En este caso, no se trata de una conspiración gubernamental. No, es un tema que me parece incluso más preocupante. Se trata del poder casi ilimitado que poseen determinadas industrias, capaces de saltarse los límites legales y presionar a determinados cargos políticos o influir en medios de comunicación para continuar con sus pesquisas. Pues bien, éste es un caso en el que un hombre dijo NO.
Y ese hombre fue Jeffrey Wigard, un científico de una
importante empresa tabacalera, Brown & Williamson, quien fue despedido a
manifestar diferencias de criterio en cuanto a la fabricación de cigarrillos.
El “dilema” de Wigard residía en si romper su contrato de confidencialidad para
denunciar las irregularidades de las que había sido testigo, teniendo en cuenta
que suponían un delito de salud pública.
El otro brazo en cual se apoya la historia y, por tanto, la película, fue Lowell Bergman, un importante productor de la cadena de televisión CBS y responsable del popular programa de investigación “60 minutos”. Bergman también tuvo su propio “dilema” moral de enfrentarse a la propia CBS que, presionada por las amenazas de Brown & Williamson, pretendía censurar la información que se exponía en el reportaje.
El delito en cuestión consistía en aplicar una serie de sustancias químicas en el tabaco que acentuaban exageradamente el efecto adictivo del cigarrillo actuando más directamente sobre el cerebro y el sistema nervioso y produciendo mayores efectos nocivos sobre los pulmones. Porque una cosa es que el tabaco se efectivamente malo para la salud y otra que se multipliquen dichos efectos perjudiciales.
Pero es que para lograr sus objetivos no les dolieron prendas de ejercer un acoso psicológico y mediático sobre Wigard a quien destruyeron literalmente su vida difamando su pasado, y amenazándole incluso de muerte, lo que provocó el abandono de su esposa. En cuanto a Bergman, intimidaron a la CBS con torpedear la negociación con Westinghouse mediante un pleito que hundiría a la famosa cadena televisiva.
Finalmente, la entrevista con Wingard vio la luz, dando lugar a un escándalo sin precedentes en la industria tabacalera, a quienes obligaron a pagar cantidades en indemnizaciones de 246000 millones de dólares. Además, supuso un antes y un después en cuanto a la prohibición de publicidad en televisión, obligación de financiar campañas para dejar de fumar y regularización en la composición de los productos.
Jeffrey Wingard y Lowell Bergman fueron interpretados por Russell Crowe y Al Pacino respectivamente. Crowe logró una de las mejores interpretaciones de su carrera y es, para quien esto escribe, superior junto a la de “Una mente maravillosa” a la de “Gladiator” que fue por la que consiguió el Oscar. Pacino estuvo al nivel que nos acostumbraba, es decir, altísimo. El reparto lo completaban Christopher Plummer, Diane Venora y Michael Gambon.
Michael Mann, director especialmente dotado para la
narración, realizó una de las mejores películas de investigación que se hayan
filmado. Cosechó excelentes opiniones de critica profesional y publica. Incluso
logró ser nominada para los oscars en 7 categorías incluyendo mejor película y
director. Desgraciadamente topó con la triunfadora de ese año, “American
beauty” y no obtuvo ningún premio.
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