FICHA TÉCNICA
Película: Caballo de batalla.
Título
original: War
horse.
Dirección: Steven Spielberg.
Países: USA y Reino Unido.
Año: 2011.
Duración: 148 min.
Género: Drama, bélico.
Interpretación: Jeremy Irvine
(Albert), David Thewlis
(Lyons), Emily Watson
(Rose), Toby Kebbell, David Kross
(Gunther), Peter Mullan
(Ted), Niels Arestrup
(abuelo), Eddie Marsan (sargento Fry), Benedict Cumberbatch
(mayor Jamie Stewart), Tom Hiddleston
(capitán Nicholls), Celine Buckens
(Emilie).
Guión: Lee Hall y Richard Curtis; basado en la novela de Michael Morpurgo.
Producción: Frank Marshall y Steven Spielberg.
Música: John
Williams.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Montaje: Michael Kahn.
Diseño de
producción: Rick
Carter.
Vestuario: Joanna Johnston.
Distribuidora: Walt Disney.
CRÍTICA
SINOPSIS:
Joey es el nombre de un
caballo que es comprado con los ahorros de una familia. Pertenecerá al hijo,
Albert. Pero las dificultades económicas y la guerra les obligan a separarse.
Entonces el caballo pasará por multitud de situaciones y dueños pero siempre
comportándose de forma ejemplar.
LO
MEJOR: No voy a
descubrir a estas alturas las cualidades del rey Midas de Hollywood. Su
capacidad para crear historias “bonitas” no está en tela de juicio. Y esta es
una de esas películas en las que Spielberg se siente como pez en el agua,
contando una historia basada en los méritos de un caballo. Y es que estas
películas en las que el protagonista es un animal siguen gustando, y si encima
está perfectamente recreada, como esta, con unos exteriores idóneos para
explotar un grandísimo trabajo de fotografía (hay imágenes impresionantes) del
habitual de Spielberg, Janusz Kaminski, pues mucho mejor.
Interpretación:
En honor a la verdad,
creo que el mejor actor es el caballo, sobre el cual gira todo el argumento. Y
no es que las actuaciones estén nada mal, es que durante el desarrollo del
film, se va pasando de unos personajes a otros y esto hace que permanezcan poco
en pantalla y queden relegados a secundarios, pues su trascendencia es menor.
Escena
(spoiler): Hay bastantes
en busca de lograr emotividad. Cuando el chico demuestra que a pesar de no ser
un caballo de tiro, consigue arar el campo entero, su paso por cada dueño
siempre deja algún buen momento. Pero me quedo con la secuencia en la que
durante un alto el fuego, el caballo se queda atrapado entre el alambre de
espino en el campo de batalla y un soldado alemán y otro inglés colaboran para
liberarlo demostrando que ante todo son personas.
LO
PEOR: Si en “Salvar al
soldado Ryan” el director retrata la segunda guerra mundial con crudeza y
escenas que ponían la carne de gallina, aquí no ocurre igual con la primera
guerra mundial. Las partes dedicadas a este tema quedan algo blandas. Soy de
pensar que mostrar violencia en el cine bélico no es hacer apología de esta
sino que contribuyen al realismo. Por otro lado quizá posea un excesivo
metraje.
CITAS:
“¿Te imaginas sobrevolar una guerra y saber que no puedes mirar abajo?
Tienes que mirar hacia adelante o nunca volverás a casa. ¿hay algo más valiente
que eso?”
REFERENCIAS:
Pues todas aquellas en
las que un animal, más en concreto, una mascota es el centro de la función.
Hace poco ví una de ese estilo, “Bajo cero” sobre unos perros de tiro de trineo.
Más lejana en argumento y enfoque estaría “El oso”.
CONCLUSIÓN:
7’5. Bonita historia de
animales.
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