Los Libros de Zoe: Los ritos del agua

   AUTOR: Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972). Publicación: 2017. Género: Suspense. Los ritos del agua es su segunda y esperada entrega de la trilogía de “La ciudad blanca”.

   SINOPSIS: En esta novela se suceden dos tramas que se entrelazan para dar sentido a la novela. Por un lado, lo ocurrido en 1992 en la que el protagonista, Unai y su cuadrilla (adolescentes) se ocupan de la reconstrucción de un poblado cántabro, conociendo en el campamento a una misteriosa chica dibujante de cómics, de la que se enamoran los cuatro y que todos la consideran como su primer amor y lo ocurrido en la actualidad, en la que un asesino, imitando lo que se conoce como “Los Ritos del Agua” asesina a mujeres embarazas en lugares célticos sagrados del País Vasco y Cantabria.

   PERSONAJES: En esta entrega los personajes son nos de los pilares de la misma, aquí la autora profundiza en ellos y se nos muestran como muy reales, podemos presenciar su evolución tanto hacia lo bueno como hacia lo malo, y que en algún momento evidencian la peor cara del ser humano. Y a diferencia de la primera entrega la autora profundiza en el personaje principal, Unai, un lobo solitario, que le gusta demasiado ir de por libre ya sea en lo laboral como en lo personal y que resulta hasta un poco anti social. De igual forma nos presenta, dado que la novela se retrotrae a la adolescencia a su cuadrilla, ahonda no solo en el protagonista si no también a sus amigos de toda la vida Jota, Asier y Lutxo, asistiendo de ese modo a la verdadera relación que existe entre ellos.

   LO MEJOR: Conjuntamente con el hecho de que la trama tiene lugar en Álava, también viajaremos a Cantabria, al monte Dobra, a Santillana del Mar, la Costa Quebrada o Fontibre, entre otros, lugares todos ellos ligados a la Historia y ellos porque la Historia una vez más vuelve a ser como un personaje más de la novela, ya que los asesinatos se cometen siguiendo las reglas de un  rito celta y en lugares emblemáticos de esta cultura en España, así la autora nos encuadra en ella, sus ritos, sus lugares, sus mitología y sus creencias, todo ello realizado en pequeñas dosis y de forma adecuada a la trama para que no resulte tediosa. Y es en ese campamento arqueológico donde tuvieron lugar unos acontecimientos que Unai se ha encarnizado en bloquear, evitando enfrentarse a un hecho muy traumático para él, del que deriva un gran sentimiento de culpabilidad, y que de hecho es lo que le llevo a ser quien es hoy en día.

   LO PEOR: En mi opinión no hay nada que me resulte “malo” o pesado en la novela, por hablar en términos coloquiales, únicamente, quizá, el hecho de la pronta recuperación del protagonista, cosa que no sería posible en la realidad, y por consiguiente todos aquellos capítulos en los que trabaja con el logopeda y sus ejercicios de rehabilitación que nos arrancan del hilo narrativo feroz de la novela y eso tal vez podría habérselo ahorrado.

   CITAS: “Me iba mejor en modo solitario. Necesitaba estar solo, muy solo. Solo me iba mucho mejor en la vida, al menos no destrozaba vidas ajenas que me importaban mucho “Aquí termina tu caza, aquí comienza la mía...” “Tenía el cuerpo sumergido hasta la altura de los hombros en un caldero de bronce lleno de agua...Una pieza arqueológica, de museo, habrá que consultar con un experto, pero parece que es un caldero de la época celta. Una muerte muy extraña, un escenario muy elaborado” ”Pero yo también le debía algún que otro buen consejo, como que aceptase con orgullo el apodo que me habían puesto y me lo tomase como un tótem, como hacían los antiguos con el espíritu de los animales que admiraban y cuyas fortalezas deseaban hacer propias ”. “Pero no tenía muy clara que fuese obra de un psicópata puro...Y eso me preocupaba, porque los asesinos psicóticos son impredecibles, y a mí el mundo me gusta ordenado y catalogado. Controlable, en definitiva”.

   CONCLUSIONES: En mi opinión, igual de seductora y adictiva que su primera parte, como no, sigue siendo un thriller al uso, por lo tanto y como es habitual en este tipo de género no se aventura demasiado, así que tampoco falla. Una vez más nos sorprende y consigue que estemos pegados a las páginas de esta novela. Puesto que retomamos la historia prácticamente donde la dejamos en  “El silencio de la ciudad blanca” un apunte; aun cuando no es necesario haber leído la primera parte para disfrutar de ésta, la autora proporciona muchísimos detalles de la anterior porque lo que recomendaría que para disfrutar más de la segunda entrega seria recomendable leer la primera, ya que en “Los ritos del agua” se hacen muchas reseñas que pueden hacer que la trama de la primera quede al descubierto. Muy interesante, divertida e ideal para pasar un muy buen rato.