miércoles, 30 de abril de 2025

Escenas Míticas: Terrorismo - Múnich

 


   Seguramente no esté entre las películas favoritas de Steven Spielberg de la gente pero sí es una de las mejores de su filmografía, lo cual ya es decir mucho teniendo en cuenta el enorme nivel de este cineasta. Y no es de las favoritas porque Spielberg tiene muchos otros que nos son más queridas, como “Tiburón”, “E.T, el extraterrestre”, la saga “Indiana Jones” o “Jurassic Park, por mencionar solo algunas. 




   Pero Steven Spielberg ya se había quitado el sambenito de ser considerado un director de cine comercial, más orientado en los géneros fantásticos, ciencia ficción y aventuras. Ya hacía tiempo pero quedó confirmado, sobre todo con “La lista de Schindler”, “Salvar al soldado Ryan” y precisamente “Múnich”.



   Como en “Domingo negro”, volvemos a hablar tanto del grupo terrorista Septiembre Negro como del servicio secreto israelí Mossad. Porque esta película solo utiliza el atentado que terminó en masacre del equipo de halterofilia de Israel, con once víctimas, durante los Juegos Olímpicos de 1972, en Múnich, como preámbulo de lo que realmente quería hablar. 



   Que era la posterior caza por parte de un seleccionado grupo de agentes del Mossad de los que consideraron responsables del atentado. Una operación que se llamó la Cólera de Dios, que no era más que otra forma de terrorismo por mucho que esas personas fueran responsables de otras muertes. Porque no se los persiguió para llevarles ante la justicia, sino para asesinarlos con la misma frialdad que ellos habían atentado en Múnich. 



   Lo cual hizo que la comunidad judía afincada en Estados Unidos se enfureciera y protestara públicamente por la visión del asunto que había aplicado Spielberg, a quien acusaban de humanizar a los miembros de Septiembre Negro y mostrar como asesinos despiadados a los agentes del Mossad. Hay que recordar que tiene raíces judías. 



   No fue el único ataque que recibió. Mohammed Daourd, uno de los pocos supervivientes de la tragedia y que todavía vivía cuando se realizó la película, le amenazó por no acudir a él como asesor, consejero o incluso guionista, y así poder contar la verdad sobre los acontecimientos. El director ni siquiera hizo actos de promoción de la película, para no suscitar más polémicas. 



   Que dirigió la película tras su remake de “La guerra de los mundos” y antes de “Indiana Jones y la Calavera de Cristal”. Aunque se le aprecian toques que van desde Alfred Hitchcock a Alan J. Pakula, el propio Spielberg reconoce como referencia principal los thrillers de los setenta, más en concreto uno del que ya hemos hablado bastante aquí, “Chacal”, de Fred Zinneman, de 1973.



   El reparto estaba formado por un Eric Bana que realizaba la que es sin duda la mejor interpretación de su carrera, y llama mucho la atención que no fuera nominado al Oscar. Un Daniel Craig pre-etapa como James Bond. Y un buen elenco de secundarios con nombres como Cirian Hinds, Geoffrey Rush (papel para el que Spielberg quería a Ben Kingsley), Ayelet Zurer, Mathie Amalria o Mathieu Kassovitz, que se había retirado de la interpretación para dirigir pero que hizo una excepción para trabajar con Spielberg. 



La película está basada en la novela “Venganza, el relato verídico de una misión contraterrorista israelí”, de George Jonas. Pero aparte se llevó a cabo una exhaustiva labor de documentación, llegando a revisar más de doscientos documentos reales.



   Buscando tener lista la película para la temporada de premios, tuvieron que llevar a cabo un rodaje a ritmo frenético por diferentes ciudades. Fue nominada a las categorías de película, director, guion adaptado, montaje y banda sonora, pero no consiguió ninguna de esas estatuillas.



domingo, 27 de abril de 2025

Here

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Here.
Dirección: Robert Zemeckis.
País: Estados Unidos.
Año: 2024.
Duración: 99 min.
Género: Drama.
Interpretación: Tom Hanks, Robin Wright, Paul Bettany, Kelly Reilly, Michelle Dockery, Ophelia Lovibond, Beau Gadsdon, Jonathan Aris, Nikki Amuka-Bird, Ben Wiggins, Billie Gadsdon, Dexter Sol Ansell, Leslie Zemeckis, Lilly Aspell, Lauren McQueen.
Guion: Eric Roth, Robert Zemeckis. Novela gráfica: Richard McGuire.
Producción: Tom Hanks, Robert Zemeckis, Bill Block, Gary Goetzman, Jack Rapke.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Don Burgess.
Distribuidora: Sony Pictures.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un solo lugar es testigo del paso de varias familias, de los momentos más importantes de sus vidas y de la evolución de ese espacio a través del paso del tiempo.

   LO MEJOR: No se puede decir que Robert Zemeckis no busque en cada nuevo proyecto nuevas propuestas visuales. En esta ocasión contándonos la historia en un único encuadre inamovible durante toda la película y abarcando un enorme periodo de tiempo. Es decir, narrando varias generaciones de familias que pasan por delante de ese único ángulo, repasando los momentos más importantes de sus vidas; nacimientos, fallecimientos, enfermedades, celebraciones navideñas, casamientos, separaciones. Para ello, va hacia adelante y hacia atrás de forma aparentemente arbitraria, sin demasiado orden ni concierto, aunque según va avanzando nos vamos dando cuenta que eso no es así, en absoluto. De hecho, es precisamente el montaje su mejor baza y me ha parecido muy original como enlaza esos cambios en el período temporal mostrado, con esas ventanitas como breves adelantos de la transición de una época a otra. En ese sentido es muy interesante como la decoración del escenario va transformándose constantemente. Para ello, Zemeckis no tiene el más mínimo problema en hacer uso de la tecnología digital, de la cual siempre ha sido un firme defensor, de la cual tira tanto para la recreación de escenarios como para el rejuvenecimiento de los personajes. En su momento tuvo críticas mixtas y sinceramente no esperaba demasiado, sin embargo, me ha parecido muy original, me han interesado las historias (aunque se centra principalmente en una), pero la cuestión es que en conjunto me ha resultado preciosa, y además es para todos los públicos. No entiendo cómo no se convirtió en la película de las navidades pasadas.

   Interpretación: Los verdaderos protagonistas son Tom Hanks y Robin Wright, los cuales vuelven a reunirse en pantalla tras “Forrest Gump”, precisamente a las órdenes también de Robert Zemeckis. Pero en el reparto tenemos también actores de la talla de Paul Bettany, Kelly Reilly o Michelle Dockery.

   Escenas (SPOILERS!!): El inicio me parece espectacular, cuando muestra ese encuadre cuando aún no existe la civilización, incluso vemos dinosaurios, el meteorito que los destruyó, la edad de hielo posterior, y después vemos la evolución de la vegetación y el resto del paisaje, las primeras edificaciones y las distintas épocas por las que pasa la casa donde vamos a ver desarrollarse a esas familias. Es una maravilla. Por cierto, la única vez que abandona ese plano estático es precisamente al final, como si la cámara estuviera despidiéndose del lugar. En cuanto a las historias, describen varios momentos muy interesantes de esas vidas desde el punto de vista dramático pero hay uno que me emociona por encima de los demás. Al final, Margaret (Wright), ya en su vejez y tras varios años fuera de la casa, padece alguna clase de enfermedad degenerativa, como el Alzheimer quizá, pero al regresar a la casa vuelve a recordar, recupera la memoria momentáneamente. Es el momento más emotivo de la película.

   LO PEOR: Cuando decides tomar una decisión narrativa como esta y aplicar el formato de principio a fin también eres esclavo de ello. Y el tener un solo encuadre resulta limitante, por ejemplo, a la hora de mostrar determinados momentos dramáticos, que nos puedan pillar lejos de poder enseñar, por ejemplo, primeros planos.

   REFERENCIAS: Es la adaptación de la novela gráfica homónima de Richard McGuire. Pero como películas, no recuerdo ninguna que utilice el mismo encuadre todo el tiempo.

   CONCLUSIÓN: 7. Robert Zemeckis convierte lo que podría ser estático en constante movimiento, porque desde una única posición nos traslada a diferentes épocas y a los distintos momentos de las vidas de unas familias. 




jueves, 24 de abril de 2025

Microcríticas Express: The Thicket/The order/Sin piedad

 



 
 Que buena pinta tenía en un principio. Y bueno, de hecho, es bastante entretenida. Lo que pasa es que con los mimbres que tenía, da la impresión que podía haber sido mucho mejor. Un western tardío, es decir, ya se pueden ver vehículos a motor, pero un western al fin y al cabo, que se mantiene en pie esencialmente gracias a su reparto, en especial a sus protagonistas, que ejercen de antagonistas, hablo de Peter Dinklage y una casi irreconocible Juliette Lewis, como excelente villana. Ambos, en sus respectivos bandos, funcionan en la construcción de sus grupos, sobre todo en lo variopinto del perseguidor. ¿Cuál es el problema entonces? Pues no sé muy bien si es de guion o de montaje, aunque me inclino más por lo segundo. Porque da la impresión que le faltan trozos a la historia, como si hubieran metido la tijera sin compasión. Las elipsis son abruptas a más no poder. Los personajes, de repente aparecen con distinto vestuario o peinado, e incluso con cambios de actitud inexplicables, que te dejan descolocado. Me da que parte del desarrollo narrativo que necesitaba se ha quedado en la sala de montaje. Además, y esto si es un tema de guion, desaprovecha su mejor baza, que es precisamente ese grupo de perseguidores, que tarda mucho en hacerse, y se rompe demasiado pronto. Estaría bien una versión extendida con lo que han descartado. Y aún así, no está mal. 6.


   Otra de esas películas que no ve nadie y que tampoco se explica uno porque no suscitan más atención, a pesar de tener una trama interesante y encima ser de bastante calidad. A no ser que sea porque no tiene un ritmo endiablado, que parece que es lo que tanta gente demanda hoy en día. No, efectivamente se desarrolla sin prisas (amén). Casi con el tratamiento de un western pero contemporáneo, usando las claves narrativas de ese género e, incluso, varios de sus elementos icónicos (la figura del “sheriff”, la banda de bandidos, el entorno, . . .). Porque se trata de una investigación policiaca en la América profunda. Basada en un hecho real, por cierto, cuando el FBI persiguió a un grupo supremacista que planeaba provocar un gran atentado terrorista, basándose en el contenido de una novela, “Los diarios de Turner”, que servía como manifiesto repleto de ideas radicales principalmente racistas. Es más, sirvió de inspiración para la perpetración de uno de los atentados más brutales en Estados Unidos, el de Oklahoma City, con casi 170 víctimas. La película tiene una marcada ambientación ochentera, que es cuando se dio el suceso pero con un aire setentero y haciendo valer esa localización geográfica alejada de las grandes urbes. Pero quien sostiene todo en pie es su reparto, especialmente su trío protagonista, formado por un Jude Law muy poco habitual y unos sorprendentes Nicholas Hoult y Ty Sheridan. 7.


   Pues parece que Kingpin sabe dirigir. Bueno, Vincent D’Onofrio solo se ha puesto tras la cámara en esta ocasión, pero la verdad es que me ha dado muy buena impresión, en esta historia con Billy el Niño y Pat Garrett pero contando la historia desde el protagonismo de un chico que persigue a quienes han secuestrado a su hermana. Es decir, estas dos historias se cruzan y confluyen en ese personaje. Hermana, por cierto, interpretada por la hija del propio D’Onofrio y de Greta Scacchi, de la cual es su vivo retrato cuando era joven. Pero ojo al resto del reparto, con Dane DeHaan en el papel de Billy e Ethan Hawke en el de Garrett, pero con Chris Pratt como verdadero villano, en un rol muy alejado de lo que nos tiene acostumbrados últimamente, y francamente muy acertado. Lo que han hecho es encajar la verdadera historia de Billy, el Niño, la que nos contó Sam Peckinpah en su versión de los setenta, en la del argumento principal de la película, y lo más curioso es que lo hacen perfectamente. Es como ver la que ya conocemos pero desde otro ángulo a la vez que continúa con la de la propia película. Un western modesto, pequeño, pero que me ha sorprendido gratamente, que respeta la esencia del género pero dándole toques de estilo independiente. Muy poco o nada conocido pero que merece la pena descubrir. 6’5.

martes, 22 de abril de 2025

Escenas Míticas: Terrorismo - Estado de sitio

 


   Otra de esas películas que con el paso del tiempo ha sido mejor evaluada, aunque en este caso por un motivo muy concreto que hizo que se la catalogara como uno de esos títulos proféticos, lo cual pasaremos a explicar ahora. Porque en un principio tuvo críticas mixtas y tampoco tuvo muy buena acogida por parte del público. Y la acusación más generalizada fue que era muy exagerada, sobre todo en cuanto al número de víctimas.


   Tres años después se demostró que no solo no era exagerada sino que además se había quedado corta cuando el 11 de septiembre de 2001, dos aviones impactaron contra las Torres Gemelas, como consecuencia de un ataque terrorista perpetrado por Al Qaeda, dejando casi tres mil muertos. Entonces, “Estado de sitio” se convirtió en la película más alquilada, generando beneficios que no había tenido en su estreno.


   Porque había costado 70 millones pero apenas consiguió recuperar esa cantidad, que se fue hasta una recaudación de 116 tras su explotación en el mercado doméstico. Lo que son las cosas, el 11-S hizo que la película fuera medianamente rentable, o que al menos no perdiera dinero.


   Pero es que la propia película se inspirada en un atentado anterior, precisamente al World Trade Center, en 1993, cuando un grupo de terroristas financiados por Al Qaeda hizo estallar un camión con 680 kg de nitrato de amonio, con la intención de volar un depósito de gas de una de las torres y así derribarla, y que esta impactara con la otra, produciendo centenares de víctimas. Tal carambola no se dio y finalmente solo fueron seis.


   Lo cual probaba que ese objetivo llevaba varios años en la cabeza del terrorismo islámico y la película advertía de que podría haber un sistema de células independientes que podrían activarse en cualquier momento. No obstante, en lo que más pretendía incidir la película era en que posteriormente podría cambiar el modo de vida de los ciudadanos estadounidenses.



   Quizá en eso sí exageró porque planteaba la instauración de la Ley Marcial en su propio suelo, es decir, la imposición de un estado militar. No es lo que pasó tras el 11-S pero si se saltaron algunos derechos civiles con el objetivo de así poder encontrar a los culpables del atentado, como poder realizar cualquier escucha telefónica o acceder al correo electrónico y mensajes de cualquier ciudadano. Algo que se repitió tras el atentado de la Maratón de Boston en 2013.


   Y eso es de lo que realmente va la película, de plantear los límites de la libertad civil en una situación de crisis y hacer reflexionar sobre que sería capaz de elegir primero la gente cuando ven su vida amenazada, entre la libertad o la seguridad, aún a pesar de sacrificar su propia privacidad.


   Al frente del proyecto, un artesano muy efectivo pero quizá no debidamente como es Edward Zwick, especialista en películas de corte épico, como “Tiempos de gloria”, “Leyendas de pasión”, “El último samurái” o “Diamantes de sangre”. Que, por cierto, se empeñó en rodar en el mismo Nueva York la mayor parte de las escenas para que eso aportara mayor realismo.


   El reparto tenía nombres tan potentes como Denzel Washington (ya había trabajado con Zwick en “Tiempos de gloria” y “En honor a la verdad”. Annette Bening, aunque se había pensado inicialmente en Jodie Foster. Y Bruce Willis, que venía de ejercer de terrorista en “Chacal”, la cual no era su primera incursión en una trama de terrorismo, como ya sabemos de su saga de “La jungla de cristal”.


   Aquí hacía de villano pero de bandos de los teóricos buenos, interpretando una figura militar (fue instruido en el Pentágono para su forma de actuar) que se enfrenta a la del FBI, representada por Denzel Washington. Su duelo con Willis recuerda al que tuvo unos años antes, en 1995, con Gene Jackman en “Marea roja”.



domingo, 20 de abril de 2025

Septiembre 5

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Septiembre 5.
Dirección: Tim Fehlbaum.
País: Alemania.
Año: 2024.
Duración: 95 min.
Género: Thriller, drama, intriga.
Interpretación: Peter Sarsgaard, John Magaro, Ben Chaplin, Leonie Benesch, Zinedine Soualem, Georgina Rich, Corey Johnson, Marcus Rutherford, Daniel Adeosun, Benjamin Walker, Ferdinand Dörfler.
Guion: Moritz Binder, Tim Fehlbaum, Alex David.
Producción: Philipp Trauer, Thomas Wöbke.
Música: Lorenz Dangel.
Fotografía: Markus Förderer.
Distribuidora: Paramount Pictures.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Mientras cubrían la sección de deportes durante los Juegos Olímpicos de 1972, un equipo de periodistas de la ABC se dan cuenta que se está produciendo un secuestro de atletas israelíes, y tienen que retransmitirlo.

   LO MEJOR: Sí, amigos, se puede hacer una muy buena película en tan solo noventa minutos, sin contar con un gran despliegue de producción y prácticamente contando con un par de escenarios de interior. Pero como no, pasó sin pena ni gloria por las salas de cine. Luego se nos llena la boca diciendo que todo son secuelas y remakes, pero cuando hay ejemplos como este no los apoya ni Cristo, y suma y sigue. Porque efectivamente, esta es una de las mejores películas en lo que va de año. ¿Y como lo hace? Pues con lo más viejo que hay en el cine, el guion y las interpretaciones. Se trata de la que fue la primera retransmisión en directo de un atentado terrorista. Es, por tanto, una película de periodistas, que muestra precisamente cómo funciona la retransmisión desde dentro. Porque esa es su principal particularidad. Está tratada casi de forma íntegra desde el interior de un estudio de televisión, lo que da paso a aprovechar para crear cierto efecto claustrofóbico, que hace que la tensión sea constante, de la intensidad que se mantiene en todo momento. Y esa es uno de sus grandes méritos, mantener el suspense a pesar de conocer el resultado de antemano pues está basada en un hecho real conocido por todos. Pero no se equivoque nadie, no por desarrollarse en tan pocos escenarios, y encima en interiores, es una película estática, la cámara está moviéndose siempre y el montaje es vibrante, lo que contribuye a que tenga un excelente ritmo. Además, de paso, expone la situación social de Alemania de cara al mundo y lo que significaban los Juegos Olímpicos de 1972 para ese país.

   Interpretación: El reparto está perfecto. Todos, además con un protagonismo bastante coral, con nombres conocidos pero no estrellas, como Peter Sarsgard, Ben Chaplin o Benjamin Walker. Aunque los mejores, sin duda, y además, sorpresivamente, son John Magaro y la actriz alemana Leonie Benesch. Pero como digo, todas están sobresalientes.

   Escenas (SPOILERS!!): El interés radica en dos temas. El del propio hecho del atentado y el de cómo lo viven desde el interior del estudio. Pero más en particular en otros subtemas dentro de la trama. Como el dilema por como contar los hechos que están ocurriendo. Teniendo muy en cuenta que son periodistas pero de deportes. Y ese es otro de esos temas, la pugna de esta sección de deportes por seguir teniendo la exclusividad de la retransmisión del atentado ante las presiones de los superiores, y otros canales especializados en sucesos de este tipo. Pero también es muy interesante ver como asumen las noticias que les llegan al estudio. Primero cuando se dan cuenta que están presenciando un atentado, luego cuando están convencidos que han liberado a los rehenes y seguidamente cuando confirman que no, que lo que se ha producido es una masacre.

   LO PEOR: Es que no voy a decir nada. Sólo recalcar eso, que no se le haya prestado la atención que merecía. Luego hablamos.

   REFERENCIAS: Evidentemente podría formar tándem con “Munich”, de Steven Spielberg, al menos con su primera parte. Pero juega más en la liga de “Todos los hombres del presidente”, incluso de la serie “The morning show”.

   CONCLUSIÓN: 8. Una rara avis, una muy buena película que utiliza solo el tiempo que necesita, ni un minuto más. Una de las mejores películas en lo que va de año que, oh sorpresa, no captó la tención de demasiada gente.




viernes, 18 de abril de 2025

Escenas Míticas: Terrorismo - Chacal (1997)

 


   Que haya elegido esta de todas las adaptaciones de la novela de Frederick Forsyth, “El día del chacal” no responde a que la considere la mejor, sino porque, a menudo, esta sección, sirve también para reivindicar algunas películas que en su momento me parece que no fueron tratadas justamente tanto por la crítica como por el público. Es el caso de la versión de 1997, a la que considero bastante mejor de lo que se la catalogó.




   Que fue calificada por la prensa de forma mayormente negativa aunque no tanto por el público. Su presupuesto fue de 60 millones de dólares, y recaudó 160 en taquilla. Así que, ni tan mal. Sin embargo, entre los que no les gustó estaba precisamente el escritor de la propia novela, hasta tal punto que pidió que su nombre no apareciera en los créditos de la película.



   Quizá porque se separaba del texto original más de lo que le hubiera gustado. Pero si algo me gusta a mí de todas las versiones de la novela es precisamente por lo diferente que son entre sí, sin llegar a perder la identidad. Pero si actualizándose y siendo hijas de su tiempo tanto en el enfoque de la historia como en los particulares detalles de su trama.



   En la primera versión era la más fiel del libro y, por tanto, la que más satisfizo a Forsyth, la de 1973, dirigida por Fred Zinneman y con Edward Fox como Chacal, con el de primer ministro de Francia, en esa época, Charles De Gaulle, como objetivo. La siguiente versión fue precisamente esta, que ahora daremos más detalles. Y la última ha sido muy recientemente, en forma de miniserie (en un principio, porque ha sido renovada para una segunda temporada) con Eddie Redmayne como protagonista.



   La que hoy comentamos le fue encomendada a Michael Caton Jones, originario del mundo de la televisión pero que venía de firmar películas bastante buenas, como “Memphis Belle”, “Vida de este chico” o “Rob Roy”. Sin embargo, tras este “Chacal” no tuvo una filmografía muy destacable, e incluso tuvo el dudoso honor de realizar el desastre de “Instinto básico 2”.



   La película tiene un reparto de una gran factura, con nombres realmente potentes, como los de las estrellas Bruce Willis, como “Chacal”, Richard Gere o el veterano Sidney Poitier (fue su última película para la gran pantalla). Pero también con una buena nómina de secundarios, como Diane Venora, J.K. Simmons, Jack Black o Mathilda May, recordada sex symbol de la serie B de los ochenta.



   La historia de la elección del casting merece ser contada. El papel del asesino le fue ofrecido primero a Richard Gere, que lo rechazó porque prefería el de Declan Mulqueen, para el cual había una lista interminable de actores propuestos. Pero Gere quería tener el rol de héroe, un error porque en todas las versiones de “Chacal”, el personaje más interesante es precisamente el Chacal.



   Finalmente consiguió su botín. Y el de asesino a sueldo fue a parar a Bruce Willis, que no tenía ningún problema en ejercer de villano y que tampoco era la primera vez que se beneficiaba de un papel rechazado por Gere. El primero fue “La jungla de cristal”, si, el de John McClane, con eso lo digo todo. Por cierto, ambos actores declararon que no volverían a trabajar juntos, a pesar de que tan solo coincidieron en un par de escenas.



   Como curiosidad, los tres personajes principales, Chacal, Mulqueen y Carter Preston (el agente del FBI) fueron ofrecidos a cada uno de los siguientes actores: Sean Connery, Liam Neeson y Matthew McCounaughey. Los tres rechazaron los tres papeles.



   La película está más encuadrada a la modalidad de asesino a sueldo que en la de terrorista. Aquí el protagonista realmente no es terrorista, no tiene ninguna motivación ideológica, solo es un profesional cumpliendo el encargo. No obstante, si se hace referencia a dos grupos terroristas reales, aunque no de forma explícita, que son el IRA y ETA.



martes, 15 de abril de 2025

Microcríticas Express: Escapando del siglo XXI/Novocaine

 



   Ríete tú de Michael Bay. Porque aquí viene la principal advertencia sobre esta película. Quien no le gusten los montajes rápidos, que directamente ni lo intente. Aquí es frenético, no da ni un momento de respiro. Prácticamente es un videoclip de noventa minutos. Parece que fuera la adaptación de un manga, un anime o un videojuego, sin embargo, no es nada de eso. Lo que no le impide mezclar distintos formatos, por ejemplo, insertar imágenes de animación entre la imagen real. ¿Abusa de ello? Si, abusa de todo lo que puede porque esto es el descontrol hecho película. Es como si hubieran mezclado “Scott Pilgrim contra el mundo” con “Todo a la vez y en todas partes”. Intentar verle sentido al argumento es una pérdida de tiempo. Es una locura basada en el subgénero de saltos en el tiempo pero más desde el terreno fantástico, a veces hasta surrealista, que desde la ciencia ficción. Todo con un tono de comedia completamente delirante. Lo mejor es dejarse llevar por la diversión, que tiene mucha. Yo me lo ha pasado bomba con esta producción china, que no coreana, que era lo que pensaba yo que era. Porque además, visualmente es una puñetera pasada, con toda esa mezcla de recursos estéticos. Los combates son impresionantes, que a muchos les recordarán precisamente al anime, solo que en live action. Si eres capaz de, no solo soportar, sino incluso disfrutar de su esquizofrenia narrativa, te lo puedes pasar muy bien. 6´5.


   La premisa principal es que el protagonista no siente dolor. Todo lo demás es un excusa para poner en práctica esa situación. Ojo, no tiene la capacidad de sentir dolor, no que no pueda ser dañado. De hecho, gran parte del humor que se despliega en torno a ello radica en las múltiples lesiones que se le van produciendo. Todo eso funciona bastante bien porque resulta divertido. Es muy gamberra en cuanto al uso de una violencia que en ocasiones llega hasta a tener unas gotitas de gore. Por tanto, se mueve dentro de los términos de la comedia negra. Lo que pasa es que se le va la mano con el metraje. No es que se haga aburrida, de hecho, es bastante entretenida pero da la sensación que el tramo final está demasiado alargado. Un recorte le habría venido bien porque la fórmula de estar dándoles leches al personaje principal se agota en el último acto a fuerza de repetir una y otra vez. En cuanto al reparto, Jack Quaid está pletórico, en su salsa. Pero me sigue pasando lo mismo con este actor, me da la sensación de que siempre está haciendo el mismo papel. Debería salirse de su zona de confort, que es la comedia, y demostrarnos que sabe hacer en otros registros porque se está encasillando a base de bien. Curiosamente, el villano es Ray Nicholson, sin complejos, por cierto, en un papel en el que se nota que se lo está pasando bien. Digo curiosamente porque la paradoja es que se enfrentan en la ficción los hijos de dos grandes actores en la realidad, Dennis Quaid y Jack Nicholson. 6.

domingo, 13 de abril de 2025

Microcríticas Express: Érase una vez el oeste/Día cero

 



   Me sorprende la poca atención que ha tenido la que me parece una de las mejores series en lo que llevamos de año. Un formato, la miniserie, en el que se han dado buenos títulos últimamente en este género, el western. Y no es uno de esos para disfrutar del paisaje precisamente, sino para apretar los dientes. Al guionista de “El renacido”, Mark L. Lester, el creador, parece que le encanta hacer sufrir a sus personajes y, de paso, a los espectadores, porque este es un western duro, crudo, sucio y muy violento, en el que no es recomendable encariñarse con esos personajes pero a la vez en imposible no hacerlo, a pesar de que no hay nadie que no tenga un lado oscuro. Dirige Peter Berg, quien siempre me ha parecido, y lo digo en el buen sentido, un sucedáneo de Michael Bay, y cuyo estilo más cercano a la acción, no es precisamente el que podríamos considerar más aconsejable para un western. Sin embargo, lo borda tras la cámara. Berg mantiene la tensión en todo momento, hasta en un simple diálogo, hay una constante sensación de peligro en pantalla. No hay ni un solo episodio cómodo, como decía, siempre estas apretando los dientes. Pero lo que mejor funciona, incluso por encima de lo demás, o quizá, gracias a ello, es el reparto. Poblado de nombres de segunda fila o que al menos no están en su mejor momento, algunos de ellos habituales ya de la serie B, y que parece que se han propuesto aquí reivindicarse a base de bien. Betty Gilpin, Taylor Kitsch, Shea Whigham, Dane DeHaan, entre otros más desconocidos, todos están realmente bien. Una buena historia, dirigida con nervio y maravillosamente interpretada, aunque no muchos se hayan dado cuenta. 7’5.


  Sinceramente, no sabía ni de que iba, muy vagamente en todo caso, pero con ese reparto, captó rápidamente mi atención. No solo por Robert de Niro, que parece que se ha dejado de comedias tontas y ha vuelto a estar en forma. Es que está rodeado de muy buenos actores, como Jesse Plemons, Connie Britton, Matthew Modine, Angela Bassett, Joan Allen o Lizzy Caplan. Ya quisieran muchas películas. Pero es que resulta que la trama es bastante interesante, en torno a un ciberataque que pone en jaque al país de las barras y estrellas. Lo cual sirve como excusa para plantear una serie de dilemas éticos, reflexionando sobre los derechos de los ciudadanos y hasta donde es lícito recortarlos, cuantas licencias puede tomarse un gobierno para sacrificarlos en aras a enfrentarse a una amenaza terrorista. Algo así como la polémica que surgió sobre este aspecto tras el atentado del 11-S. Por cierto, coloca un ataque en forma de hackeo como uno de los peligros más devastadores que podrían ocurrir en la actualidad, lo que nos debe hacer pensar sobre la dependencia de la tecnología, de paso. No obstante, la serie tiene un aspecto de denuncia social, haciendo clara referencia al clima de extremismo político que vivimos en todas partes en general, y en Estados Unidos en particular. Más allá de eso, cumple perfectamente con su cuota de entretenimiento, con episodios muy adictivos, que si dispones de tiempo suficiente, puedes tragarte de una sola sentada sin problemas. Porque además tiene muy buen ritmo y está repleta de giros. Sin embargo, tampoco es que se haya hablado mucho de ella. 7.

martes, 8 de abril de 2025

Escenas Míticas: Terrorismo - Domingo negro

 

   Esta así es más plenamente un buen ejemplo de cine de terrorismo que la mencionada la semana pasada, “El puente de Cassandra”, que aunque tocaba inicialmente el tema, se desarrollaba más en las claves del género de catástrofes, tan de moda en los setenta. Esta también pertenece a esa época pero no va por ese camino. De hecho, lo hace más por el del género de espionaje.


   Es más, tiene ciertos paralelismos con “Chacal”, que se estrenó cinco años antes, en 1974, en cuanto a mostrar en paralelo la preparación del atentado por un lado y las investigaciones de los perseguidores para evitarlo por otro lado. Pero esta nos habla más de un terrorismo ideológico, con un atentado que precisamente pretende provocar el terror más que eliminar a una persona en concreto.


   De hecho, es la adaptación de la novela homónima de Thomas Harris, el cual se inspiró en el secuestro y asesinato del equipo de halterofilia israelí en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972. Es más, los antagonistas pertenecen al grupo terrorista palestino que perpetró ese atentado, Septiembre Negro, que estuvo en funcionamiento entre 1970 y 1988, cuando se disolvió.


   La novela de “Domingo negro” es la primera de la carrera del escritor Thomas Harris, el creador de Hannibal Lecter. De hecho, hasta 2019, que escribiera “Cari Mora”, era su única obra en la que no aparecía Lecter, el personaje al cual dedicó cuatro entregas, todas ellas adaptadas al cine. Así que, menos último libro, todos los demás han contado con sendas adaptaciones cinematográficas.


   La de esta, “Domingo negro”, me parece una película injustamente olvidada y el tratarla en este ciclo es un modo de reivindicarla. Porque aunque en su momento contara con críticas mayoritariamente positivas e incluso tenga cierta categoría de culto, es verdad que no se la recuerda demasiado. Económicamente tampoco es que fuera un exitazo aunque fue claramente rentable. Costó 8 millones de dólares y recaudó 15 en taquilla.


   Personalmente, a pesar de su extenso metraje, que sobrepasa ampliamente las dos horas, me parece una película entretenidísima, con tiroteos, persecuciones, espionaje, acción y un buen ejercicio de suspense. Para que todo eso funcionara hay que destacar la labor de un artesano tan efectivo como era John Frankenheimer.


   Porque no se puede decir que fuera un maestro pero si un cineasta especialmente resolutivo. Y tiene una colección de títulos que lo demuestran. Como “French connection 2”, “El mensajero del miedo”, “El hombre de Alcatraz”, “El tren”, “Siete días de mayo”. Incluso al final de su carrera tuvo una película tan destacable como “Ronin”. Aunque también un desastre como el remake de “La isla de él Dr. Moreau”, aunque no fuera culpa suya, precisamente.


   El protagonista era un Robert Shaw, un par de años después de enfrentarse al “Tiburón” de Steven Spielberg, que se exhibe con varias carreras atléticas que hoy rivalizarían con las de Tom Cruise en su saga “Misión imposible”. Al que acompañan un gran Bruce Dern y Marthe Keller, en cuyo personaje se inspiró el propio Thomas Harris para la creación de su Clarice Starling en “El silencio de los corderos”.


   Para el dirigible, la empresa Goodyear cedió tres zepelines. Que junto al hecho inédito de que les dejara rodar varias escenas mientras se disputaba la verdadera final de la Superbowl entre los Dallas Cowboys y los Pittsburgh Steelers, permiso concedido por la NFL, contribuyó a que la película contara con el realismo de rodar en un lugar real y no en una recreación cinematográfica.


   A pesar de ser una película concebida como un entretenimiento puro y duro, tiene una lectura más profunda. Sus personajes son hijos de una situación política. Una es un miembro de Septiembre Negro, dolida por la represión hacia Palestina. Otro es un agente del Mossad, cansado de atentados terroristas. Y otro un veterano de Vietnam resentido con su país, Estados Unidos.



domingo, 6 de abril de 2025

Adolescencia

 

   FICHA TÉCNICA


Título: Adolescencia.
Dirección: Philip Barantini.
País: Reino Unido.
Año: 2025.
Duración: 228 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Stephen Graham, Ashley Walters, Erin Doherty, Owen Cooper, Faye Marsay, Christine Tremarco, Mark Stanley,Jo Hartley, Amélie Pease.
Guion: Stephen Graham, Jack Thorne.
Producción: Jo Johnson.
Música: Aaron May, David Ridley.
Fotografía: Matthew Lewis.
Distribuidora: Netflix.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un chico de trece años es arrestado por la policía. Se le acusa de apuñalar a una compañera de colegio. La investigación pone al descubierto la situación de los adolescentes en la actualidad.

   LO MEJOR: No se basa en un hecho real concreto pero si surge ante el incremento de la violencia entre jóvenes, especialmente con arma blanca mediante. Es, por tanto, una miniserie para el interés de todo el mundo pero que preocupará, y con razón, principalmente a los padres. Es importante señalar que no es un thriller policíaco, como a priori podría preverse si no un drama con claras intenciones de hacer reflexionar al espectador. No va por el camino del true crime. De hecho, ya sabemos quién es el culpable desde el primer episodio. Es decir, esto no va de descubrir quién es. En lo que se centra es en el porqué. La respuesta corta sería Internet y la un poco más desarrollada es que los jóvenes de hoy en día se enfrentan a una amenaza digital contra la cual los padres no pueden protegerles, por desconocimiento. Y me incluyo en esa ignorancia, me ha sorprendido descubrir que en redes sociales existe prácticamente un lenguaje en clave basado en emoticonos, colores y demás, que para la mayoría de adultos no tiene ningún significado. Un mundo digital con corrientes de pensamiento difusoras de odio, de ideologías misóginas, racistas y de toda clase de extremismos, tremendamente peligrosos para los adolescentes. Ese es el contenido pero la serie también se esmera en la forma. Los cuatro episodios han sido rodados en plano secuencia y, por tanto, en tiempo real, y no precisamente de los trucados, lo que supone una complejidad técnica brutal, un ejercicio de planificación fuera de lo normal. Todavía me hago cruces de como han logrado filmar ciertos desplazamientos, cómo han pasado de seguir a los personajes por pasillos a planos cenitales. No obstante, lo más importante es que este recurso no se utiliza con motivación estética sino para ofrecer al espectador una experiencia inmersiva con el mayor realismo posible. Le van a llover los premios.

   Interpretación: La cara más reconocible es la de un Stephen Graham que interpretativamente está hecho un coloso pero que además ejerce como coguionista. Graham da una máster class desde la contención. No obstante, la gran sorpresa es la del joven debutante Owen Cooper. De verdad que es alucinante lo que ha hecho este chico a nivel de actuación sin ninguna experiencia y encima lidiando con el difícil formato de rodaje del plano secuencia. También destacaría el trabajo de Erin Doherty en el tercer episodio.

   Escenas (SPOILERS!!): Cuatro episodios que representan cuatro horas en tiempo real pero separadas temporalmente. El primero muestra la detención e interrogatorio, con momentos especialmente dramáticos como el vídeo donde se confirma la culpabilidad del chico, asestando varias puñaladas a una chica. El segundo nos enseña el entorno estudiantil del agresor, con una visita a su escuela que resulta especialmente incómoda, que rebosa violencia y agresividad. El tercero nos sumerge en una de las sesiones de evaluación psicológica, donde vemos como la psicóloga hace uso de varias estrategias para analizar el comportamiento y reacciones de Jamie (Cooper). Y el cuarto nos cuenta la repercusión que ha supuesto para su familia. Quizá es el más flojo, pero tiene un momento tremendo, cuando el dependiente del centro comercial le muestra su apoyo al padre pero con unos argumentos que realmente dan miedo. Un apunte interesante es que la víctima ejercía bullying contra su posterior agresor, no como justificación o atenuación del crimen, sino como parte del problema subyacente.

   LO PEOR: Lo único que me parece reprochable es no ofrecer la visión de la víctima, de la que solo dan un par de apuntes y nunca desde el ángulo de su familia o de ella misma.

   REFERENCIAS: Aunque puedan aparecer referencias de series policiacas sobre jóvenes, como “Así nos ven” o “The night of”, creo que tiene más relación temática con películas como “Desconexión” o “Tenemos que hablar de Kevin”.

   CONCLUSIÓN: 8. Brillante en la profundidad dramática a la hora de tratar el tema en cuestión y brillante en la forma de exponerlo. Se perfila como una de las mejores series del año y es fácil vaticinarle una buena cosecha de premios.




miércoles, 2 de abril de 2025

Escenas Míticas: Terrorismo - El puente de Casandra

 

   Aprovechando el estreno de la nueva película de Rami Malek como protagonista desde que ganara el Oscar con “Bohemian Rhapsody”, pues hasta ahora venía apareciendo en buenas películas pero no en el papel principal, que toca los temas del terrorismo y el espionaje, vamos a dedicarle el ciclo de este mes precisamente a las películas de terroristas, que hay unas cuantas y algunas muy buenas.


   Aunque la que vamos a tratar hoy casi estaría más encuadrada en el género de catástrofes, que tan de moda estuvo en los años setenta con títulos como “El coloso en llamas” o “Terremoto”, ambas de las que hemos hablado aquí en el blog, de cuyo éxito se quiso beneficiar ésta, “El puente de Cassandra”.


   Pero si comienza con el ataque de dos terroristas, que terminan contagiándose de un peligrosísimo virus, y uno de ellos se traslada al interior de un tren. A partir de ahí es ese tren el personaje realmente protagonista y es cuando se desarrolla la trama más en el ámbito del cine de catástrofes.


   El escenario de un tren ha sido tan recurrente en el cine que casi podría considerarse un subgénero en sí mismo, como ya decíamos como el de submarinos, por ejemplo. Ejemplos como “Asesinato en el Orient Express”, “Desde Rusia con amor” (de la saga Bond), el slasher “El tren del terror” o “Pánico en el Transiberiano”, entre muchos otros títulos. Incluso más recientemente con “Rompenieves”, “Tren a Busan” o “Bullet train”.


   Un tren real que fue prestado por una compañía ferroviaria suiza. Por lo que todas las imágenes exteriores del medio de transporte son absolutamente reales a excepción de los interiores, que se rodaron en un estudio y los de la escena final que se reprodujo con una maqueta pero con muy aceptable realismo para la época.


   El responsable de la dirección era un George Pan Cosmatos que tenía una filmografía más bien corta y no precisamente muy reconocida pero con títulos muy molones de género como esta misma que tratamos hoy, la monster movie “Leviathan”, el western “Tombstone”, “Rambo 2” y “Cobra”.


   Cosmatos sufrió cólera cuando era niño y vivía en Egipto, y tenía un muy mal recuerdo de ello. Y quería hacer una película, coescrita por él mismo con lo que consideraba lo peor que podría crear la humanidad, los virus o bacterias, que producían enfermedades y potenciales pandemias. Murió en 2005, sin conocer que sus palabras se confirmarían con una pandemia, del Covid-19, probablemente manipulado por el hombre, que puso en peligro a la población mundial.


   La elección del reparto seguía en la línea del cine de catástrofes anteriormente mencionado, juntando varias estrellas en pantalla. Aunque es cierto que varias de ellas no precisamente en el punto más alto de sus carreras. No obstante, no dejaba de ser interesante ver en la misma película a Richard Harris, Sophia Loren, Ava Garner, Burt Lancaster, Martin Sheen u O.J. Simpson.


   Charlton Heston rechazó el papel protagonista por varias razones. Primero porque decía que las películas sobre enfermedades no solían gustar a la gente. Y segundo porque apenas dos años antes había protagonizado precisamente “Terremoto” y no quería encasillarse más en el subgénero de catástrofes.

   La película tuvo críticas bastante negativas. Sin embargo, tiene buenas opiniones por parte del público en las webs de cine. Tuvo un presupuesto inferior a lo que se terciaba en esta clase de películas, 6 millones de dólares, recaudó 15 en taquilla. A ver, buena buena, no es. Es cierto que en ocasiones tiene decisiones de guion terribles y una buena colección de gazapos en el rodaje.. pero me parece un thriller tremendamente disfrutable, muy entretenido y además con la maravillosa banda sonora de Jerry Goldsmith.

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