planeado en el esperado
enfrentamiento con el otro gran monstruo del cine, Godzilla, vamos a
retrotraernos al origen del personaje, para lo que hay que remontarse
nada menos que 88 años.
Por
cierto, enfrentamiento que ya se llevó a cabo en el cine japonés en
la película que llevaba el mismo título que la que ahora se
estrena, “Godzilla vs King Kong", pero de 1962. La actual podría
considerarse un remake de ella pero argumentalmente parece que no
tiene nada que ver. Aquella se centraba en las peleas a muerte entre
estos dos grandes titanes y la nueva incluye otras criaturas y una
posible “alianza” entre Godzilla y Kong.
El
caso es que en 1933 se dio la primera aparición del más icónico
monstruo de la historia del cine. No fue la primera monster movie,
sin embargo. Antes tenemos la película muda “El Golem” de 1915.
Pero es justo considerar, por influencia posterior, su repercusión en
las películas de este género, que “King Kong” sea la madre de
las monster movies.
La
historia hace alusión al mito de la bella y la bestia por lo que a
lo largo de las diferentes versiones, el personaje de la bella ha
sido clave. A Ann Darrow la interpretó por primera vez Fay Wray. En
el remake de 1976, al cuál tengo especial debilidad por ser quizá
la primera monster movie que vi en mi vida, fue Jessica Lange (para
mi juicio la mejor Darrow de todas). Y en la versión de 2005, a
cargo de Peter Jackson, el papel fue para Naomi Watts. Casi cogida
por los pelos podría considerarse Brie Larsson aunque no como Ann
Darrow, por “Kong, la isla Calavera”.
El
monstruo tenía un esqueleto de acero recubierto de relleno de
algodón y cubierto de látex y pieles de oso. O sea, un peluche muy
muy grande. Para los efectos especiales se utilizó la técnica de
animación de paso por manivela. Técnica que años después perfeccionaría el mítico Harry Harryhausen en su stop – motion, el cual
utilizó en “Mighty Joe Young”, la secuela de “King Kong”.
Está
considerada la mejor película de monstruos de todos los tiempos. En
1991 fue designada por la Biblioteca del Congreso delos Estados
Unidos para su preservacion en el National Film Registry. Fue un
éxito de taquilla de la época. Costó 672000 dólares y recaudó
2800000. Además tuvo excelentes críticas y se convirtió en un icono
popular que ha inspirado videojuegos, dibujos animados, comics,
merchandising y abundantes referencias en otras películas como
“Jurassic Park”.
Le debe mucho a la adaptación de la novela “El mundo perdido” de
Arthur Conan Doyle que se hizo en 1925. Novela que también toma como
referencia “King Kong” junto a “ La tierra olvidada por el
tiempo”, de Edgar Rice Burroughs. Ambas toma un escenario común
para sus aventuras, una selva hasta arriba de animales prehistóricos
que parecen haber sobrevivido al margen del resto del mundo conocido
y civilizado. Justo lo que toma la película como planteamiento
inicial.
El
film fue producido por la RKO, que a muchos les puede sonar por haberse
ocupado de la producción de la que frecuentemente aparece como mejor
película de la historia, “Ciudadano Kane”. En la dirección
compartían labores Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Este
último había rodado varios documentales con simios cómo “Rango”
o “Chang”, en la que colaboró con Cooper. Esa y la de “King
Kong” son sus únicas participaciones juntos.
El
título iba a ser “La octava maravilla” con él se enviaron los
folletines publicitarios a los propietarios de los cines a quienes
les gustó más la palabra con la que llamaban al monstruo, Kong, y
le añadieron King, y eso fue lo que anunciaron en sus cines.
Finalmente trascendió King Kong como título oficial de la película.
Fue la primera en estrenarse los mayores cines de Estados Unidos.
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