sábado, 27 de abril de 2024

Microcríticas Express: Five nights at Freddy's/Gran turismo/Pinball

 



   Algunos videojuegos tienen una muy buena historia y otros no tanto, y a la hora de adaptarlos a la pantalla pues cantan. Este solo pedía meter a un grupo de personajes en el establecimiento en cuestión y básicamente que fueran cargándoselos. Nos entretenemos un rato, lo pasamos bien y a otra cosa. Pero no, han querido hace una película mejor de lo que tocaba, con trasfondo psicológico y una subtrama de intriga que lo único que hacer es ralentizar el ritmo y, por lo general, sacarte de lo importante, que es la diversión que puedan ofrecer los muñecos. Que es lo mejor de todo, el diseño de los verdaderos protagonistas animatrónicos y la ambientación del lugar donde están. Para colmo luego es que encima es bastante light. Yo no he jugado al videojuego, solo he visto de que va y un poco su estética, pero los que si han jugado me dicen que no es precisamente gore. Bueno, pues igual eso habría que habérselo saltado porque la película lo pide a gritos, al menos que fuera un poco sangrienta, que ni eso. Por cierto, ¿casi dos horas? Se nos está yendo de las manos los metrajes de las películas de terror, porque a esta le sobra relleno y mucho, como media hora. Será que anteriormente había visto “Willy’s Wonderland”, que si es una gamberrada muy divertida con prácticamente la misma premisa, y con la guinda de poder ver a Nicholas Cage haciendo de las suyas. 5.


   Sinceramente, no podía entender como iban a hacer la adaptación de un videojuego que no tiene historia, que consiste en conducir coches. Es como si les diera por adaptar el FIFA. Claro, que tenía trampa, no era realmente una adaptación del juego sino de una historia relacionada con él. Una real, sobre unos chavales, jugadores de este simulador (a este si he jugado yo y bastante) que promocionaron a pilotos de coches de carreras de verdad. Salvando las habituales licencias, lo que tengo que reconocer es que han sabido darle un contexto a la historia. También ayuda tener un director en condiciones como Neil Blompkamp. De hecho, me ha sorprendido que se haya metido en este tinglado y la razón es que, por lo visto, es un gran fan del juego. Y lo que contribuye un director de este calibre es en el realismo con el que están rodadas las escenas de las carreras, literalmente te meten en los coches y por momentos puedes sentir la velocidad. En este sentido se agradece que hayan tirado más por el camino de “Días de trueno” o “Rush”, o incluso “Le Mans 66”, aunque creo que es inferior a todas ellas, que por el de “Fast and furious” o esa cosa de Stallone que llamaron “Driven”. La cuestión es que entretiene y, por momentos, es emocionante. Además, le da empaque su reparto, aunque más en el terreno de los secundarios, como David Harbour, Orlando Bloom o Djimon Hounsou, más que por su protagonista Archie Madekwe, que me dice más bien poco. Ah, sale la Spice Girl Geri Halliwell, que me ha parecido muy gracioso. 6’5.


   Me van a gustar más las películas basadas en la creación de juegos que las adaptaciones de videojuegos. Tal vez porque llevan una historia muy interesante detrás. Este no es un videojuego, es uno de los juegos más populares, digamos, de bar, quizá que haya habido, que tuvo sus orígenes allá por la década de los sesenta y se popularizó masivamente por los setenta. Pero resulta que estuvo prohibido. Y aquí te cuentan como se demostró que era un juego de habilidad y no de azar, y se consiguió legalizar como dice ya el propio título. Me ha recordado a otra película, creo que del año pasado, que me gustó bastante y que va muy paralela a esta, “Tetris”. Porque ambas están tratadas en tono de comedia y también porque me han retrotraído a mi infancia. Y si, esta también resulta muy divertida, con ese método de narración con un narrador dentro de la propia película, como si fuera el protagonista de la historia, Roger Sharpe, quien cuenta la historia a modo de flashback. Pero manejado de forma efectiva, sin reiteración en la narración, agilizando bastante el relato, y sabiendo condensar y hacer equilibrado el relato de los hechos a la vez que cuenta la parte romántica. De hecho, tan solo dura hora y media, y no le hace falta más, es lo que tenía que ser. Además, el casting está muy acertado. Ahora me apetece echar un Pinball. 6’5. 

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