Nos metemos
ahora en el terreno de las artes marciales. Pero hay que acentuarlo, que en
cuanto a deporte las artes marciales en el cine es una temática tan recurrente
y que cuenta con numerosísimos títulos, gran parte de ellos en el terreno de la
serie B, que se ha constituido como un subgénero en si mismo. Sin embargo, ya
no son tantos los que lo han tratado como una disciplina deportiva.
Al frente de la
dirección estaba todo un especialista en la materia, John G. Avidsen, a quien
se le recordará siempre por “Rocky”, por la cual ganó el Oscar. Luego repitió
con la quinta entrega con bastante menos acierto. Y también se ocupó de las
secuelas de “Karate Kid”. En ésta, hizo una película de marcado tono juvenil,
donde introducía el trasfondo del bullying. Aunque el mensaje venía a decir “si
te pegan, aprende a pegarles a ellos”, lo cual no es que fuera precisamente muy
pedagógico.
Aunque en
realidad la película de lo que habla es de la relación de amistad que se
produce entre el aprendiz y el maestro, donde éste ultimo no solo le enseña a
luchar a su pupilo, sino que le da lecciones sobre la vida. Es también, el encuentro entre dos culturas tan distintas como la occidental y la oriental.
Toma como punto
de referencia el cuento “A veces el corazón de la tortuga” de Kenzaburo Oe.
Pero vamos, que la premisa es bastante simple y típica, un chico que es
frecuentemente acosado y apalizado por un grupo de malotes y que aprende a
defenderse y darles en los morros. Y la fórmula tuvo tanto éxito que tuvo no
pocas copias e incluso hoy en día, es una película a la que se la recuerda con
gran cariño por parte del público.
Sin embargo, he
de decir que, para ir de karate, no tiene un gran nivel de artes marciales, los
movimientos que vemos son bastante básicos, cualquiera que haya practicado este
deporte en alguna ocasión, por muy poco que haya sido, sabe bastante más que el
protagonista. La prueba es que no hay grandes combates, ni vistosas
coreografías, aunque esto favorecía la verosimilitud. De hecho, incluso en el
campeonato final, las peleas son cortísimas.
Es más, la
película estaba protagonizada por un actor que a todas luces no había
practicado artes marciales en su puñetera vida. Lo vuelvo a decir, también
la hace más veraz que ver a un Jackie Chan, Jet Li, Bruce Lee o Van Damme en el
papel principal, actores que frecuentemente diseñaban sus propias coreografías
de lucha.
Ese
protagonista era Ralph Macchio que venía de aparecer en el “Rebeldes” de
Francis Ford Coppola y que fue el inicio de toda una generación de jóvenes
talentos como Matt Dillon, Rob Lowe, Diane Lane, Patrick Swayze, Emilio Estevez
o Tom Cruise. Curioso es que precisamente Macchio, tras la saga de “Kárate Kid”
no ha tenido demasiado éxito, por no decir ninguno.
Un poco más de
lo mismo para Pat Morita, el inolvidable Señor Miyagi, que incluso fue nominado
por ese papel y que después se ha mantenido casi siempre vinculado a películas
de artes marciales, incluida una versión femenina de ésta, “El nuevo karate
kid” con una jovencita Hillary Swank como aprendiz. Se podría decir que la que
tuvo una carrera profesional más provechosa fue Elizabeth Shue, llegando a
estar a punto de ganar el Oscar por “Leaving las Vegas”.
La película
tuvo criticas mayormente positivas y al público que le encantan estas historias
de superación, les conquistó. Costó 8 millones de dólares y recaudó 90 en
taquilla. Tuvo dos secuelas más “Karate kid 2, la historia continua” y “Karate
kid 3, el desafío final”, esa especie de spin-off que comentaba “El nuevo
karate kid” y un reboot “The karate kid” con Jackie Chan de maestro y Jaden
Smith (hijo de Will Smith) de aprendiz. Esta pendiente el estreno de la serie
“Cobra kai” (la escuela de donde era la pandilla que acosaba a Daniel San)
recuperando a Ralph Macchio y William Zabka, pero treinta años después.
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