martes, 2 de agosto de 2016

Escenas Míticas: Viajes espaciales - Contact




   El estreno de una nueva secuela de esta reinvención de la saga de “Star Trek” que inició J.J. Abrams, me ha recordado uno de los ciclos dedicados a los viajes espaciales que hay en el blog y que está incompletos y que, como ya venimos haciendo durante éste año, hay que ir añadiendo títulos a ciclos ya iniciados anteriormente.




   Esta vez le ha tocado a la adaptación de la novela de Carl Sagan “Contact”. Un proyecto de esos que se tiran dando vueltas varios años por distintos estudios de producción y directores. En este caso, Roland Joffé y, sobretodo, George Miller, fueron propuestos antes de llegar a las manos de Robert Zemeckis.



   La valoración del film podemos analizarla desde dos puntos de vista diferentes. Si lo vemos desde el plano estrictamente cinematográfico, la película es bastante interesante. Esta excelentemente narrada y tiene el suficiente realismo para que podamos creérnosla. Y el tema de crear una máquina para viajar a otro lugar del espacio con las instrucciones de montaje proporcionados por los propios extraterrestres en un aliciente más que suficiente.



   Sin embargo, si la vemos como una adaptación, el veredicto es muy distinto. Es lógico hacer cambios respecto al libro porque, como siempre digo, el lenguaje cinematográfico y el literario son tremendamente diferentes y utilizan vías diametralmente opuestas en muchos casos. Pero lo mínimo que se debe exigir a una adaptación es que capte la idea general.



   ¿Lo consigue Zemeckis? Solo a medias. La idea está, pero el alma no. Sagan pone especial énfasis en su libro en el conflicto de la colaboración internacional para la construcción de la máquina y en la repercusión social en todo el planeta. Y en la película está solo tocado de puntillas. Además, hay cambios en el tratamiento de los personajes y, especialmente, en la interacción entre si, demasiado acusados para pasarlo por alto.



   Lo que si comparten novela y film es la sensación insatisfactoria en el final. Cuando uno espera un paisaje espacial y la visión de los extraterrestres, nos plantan una playa y al padre de la protagonista para transmitir el mensaje en una escena más cercana de lo onírico que de la propia ciencia-ficción.



   Pero ya estaba allí Jodie Foster para realizar otra inmensa interpretación de las suyas. Es una pena que esta actriz no se haya prodigado más porque su talento es prodigioso. Aquí se presentaba ya con dos oscars bajo el brazo y fue nominada por esta actuación. Por lo demás, también tenemos a Matthew McConaguey, que no era el actor que hoy conocemos y el veterano Tom Skerrit, cuyo personaje es injustamente maltratado en la película. Como padre se escogió a David Morse.



   La crítica trató muy positivamente y aun hoy esta considerada una muy buena película. No obstante, aunque no fue un fracaso en taquilla ya que no tuvo pérdidas, sus escasos 20 millones de beneficios no hablan precisamente de un éxito.
Curiosidad: se pone mucho énfasis en la famosa frase de Carl Sagan; "si no hay nada más en todo el universo, cuanto espacio desaprovechado".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...