FICHA
TÉCNICA
domingo, 2 de noviembre de 2025
Del cielo al infierno
Título:
Del
cielo al infierno.
CRÍTICA
SINOPSIS: El
hijo de un magnate de la música es secuestrado. El pago del rescate
interfiere en un ambicioso movimiento de negocios que se puede ver
afectado por las decisiones que debe tomar respecto a ambas
situaciones.
LO MEJOR: No
soy un admirador del cine de Spike Lee pero reconozco que hay
bastantes películas suyas que me gustan, especialmente cuando
incursionan el género negro. Sobre todo porque Lee rueda como se
hacía antes, con un estilo, dentro de sus extravagancias narrativas
personales ya conocidas, clásico, haciendo que cuando precisamente
toca este género, recuerda a los thrillers de los setenta. Además que
le echa valor cuando ha realizado un remake, cómo fue el caso de
“Oldboy” (aunque no saliera del todo bien). Me refiero a que no
se limita a replicar el original sino que utiliza la idea para contar
lo que realmente quiere él. Y para muestra un botón, aquí lleva a
cabo el remake de “El infierno del odio”, de Akira Kurosawa,
donde el protagonista era un magnate del negocio de los zapatos, y
cambia aquí por la música. Y de esa manera, en medio de una trama
de secuestros, bolsas de dinero y hasta algún tiroteo, Spike Lee hace
una reflexión sobre en lo que se ha convertido la industria de la
música y de cómo afecta a un visionario de ese arte el convertirse
en millonario, cómo le aleja de los valores que le llevaron al
éxito. Ese hilo argumental del secuestro sirve para mostrar el camino de
redención a sus orígenes. Y eso es de lo que realmente quiere hablar
Lee. Por tanto, a la narración la acompaña casi omnipresentemente
la música, lo que es verdad que ameniza el relato. Pues a pesar de sobrepasar las dos horas de metraje, no aburren en absoluto.
Interpretación: Spike
Lee vuelve a recurrir al que ha sido uno de sus actores fetiches,
puede que el que más, de su filmografía, Denzel Washington. Y como
para resistirse a no repetir. Qué actorazo. Da la sensación de que
él solito sostiene la película y de que aunque fuera floja, que no
lo es, él se bastaría para salvarla. Más cuando parece que Lee le
ha dado manga ancha para soltarse. Pero por si acaso, por ahí anda
de escudero, Jeffrey Wright. He leído que algunos consideran que
Washington está excesivo, incluso sobreactuado. No me lo parece pero
aunque fuera así, sigue siendo disfrutable verle actuar.
Escenas (SPOILERS!!): Tiene
momentos muy acertados, cómo plantea el dilema de si debe pagar el
rescate cuando se sabe que el secuestrado no es el hijo del
protagonista sino el de su mejor amigo. Ese pensamiento ronda durante
una buena porción de la película. Porque ese dinero supone el
futuro de su compañía discográfica. Pero luego Spike Lee demuestra
lo bien que se desenvuelve en el género negro, en su vertiente
policíaca incluso de acción, y el mejor ejemplo es toda la
secuencia del intercambio, del rescate, sobre todo viendo cómo
cambia de manos la bolsa del dinero como en un juego de trileros. En
cuanto a que significa la última escena, representa la vuelta a los
orígenes. David King (Washington), todo lo ocurrido le ha hecho
reflexionar sobre su propia pérdida de valores dándose cuenta que
debe volver al principio. Por cierto, hay una escena puramente Spike
Lee, que es el duelo rapeando en el que King se luce de lo lindo.
LO PEOR: Aunque
peca de un ritmo irregular. Tiene fases que funcionan de maravilla
pero otras que no tanto. Además, parece que haya dos películas en
una, cambiando el tono aproximadamente a la mitad de la narración,
lo que resulta bastante desconcertante. La película tiene dos fases
muy claramente diferenciadas.
REFERENCIAS: La
novela de Evan Hunter, “El secuestro del Rey”, que ya sirvió a
Akira Kurosawa para hacer una adaptación a su manera en “El
infierno del odio”. En cuanto a Spike Lee, puede recordar en
ocasiones a “Plan oculto”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario