FICHA TÉCNICA
Película: Ready
Player One.
Dirección: Steven Spielberg.
País: Estados Unidos.
Año: 2018.
Duración: 140 min.
Género: Ciencia
ficción, aventuras, acción.
Interpretación: Tye
Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, Simon Pegg, T.J. Miller,
Hannah John-Kamen, Win Morisaki, Philip Zhao, Julia Nickson, Kae Alexander,
Lena Waithe, Ralph Ineson, David Barrera, Michael Wildman, Lynne Wilmot, Carter
Hastings, Daniel Eghan.
Guión: Ernest
Cline, Zak Penn (Novela: Ernest Cline).
Producción: Donald
De Line, Dan Farah, Kristie Macosko Krieger, Steven Spielberg.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Distribuidora: Warner
Bros.
CRÍTICA
SINOPSIS: En
un futuro cercano, 2045, la gente pasa la mayor parte del tiempo conectada a
una red virtual llamada Oasis. Cuando su creador muere, deja un juego cuyo
premio para el ganador es toda su fortuna y el control de Oasis, lo cual desencadenará una dura pelea
por conseguirla.
LO MEJOR: Menudo regalo que nos ha hecho el amigo
Steven. Todo un caramelo para los ojos. Un espectáculo visual increíble del que
no se puede perder ni un segundo, del que, si pestañeas, perderás uno de los
múltiples guiños. Y no, no puede acusársela de abusar de este recurso pues éste
no es tal. No es un truco, es la excusa perfecta para que sean la decoración
predominante, casi diría que apabullante, de la película. Porque la cantidad de
referencias a la altura pop ochentera es interminable. Llevaría varias vidas
identificarlas todas. Películas, series, música, juguetes y, sobre todo,
videojuegos, de esa década mágica (no exclusivamente) danzan ante nuestros ojos
de forma ininterrumpida durante 140 minutos absolutamente trepidantes, donde
Steven Spielberg les da un soberano bofetón a todos los creadores de
blockbusters, demostrando que se puede hacer una película de espectáculo para
romper las taquillas, pero sin renunciar al alma y el corazón. Porque Spielberg
ha vuelto a regalarnos un film para toda la familia, que gustará a todas las
edades por su vistosidad pero que se meterá en el bolsillo a todo el público mayor
de treinta años propiciando una regresión a sus pasados, a sus infancias, en
las que el propio director ya marcó con sus mejores películas. Pues es su
regreso al género fantástico, a la ciencia-ficcion y a las aventuras que
hicieron que nos enamoráramos de su cine. Para ello ha realizado no pocos
cambios en la historia original, para hacerla más fluida y con tempos distintos
(la novela se desarrolla en como un año y la película en días). Y también para
hacer más comprensibles y menos específicos, para el público ciertos momentos
importantes de dicha historia. Además de los que hayan obligado a sustituir por
no conseguir todas las licencias de explotación de imagen.
Interpretación: No son precisamente
las interpretaciones lo más importante del film y tampoco había mucha
posibilidad de ello pues permanecen poco en pantalla. Uno les coge más cariño a
sus avatares que a los actores. De tal manera que incluso los protagonistas,
parecen secundarios en comparación con sus avatares. Y si cambiáramos a Tye
Sheridan o Olivia Cooke por otros actores, apenas notaríamos la diferencia. Si
tienen más presencia, en comparación con sus roles en el libro, los personajes
de Ben Mendelshon (nuevamente de villano) y Mark Rylance, uno de los más
carismáticos.
Escena (spoiler): El acertijo de “Juegos
de guerra” del libro se ha sustituido por una espectacular carrera de múltiples
vehículos que nos serán familiares y a bordo de la moto de Akira y el Delorean
y perseguidos por un tiranosaurio Rex y King Kong. Casi nada. Es comprensible
el cambio. Hasta dos veces, desde diferentes ángulos podemos verla y así
conseguir la primera llave. Para la segunda, y éste es también un cambio
notable, probablemente por algún tema de derechos de imagen, en lugar del
Edificio Tyrrell de “Blade Runner”, tenemos el hotel Overlook de “El
resplandor”. Con diferencia ésta es mi secuencia favorita, toda ella entera.
Sin embargo, el atentado a las torres de caravanas es idéntico y el baile
(visualmente precioso) muy similar. La batalla final es sencillamente un
escándalo, con otro festival de guiños y un enfrentamiento entre el Gigante de Hierro y el Mecha Godzilla impresionante. Y podría seguir.
LO PEOR: Ya puedo ver a todos los
incondicionales del libro, entre los cuales me encuentro, protestando por las
libertades que se han tomado con el texto original. Pero el propio escritor,
Ernest Kline, esta como co-guionista para asegurar que el espíritu y el sabor
que te deja sea el mismo. Lo que si hay que reconocer es que la trama en si es
bastante simple y que la parte que transcurre en la realidad baja bastante de
la virtual y uno desea constantemente que vuelvan a Oasis.
CITAS: “Las personas vienen al OASIS por todo lo que pueden hacer. Y se quedan
por todo lo que pueden ser”. “Un mundo donde los límites de la realidad son los
de tu propia imaginación”. “Como muchos de vosotros, vine para escapar. Pero
encontré algo mucho más grande que yo. La amistad... y aunque suene cursi... el
amor. Ayúdanos a salvar OASIS”. “Algunas personas pueden leer Guerra y Paz y
salir pensando que es una historia de aventuras simple... Otros pueden leer los
ingredientes en un envoltorio de goma de mascar y descubrir los secretos del
universo”.
REFERENCIAS: Desde luego no voy a
enumerar todas las referencias a la cultura pop recogidos en el libro homónimo
de Ernest Kline. Toda la película podría ser un gran capítulo de la serie
“Black Mirror” en cuanto a representar un mundo futuro distópico y apocalíptico
donde la gente prefiere estar metida en un mundo virtual que en su propia vida.
Pero ya “Tron” planteaba introducirse en un videojuego. Incluso tiene algunos
detalles que recuerdan al “Origen” de Nolan, en cuanto a estar en la realidad y
la ficción a la vez. Por cierto, la película casi podría ser más emparentada
con la animación.
CONCLUSIÓN: 8’5. Un regalo visual
de Spielberg cargado de nostalgia hasta los topes, en el regreso a su género genuino.
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