Si
el motivo de hacer este ciclo era el estreno de “Spiral”,
precisamente por ser un reboot, un relanzamiento de la ya muy
prolífica saga “Saw”, pues aquí empezó todo, tanto el inicio
de esa franquicia como de la carrera del que muy probablemente sea
uno de los cinco (puede que tres) mejores directores de terror del
cine moderno. Porque esta película supone la explosión de James
Wan.
Aunque
no fue su ópera prima, sino su segundo largometraje. Un film muy
influenciado por “Seven” en ciertos temas, como la sofisticación
de los asesinatos, aunque explotando mucho más aspectos morbosos
como la sangre y el gore. Y el tratamiento de la historia como un
rompecabezas con un final sorpresa impactante. Pero hay que
reconocerle a “Saw” su propia identidad, decantándose claramente
por el género de terror incluso con rasgos de slasher.
Pero
sobre todo por la originalidad del modus operandi de su asesino, el
cual ni siquiera mata a directamente a sus víctimas sino que las
somete a una prueba a superar con la probabilidad de incluso poder
sobrevivir. Aunque igual que el John Doe de “Seven”, está
castigando a esas víctimas. Por cierto, si en la película de
Fincher, el tema musical de los títulos de crédito iniciales era
una canción de Nine Inch Nails, aquí directamente es un ex miembro de ese
conjunto, Charlie Clouser quién se ocupaba de la banda sonora.
Sin
embargo, a pesar de las evidentes influencias de “Seven”, la idea
se les ocurrió a sus creadores al ver la película “El proyecto de
la bruja de Blair”, fascinados por el efecto producido por rodar
toda la película con una cámara doméstica. Pensaban en adoptar ese
punto de vista subjetivo para su película, a través de la cámara
de seguridad de un ascensor.
Pero
no se llevó a efecto. De hecho, James Wan, quién había estudiado
Audiovisuales junto a su amigo Leigh Whannell, ambos se embaracaron en el proyecto, el cual presentaron a diversos productoras
australianas, con un resultado negativo en todas ellas. Pero no
cejaron en su empeño y probaron con varios productores
estadounidenses.
Tuvieron que echar toda la carne en el asador e invertir todo el
dinero que tenían en elaborar un corto de ocho minutos. Y la cosa
funcionó pues a los responsables de la productora Evolution les
encantó hasta tal punto que permitieron estar a Wan en la dirección
y a Whannell en el guion, reservándose éste último un papel en la
película. Y además les consiguieron algunos nombres conocidos para
darle algo más de empaque.
Así
que a Leigh Whannell se unieron Cary Elwes (“La princesa
prometida”), Danny Glover ("Arma letal"), Dina Meyer (“Starship
troopers”) y Tobin Bell, que se haría famoso precisamente por
interpretar al asesino psicópata de la saga, Jigsaw. Hoy es ya todo
un icono del psicokiller y el género de terror que come en la misma
mesa de otros asesinos famosos como Michael Myers o Jason Voorhees.
Tras
el éxito de “Saw”, James Wan dirigió otra película
interesante, “Silencio desde el mal”. Pero su mayor contribución
fue comenzar dos de las sagas de terror más reconocidas de las últimas
décadas, “Insidious” y sobre todo, “Expediente Warren” (se
estrena la tercera parte el mes que viene), que ha supuesto todo
un universo del horror con diversos spin off, como “La monja” o
“Annabelle”. Aunque Wan también ha sido efectivo en el campo de
la acción, como en “A todo gas 7” o “Aquaman”.
Sin
contar el reboot, la saga ya cuenta con nada menos que ocho entregas.
Aunque tan solo hasta la tercera tuvo un nivel aceptable.
Después ya solo es sangre y gore gratuito. Pero “Saw”, que
estaba destinada a los videoclubs, tuvo gran éxito en los festivales
de Sundance y Toronto, lo que hizo que se estrenara en cines. Costó
solo 1.200.000 y recaudó 103 millones de dólares.
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