FICHA TÉCNICA
Título: The End
Of The F***ing World.
Dirección: Jonathan Entwistle,
Lucy Tcherniak.
País: Reino Unido.
Año: 2017.
Duración: 20 min
(8 episodios).
Género: Comedia,
drama.
Interpretación: Alex
Lawther, Jessica Barden, Gemma Whelan, Wunmi Mosaku, Steve Oram, Christine
Bottomley, Navin Chowdhry, Matt King, Eileen Davies, Jayda Mitchell, Jack Veal,
Polly Kemp, Jonathan Aris, Alex Sawyer, Barry Ward, Kierston Wareing.
Guión: Charlie
Covell, Chuck Forsman, Jonathan Entwistle (Cómic: Chuck Forsman).
Producción: Kate
Ogborn.
Música: Graham Coxon.
Fotografía: Justin Brown, Ben
Fordesman.
Distribuidora: Netflix.
CRÍTICA
SINOPSIS: Dos
adolescentes escapan de sus respectivos hogares, hartos de las vidas en las que
están inmersos, y se embarcan en un viaje a lo largo del país, lidiando con
toda clase de situaciones y sobrepasando la línea de la ley.
LO MEJOR: Gran sorpresa la que me h llevado con
esta superminiserie (algo más de dos horas y media en total). Una muy británica
tragicomedia de pronunciado y ácido tono satírico pero cargada de dramatismo
enmascarado por un humor negrísimo que hace que te rías no pocas veces, aunque
cuando te paras a pensar te das cuenta de que en realidad la historia es
bastante dura y que no tiene nada de gracia. Pero seguidamente vuelves a
desternillarte. Una atípica historia de amor entre un chico que está convencido
que es un psicópata y una chica muy cabreada con el mundo. Es tan atípico el
inicio de su alianza que él solo accede a escaparse con la intención de matarla
en algún momento. Es cuando ambos empiezan a advertir que comparten
sentimientos parecidos acerca de sus vidas, como infelicidad, frustración y
desconexión, además que a los dos les falta una de las figuras parentales. Pero
a lo largo de la serie veremos que en realidad no son tan diferentes de cualquier
otro adolescente, y que su deseo es encajar en el mundo, compensar sus
convulsos pasados que les hacen sentirse incompletos. Y esa sensación solo la
consiguen estando juntos. Es por eso que, sin ningún artificio romántico, la
historia llega a conmover. Son solo ocho capítulos de unos veinte minutos cada
uno, cada uno representa un paso en la historia, lo que contribuye a que se
pase volada y se haga cortísima.
Interpretación: Quien sea seguidor de
la serie “Black Mirror” recordará a Alex Lawther en un episodio que también
vaya tela “Cállate y baila”. Pues a quien le gustara allí, aquí les va a
encantar porque está magnifico. Pero es que luego ves a Jessica Barden y está
incluso mejor, que ya es decir. Dos enormes interpretaciones que sorprenden por
su frescura. Para colmo, la química entre ambos es total y absoluta, y si bien
por separado sus actuaciones no se resienten, es cuando están juntos cuando dan
su mejor rendimiento. Tampoco hay que perderse a la pareja de policías, Gemma
Whelan (Yara Greyjoy en “Juego de tronos”) y Winmi Mosaki, especialmente la
primera.
Escena (spoiler): No será por
situaciones rocambolescas, así que solo destacaré unas cuantas. Como la huida,
robando el coche y propinándole al padre un puñetazo para luego una de las escenas
más cómicas con el accidente y posterior debate sobre si explotaría o no,
siendo finalmente que sí. Como cuando él paga a unos chavales para que le
peguen una soberana paliza, ante el dolor del abandono de ella, que duró poco,
la verdad. Es bastante importante el flashback donde se narra el suicidio de la
madre ante sus ojos. Y es significativa la clase de personas que se encuentran
por el camino, como el acosador de menores (al que roban), el psicópata
violador, que casi agrede a Alyssa
(Barden) y que James (Lawther) apuñala en el cuello y lo mata para defenderla
(donde, por cierto, se da cuenta que no es un asesino) o el propio padre de
ella, un perdido de la vida que la abandonó, al que piden ayuda y termina
traicionándolos, y que también apuñalan en una pierna. El final es muy
dramático, donde la pareja se da cuenta que no pueden estar separados. Da lugar
perfectamente a una segunda temporada.
LO PEOR: Hay que sobrepasar los dos primeros
episodios, que no es que sean lo más agradable del mundo. Cuesta eso más o
menos cogerle el sentido del humor y apreciar el valor de lo que nos cuentan.
Pero dos episodios suponen solo cuarenta minutos, tampoco es tanto pedir.
CITAS: “Soy
James. Tengo 17 años y estoy bastante seguro de que soy un psicópata”. “A veces
tengo ganas de darle un puñetazo en la cara a mi padre”. “Creo que podría
enamorarme de él”. “Adivinas a que huele la libertad”. “Estar cabreada y triste
al mismo tiempo realmente me excita”. “Ella hacía que sintiera cosas. Y eso no
me gustó nada”. “Alyssa es muy buena para molestar a la gente”. “Nadie se
detiene por bichos raros, salvo por otros bichos raros”. “Quien dice que todos
los chicos están obsesionados con el sexo no conoce a James”. “Fui bueno en no
sentir absolutamente nada. No tuve que intentarlo. Simplemente no lo hice”
REFERENCIAS: Tiene bastantes nexos
con otra road-movie, “Thelma y Louise”. Son una especie de “Bonny and Clyde”
novatos, o unos “Asesinos natos” adolescentes. Se basa, en la novela gráfica
homónima de Charles S. Forsman.
CONCLUSIÓN: 7. Brillante
tragicomedia en forma de road movie negrísima a lo Bonny & Clyde
adolescente.
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