Algunos
videojuegos tienen una muy buena historia y otros no tanto, y a la
hora de adaptarlos a la pantalla pues cantan. Este solo pedía meter
a un grupo de personajes en el establecimiento en cuestión y
básicamente que fueran cargándoselos. Nos entretenemos un rato, lo
pasamos bien y a otra cosa. Pero no, han querido hace una película
mejor de lo que tocaba, con trasfondo psicológico y una subtrama de
intriga que lo único que hacer es ralentizar el ritmo y, por lo
general, sacarte de lo importante, que es la diversión que puedan
ofrecer los muñecos. Que es lo mejor de todo, el diseño de los
verdaderos protagonistas animatrónicos y la ambientación del lugar
donde están. Para colmo luego es que encima es bastante light. Yo no
he jugado al videojuego, solo he visto de que va y un poco su
estética, pero los que si han jugado me dicen que no es precisamente
gore. Bueno, pues igual eso habría que habérselo saltado porque la
película lo pide a gritos, al menos que fuera un poco sangrienta,
que ni eso. Por cierto, ¿casi dos horas? Se nos está yendo de las
manos los metrajes de las películas de terror, porque a esta le
sobra relleno y mucho, como media hora. Será que anteriormente había
visto “Willy’s Wonderland”, que si es una gamberrada muy
divertida con prácticamente la misma premisa, y con la guinda de
poder ver a Nicholas Cage haciendo de las suyas. 5.
Sinceramente,
no podía entender como iban a hacer la adaptación de un videojuego
que no tiene historia, que consiste en conducir coches. Es como si
les diera por adaptar el FIFA. Claro, que tenía trampa, no era
realmente una adaptación del juego sino de una historia relacionada
con él. Una real, sobre unos chavales, jugadores de este simulador
(a este si he jugado yo y bastante) que promocionaron a pilotos de
coches de carreras de verdad. Salvando las habituales licencias, lo
que tengo que reconocer es que han sabido darle un contexto a la
historia. También ayuda tener un director en condiciones como Neil
Blompkamp. De hecho, me ha sorprendido que se haya metido en este
tinglado y la razón es que, por lo visto, es un gran fan del juego.
Y lo que contribuye un director de este calibre es en el realismo con
el que están rodadas las escenas de las carreras, literalmente te
meten en los coches y por momentos puedes sentir la velocidad. En
este sentido se agradece que hayan tirado más por el camino de “Días
de trueno” o “Rush”, o incluso “Le Mans 66”, aunque creo
que es inferior a todas ellas, que por el de “Fast and furious” o
esa cosa de Stallone que llamaron “Driven”. La cuestión es que
entretiene y, por momentos, es emocionante. Además, le da empaque su
reparto, aunque más en el terreno de los secundarios, como David
Harbour, Orlando Bloom o Djimon Hounsou, más que por su protagonista
Archie Madekwe, que me dice más bien poco. Ah, sale la Spice Girl
Geri Halliwell, que me ha parecido muy gracioso. 6’5.
Me
van a gustar más las películas basadas en la creación de juegos
que las adaptaciones de videojuegos. Tal vez porque llevan una
historia muy interesante detrás. Este no es un videojuego, es uno de
los juegos más populares, digamos, de bar, quizá que haya habido,
que tuvo sus orígenes allá por la década de los sesenta y se
popularizó masivamente por los setenta. Pero resulta que estuvo
prohibido. Y aquí te cuentan como se demostró que era un juego de
habilidad y no de azar, y se consiguió legalizar como dice ya el
propio título. Me ha recordado a otra película, creo que del año
pasado, que me gustó bastante y que va muy paralela a esta,
“Tetris”. Porque ambas están tratadas en tono de comedia y
también porque me han retrotraído a mi infancia. Y si, esta también
resulta muy divertida, con ese método de narración con un narrador
dentro de la propia película, como si fuera el protagonista de la
historia, Roger Sharpe, quien cuenta la historia a modo de flashback.
Pero manejado de forma efectiva, sin reiteración en la narración,
agilizando bastante el relato, y sabiendo condensar y hacer
equilibrado el relato de los hechos a la vez que cuenta la parte
romántica. De hecho, tan solo dura hora y media, y no le hace falta
más, es lo que tenía que ser. Además, el casting está muy
acertado. Ahora me apetece echar un Pinball. 6’5.
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