jueves, 10 de diciembre de 2015

Escenas Míticas: Star Wars I-III - La amenaza fantasma




    Creí que no llegaría nunca este momento. Finalmente se completará toda la historia que efectivamente, inicialmente estaba concebida para ser tres trilogías, contraviniendo a aquellos que piensen que se han sacado estas de la manga. En cualquier caso, los seguidores de la saga debemos de estar de enhorabuena. Además la elección de J.J. Abrams como director de la primera parte, el Episodio VII, me da ciertas garantías, tras las sensaciones que me dejo con “Super 8” y las precuelas de “Star Trek”.
 



   Se ha acusado a este episodio de ser muy infantiloide. En mi opinión, el proceso evolutivo de este trilogía me parece similar al de la clásica que todos idolatramos. Es decir, sigue una maduración progresiva comenzando desde una película más simple, “Episodio IV, la nueva esperanza” lo era, de hecho, corrió la posibilidad de quedarse en esa única película de haber sido un fracaso de taquilla.




   Como en aquella, George Lucas,  asumió personalmente el mando de la primera entrega de la saga. Luego comprobaríamos que dirigiría todas las integrantes de esta, probablemente para asegurarse de dar su propia visión del tratamiento de su personaje principal, Annakin Skywalker. No estoy de acuerdo en que solo sepa ser productor y guionista. Su trabajo en la dirección de las películas de esta saga me pareció muy respetable.

  

   En su día, y aun hoy, la película fue masacrada por cierto sector de los fans más acérrimos de la primera trilogía. Vamos a ver, también yo lo soy, mi película favorita de “Star Wars” es “El imperio contraataca”, pero eso no implica que no pueda abrir mi mente y  disfrutar de este film, al igual que voy con la misma predisposición a ver la nueva de esta fantástica historia. Está bien ser purista, pero no cerrado.



   En  la labor de casting estuvieron especialmente acertados. No se me ocurre una reina Amidala más adecuada que Natalie Portman. Sus características tanto físicas como interpretativas cuadran perfectamente con el personaje. Como Qui-Gon-Jim tenemos al todoterreno y experimentado Liam Neeson. Muy buena elección. Quizá la más complicada era encontrar un Obi-Wan-Kenobi que diera la talla y pegara. Ewan Mc Gregor me pareció una buena decisión que se confirmó en las sucesivas secuelas.



   Lo que si era tan curioso y esperable era ver unos efectos especiales impresionantes. Bastante mejor que los de la toda la trilogía anterior, que se situaba en un periodo temporal más avanzado de la acción. Pero claro, la tecnología avanza y se plasma en pantalla. Así como los diseños de vestuario y naves, que sí supieron adecuar en ese aspecto.



   Lo que no hay ninguna duda es que la película y el anuncio de una nueva serie de episodios generó una expectación desorbitada, como probablemente genera la que se estrena este mes. El film  tuvo un presupuesto de 115 millones de dólares, no excesivamente alto si juzgamos lo que vemos en pantalla y comparamos con otras grandes superproducciones. Pero es que recaudó 1027 millones de dólares. Eso creo que lo dice todo. 
   Curiosidad: la carrera de vainas tiene una similitud asombrosa con la de cuadrigas de “Ben-Hur”.

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