Y de nuevo tenemos a Tim Burton. Y es que si hay una película que se ajusta a los canones del género esa es "Sleepy Hollow". A mi juicio, la mejor de la filmografía del director. La ambientación conseguida en el film es de matrícula de honor. Desde la historia, toda una fábula típica del terror gótico, con ese pueblo y ese bosque envueltos en niebla por todos los lados. Pero es que encima tiene algo de lo que, en ocasiones, Burton adolece, un buen ritmo.
Comenzamos con la reconstrucción que se hace de la leyenda del "jinete sin cabeza". Se puede discutir que esta versión sea más o menos libre pero no que la factura visual sea impecable. Para el papel de jinete recurrió a un actor que ya figuraba como secundario en otros proyectos de Tim Burton, Christopher Walken.
Pero si este director tiene algún actor fetiche, ese es desde luego, Johnny Deep, con el que va de la mano en innumerables batallas. La secuencia de la visita a la bruja no tiene precio, como la evidente cobardía del personaje interpretado por Deep, Ichabod.
Los momentos más estelares de la película coinciden con las diversas apariciones del jinete sin cabeza. Ésta tiene la particularidad de que no va en su caballo negro sino a pie y pelea con varios de los integrantes más valientes del pueblo. El resultado: el mismo de siempre, decapitación o similar de sus oponentes.
En otro de sus ataques, uno de los mejores, los habitantes de Sleepy Hollow (para los que el jinete es toda una realidad y no una leyenda) se protegen en un lugar al que el jinete no puede acceder. Pero fijáos somo soluciona la situación y consigue cobrarse la cabeza de su víctima.
Ya en la parte del desenlace se produce un muy buen combate entre el germano (como se llamaba originalmente el jinete) e Ichabod sobre el techo de un carro a toda velocidad. Atención al instante en el que el jinete recupera su calavera y al unirla al cuerpo se regenera toda la cabeza. Estéticamente genial.
Totalmente de acuerdo, esa regeneración se gano mi corazón y ojos.
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