FICHA
TÉCNICA
Título:
Dr.
Death.
Dirección:
Kim
So-yong,
Maggie
Kiley,
Jennifer
Morrison.
País:
Estados
Unidos.
Año:
2021.
Duración:
55
min (8 episodios).
Género:
thrller,
drama, serie.
Interpretación:
Joshua
Jackson, Alec
Baldwin,
Christian
Slater,
Carrie
Preston,
Dominic
Burgess,
Fredric
Lehne,
Dashiell
Eaves,
Jennifer
Kim,
Tracy
Sallows,
Molly
Griggs,
Grace
Gummer,
AnnaSophia
Robb,
Perry
Strong.
Guion:
Ashley
Michel Hoban, Patrick Macmanus, Ahmadu Garba.
Música:
Nick
Chuba.
Fotografía:
Kat
Westergaard, Zack Galler.
Distribuidora:
Starzplay.
CRÍTICA
SINOPSIS:
Basada
en la historia real de Christopher Duntsch, un prometedor cirujano
por
el que se peleaban todos los hospitales privados. Sin embargo, sus
operaciones comenzaron a salir desastrosas, provocando mutilaciones e
incluso la muerte en gran cantidad de sus pacientes. Hasta que dos
médicos se propusieron pararle.
LO
MEJOR: Ni
se os ocurra ver esta serie si tenéis alguna operación quirúrgica
o intervención médica de cualquier clase en el horizonte. Porque
ésta
es una de las historias más
impactantes que
puedes ver este año y una de las más aterradoras que he conocido en
mucho tiempo. De hecho, no pertenece al género de terror pero da
bastante más miedo que cualquier película o serie que si lo haga.
Básicamente porque ataca a la línea flotante del espectador medio,
hacerle sentir realmente vulnerable. Casas embrujadas, fantasmas,
monstruos nos pueden intimidar durante la proyección de una película
pero al terminar, ese temor queda atrás, podemos ejercer una
distancia a las situaciones que acabamos de presenciar en pantalla.
Sin embargo, con “Dr Death” eso es imposible, porque todos hemos
sido, somos o seremos pacientes en algún o algunos momentos de
nuestras vidas, y no hay nada más vulnerable que un paciente en la
mesa de operaciones de un quirófano. De ahí que gran parte de mi
alta valoración de la serie se deba
más al poderoso interés por la historia original que a la ejecución
de dicha serie. La cual centra sus esfuerzos en dos aspectos. Uno en
dilucidar si el artífice de todos las atrocidades cometidas por el
protagonista las hizo de forma intencionada o solo era un completo
inepto. La otra es retratar un sistema médico de hospitales privados
estadounidenses absolutamente corrupto, más preocupado por sus
intereses económicos y publicitarios que por los humanos.
Porque
fuera Christopher Duntsch
un psicópata o un incompetente, cuesta creer que nadie le hubiera
parado.
Interpretación:
Tiene
un reparto de primer orden que podría figurar para cualquier
película y, sin embargo, el más destacado es quién más vinculado
a
la televisión estaba a
priori. Joshua Jackson siempre me ha parecido un actor correcto pero
con ciertas limitaciones dramáticas. Bueno pues aquí es la
verdadera estrella y la libertad que le han dado para meterse en la
piel de Duntsch
la ha aprovechado para realizar la mejor interpretación de su
carrera, de
muy largo. Tras
él, un dúo que muestra una sorprendente química, integrado
por el tristemente ahora tan popular Alec Baldwin, precisamente por
un accidente en el rodaje de su última película, “Rust”, que
acabó
con la muerte de su directora de fotografía, Halyna Hutchins, y por
Christian Slater qué despliega carisma en todas sus intervenciones y
supone cierta vía de escape, por su humor, para una trama tan seria.
AnnaSophia Robb también está perfecta en su rol.
Escena
(SPOILERS!!): Voy
a dar mi teoría sobre lo que plantea principalmente la serie, si
Duntsch
era un psicópata en serie o solo un pésimo cirujano. No está nada
claro. Lo que nos muestran es un tipo con un extremísimo
narcisismo, prácticamente autoproclamado como un dios, que echaba la
culpa a los demás de todos sus errores y para colmo al que se le
ánimo a creérselo. Más tarde entra en juego el alcohol y las
drogas, lo que provocada que acudiera las operaciones sin dormir y en
condiciones inaceptables. El
detalle del roto en
el pantalón incide en
el hecho de que era un desastre. La excesiva duración de algunas
operaciones, ciertas decisiones o enfrentamientos con otros médicos
o enfermeros que le ponían en evidencia, me indican que no había
planificación y, por tanto, premeditación y alevosía. Por lo cual
me inclino a pensar que el alegato de su defensa sobre que solo era
un cirujano mediocre puede tener base. Ahora bien, las aberrantes
mutilaciones, los incalculables daños físicos
e incluso las muertes que cometió, es difícil creer que no se diera
cuenta de lo que estaba haciendo. Y hay un síntoma claro de
sociopatía, no sentía ni culpabilidad ni cargo de conciencia y, por
lo tanto, empatía. Otra cosa es que todo ésto se juntara con la muy
reprochable actuación de las distintas instituciones que lo
tutelaban.
LO
PEOR: El
montaje es un tanto caótico, dando saltos de alante a atrás y
viceversa de forma constante y, en ocasiones, sin llevar a cabo un
patrón, colocándonos cada dos por tres subtítulos de los años a
los que pertenecen las imágenes que vamos a ver. Se hace confuso y
aún
así
se logra seguir la trama.
REFERENCIAS:
Pensaba
que era una serie en sentido negativo de lo que pudo ser “Urgencias”,
o sobre un ángel dela muerte, como el personaje de la cuarta
temporada de “Fargo”, pero a menudo, la serie se inclina a la
denuncia del sistema através de la instituciones, en plan “Erin
Brokovich”.
CONCLUSIÓN: 7'5. Más aterradora que cualquier historia de terror porque coloca al espectador en el lugar más vulnerable, emparentado con las víctimas. No se recomienda ver si se tiene alguna operación en el horizonte.
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