Tocaba meter alguna película con accidente aéreo de por
medio y en lugar de decantarme por las más famosas, estilo “Aeropuerto” y
demás, donde todo el film desarrolla en el interior de un avión, he preferido
escoger uno que de verdad se base en un accidente aéreo real y que supone una
de las historias más duras que se conocen.
El 13 de octubre de 1972, un avión que transportaba un
equipo de rugby uruguayo, el Old Christian Club de Carrasco, colisionó contra
uno de los picos de la cordillera de los Andes haciéndolo estrellarse en la
nieve. Los supervivientes pasaron 72 días aislados allí sin ropa adecuada ni
comida, y soportando temperaturas de -40 grados.
El secreto de su supervivencia fue la manera o, más bien, las cosas que se vieron obligados a hacer para subsistir. Lo que tristemente dio popularidad a este hecho fue que los pasajeros tuvieron que practicar la antropofagia, o lo que es lo mismo, el canibalismo. Quizá hoy en día, se ve como un recurso lógico, pero tengamos en cuenta la época, con sus correspondientes convicciones religiosas, tanto de familiares como de la propia sociedad en si del momento.
Para la reconstrucción de los hechos se adaptó la novela
homónima de Jean Paul Read que recoge minuciosamente la historia narrada por
los supervivientes del desastre. Además, se contó como asesor de rodaje con uno
de ellos, Fernando Parrado, interpretado por un jovencísimo Ethan Hawke en la
película.
A cargo del proyecto estaba parte del equipo de Steven
Spielberg, o al menos de varios de sus colegas. Su productora habitual Kathleen
Kennedy también ejerciendo las labores de producción aquí. Y su marido, Frank
Marshall, que también colabora habitualmente con Spielberg como productor, e
incluso guionista. Aquí se ocupó de la dirección.
Aunque no se haya prodigado demasiado en esta función, fue
el director de una muy buena película pero que jamás conseguí volver a ver por
el pavor que me inflige, “Aracnofobia”. Ese film causó un terror similar,
aunque a otra escala por supuesto, al creado con “Tiburón”, de la cual participó.
El reparto está casi totalmente exento, ya no de estrellas, sino de nombres conocidos. Y tan solo Ethan Hawke y Josh Hamilton sonaban al público, y más bien el primero. Si es de reseñar la participación de John Malkovich como narrador al comienzo y al final, en la versión original.
Las reacciones fueron dispares. Cinematográficamente tuvo
buenas críticas y se destacó el empeño de Marshall en no buscar el morbo de la
historia y si la dignidad de los protagonistas. Pero, por otro lado, se criticó
el poco parecido a éstos con las personas reales y el no contar el viaje de los
tres supervivientes que se aventuraron a través de las montañas y que
finalmente posibilitó el rescate.
Quizá si estuviera justificado haber empleado unos 30 o 40
minutos en completar la historia, pero me resultó una buena película
igualmente. Es recomendable leer el libro de Read o, en su defecto visionar el
documental “Viven, la tragedia de los Andes” y "Sobrevivientes, los Andes 25 años", donde cuenta como los 45 pasajeros de aquel avión se
convirtieron en 16 supervivientes y entrevistas con ellos 25 años después, respectivamnete.
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