Si
no es la película más representativa de la década de los ochenta,
poco le falta. Todos aquellos que anden en la franja de los cuarenta
a los cincuenta años y que fueron niños en ese periodo de cine tan
característico, cómo es el caso de un servidor, le tienen un cariño
especial a esta película, qué es prácticamente la bandera del cine
juvenil de aventura de esos años.
Una
historia creada por el popularísimo en ese tiempo Steven Spielberg,
qué escribió pensando en dirigirla él mismo. Aunque finalmente
cedió para que la convirtiera en guion Chris Columbus (otro de los
grandes de esa época) y él se quedó en la producción. Aunque por
lo visto llegó a rodar varias escenas de la película.
Y
es que la mano de Spielberg como productor es alargada, en una década
en la que estaba de moda y ejercía una poderosa influencia en sus
títulos producidos, como puede apreciarse en “Los goonies”,
“Poltergeist” o “Gremlins”, que prácticamente parecen
dirigidas por él, anulando a directores con bastante personalidad
como Richard Donner, Tobe Hooper o Joe Dante.
Un
Donner que venía de dos éxitos de taquilla y crítica consecutivos
con “La profecía” y “Superman” pero que había patinado en
su siguiente película, “Lady Halcón”, aunque con el tiempo se
revalorizaría. Justo un par de años después de “Los Goonies”, iniciaría una de las sagas más exitosas de la historia del cine que
terminó de definir el subgénero de buddy movie, “Arma letal”.
La
presencia de Spielberg no impidió que Donner tomara sus propias
decisiones. El director estaba obsesionado en el trato que debía
darse a los niños del reparto, los cuales consideraban la base de la
película. Es por eso que rodó la película de forma cronológica y
así facilitarles la asimilación de la historia. Tampoco les dejó ver el barco pirata hasta el momento del rodaje para que sus
reacciones fueran lo más naturales posibles.
Un
barco que se construyó a escala real y que tras el rodaje se puso a
disposición del que lo requiriera, fuera para uso comercial, para
formar parte de algún parque temático o para lo que fuera. Sin
embargo, nadie lo requirió y finalmente fue desmantelado. Una
verdadera pena.
En
el reparto figuraban algunos chavales que también participarían en
el otras películas ochenteras muy populares, como Corey Feldman
(“Gremlins”, “Cuenta conmigo”, “Jóvenes ocultos”) o
Jonathan Ke Quan (“Indiana Jones y el templo maldito”). Y otros
que después han desarrollado una gran carrera o formado parte de
sagas importantes, como Sean Austin, como el Sam de “El señor de los
anillos” o Josh Brolin.
Jeff
Cohen, Gordi, también desarrolló una carrera de vinculada a la
industria del entretenimiento pero curiosamente no como actor sino
como abogado. Sin embargo, probablemente el personaje más icónico del film, Sloth, estaba interpretado con un jugador de fútbol
americano llamado John Matuszak, que llegó a conseguir nada menos que
dos Súperbowls pero qué murió con tan solo 38 años de un paro
cardíaco y con la sombra de las drogas sobre él.
La
película tuvo un presupuesto de 19 millones de dólares y consiguió
87 en taquilla. Además, las críticas fueron muy buenas. Ya en la
década de los noventa se quiso hacer una serie de dibujos animados
pero las exigencias de los actores en materia de derechos de imagen
lo impidieron. Si se realizó un videojuego para “Nintendo”. En
2014, Donner anuncio una secuela pero no se llegó a hacer.
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