Se la considera por muchos la más floja de la trilogía clásica. Quizá se debe a que la primera parte fue un auténtico sorpresón y la segunda un salto de calidad dramática y, a su vez, un cambio de tono hacia la oscuridad que puede que se pensara que continuaría incluso de forma más acentuada en esta parte final, cosa que no ocurrió.
No estoy de acuerdo y durante este articulo iré explicando por qué. Hay varias razones para el cambio de tratamiento de la historia desde “El imperio contraataca” hasta ésta, algunas técnicas y otras argumentales. Aunque ambas tienen relación directa. La primera y más importante es la no colaboración de Lawrence Kasdan en el guión junto a George Lucas.
Lucas quería que “El imperio contraataca” fuera más oscura y pesimista justo para retornar (nunca mejor dicho) a la luz en esta tercera parte, y más que a la luz, a la esperanza. Algo muy distinto a lo que ocurrió con la otra trilogía que fue oscureciendo cada vez más hasta terminar en el triunfo del mal en el “Episodio III, la venganza de los Sith”.
Por tanto, Lucas decidió mezclar el tono aventurero y familiar con el oscuro y tenebroso, dando lugar a un híbrido de las dos primeras partes. Para ello, se ocupó del guión y de la producción (esta vez sí acreditado). Y si algo no se puede negar es que es la entrega más espectacular de la trilogía clásica, la que más acción y mejores efectos especiales tiene, lo que se percibe tanto en las batallas aéreas como en los duelos con el sable láser.
En la silla del director se sentó Richard Marquand, que como Kershner, tenía un escaso bagaje anterior, aunque su inmediatamente precedente a “El retorno del Jedi” fuera una muy interesante “El ojo de la aguja”. Pero si bien, con Irvin Kershner defendí su autonomía frente a la influencia de Lucas tras él, aquí se perciben sus tentáculos en el resultado final de la película. Marquand, tan solo haría después “Al filo de la sospecha” como título más destacable.
Vayamos con las críticas más enfebrecidas que recibió. La más evidente fue la inclusión de los ewoks en la ecuación, lo que la mayoría de fans interpretaron hacia el estilo infantiloide de la primera parte. Quizá, tras “El imperio contraataca”, colocar unos peluches como aliados de nuestros héroes no fuera lo más acertado, pero tampoco me parece tan grave. El universo Star Wars está plagado de criaturas similares. Lo mismo ocurrió incluso con una crítica más dura con Jar Jar Vinks en el "Episodio I, la amenaza fantasma".
Otra de las criticas fue el hecho de mostrar la cara de Darth Vader. Se consideró que las heridas mostradas eran demasiado nimias y que el propio hecho de mostrar el rostro del gran villano de la saga le restaba misterio e incluso mito. Nuevamente no estoy de acuerdo. La secuencia final, tras el épico duelo de Vader y Luke y su retorno a la luz de la mano de su hijo para acabar con el Emperador, es sencillamente brillante, a la vez que emotiva.
Curiosamente fue la entrega más cara de la trilogía con 32 millones
y la menos taquillera con 475. Aún así no hay que ser ningún lince para darse
cuenta que el negocio fue sumamente rentable.
Personalmente creo que es el capítulo más entretenido de
toda la saga. Introduce nuevos vehículos, personajes como Jabba the Hutt, Darth
Sidious (más importancia), escenas icónicas (rescate Luke, batalla ewoks,
persecución motos, duelo final), y lo más importante, cierra perfectamente
todas las tramas.
Lo que quizá no fue de mi agrado fue incluir en la última
remasterización, las imágenes de Ewan McGregror y Hayden Christensen en lugar de
Alec Guiness y David Prowne.
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