En un arrebato de originalidad he optado por dedicar la temática de la sección durante este mes a la Navidad. Ya sé que nadie se lo esperaba. No obstante, este campo es muy amplio. Están las típicas películas navideñas, generalmente para público infantil y familiar, con la no menos típica moraleja sobre los valores de la mágica Navidad. O las que, sin tener la Navidad como tema central, se desarrollan durante estas fechas. Incluso se podría hacer un tema con las pelis de terror en las que el asesino va vestido de Santa Claus (que son unas cuantas).
En este caso, nos basaremos simplemente en las que aparezca la Navidad por algún lado. De esa forma podremos tocar cine de distintos géneros. Comenzaremos con "Cuando Harry encontró a Sally". En este film, los dos personajes protagonistas son una "pareja" de amigos que se van encontrando a lo largo del tiempo y los años. Algunas de estas veces en fechas navideñas.
El primer encuentro de Harry con Sally se produce cuando comparten coche y gastos de viaje sin apenas conocerse. Hay que decir que esta película es muy de hablar. De hablar absolutamente de todo. Fijaos en las explicaciones que se marca Sally (Meg Ryan) tanto para pedir plato como con el tema de las braguitas, y las caras tanto de la camarera como de Harry (Billy Crystal).
En esta secuencia los protagonistas está viendo "Casablanca" aunque en distintas habitaciones. Para ello utilizaron una pantalla partida para poder sacarles en el mismo plano. Discuten sobre el nivel de exigencia de las mujeres, comparando a Sally con Ingrid Bergman.
Sin duda, la mejor escena de la película. En otra de esas conversaciones de hombres y mujeres, Sally intenta convencer a Harry de que cualquier mujer puede fingir un orgasmo sin que el hombre se de cuenta. Y vaya si se lo demuestra, a él y a toda la cafetería. Por cierto que, sin ser para nada fan de Meg Ryan, hay que reconocer que está genial en este papel, y especialmente preciosa en todas sus apariciones.
Después de darse una carrera por media ciudad, Harry llega a la fiesta de Nochevieja donde se encuentra ella (que ya se iba, precisamente porque no está él). para decirle que la quiere. Y por supuesto hay beso, fueron felices y comieron perdices.
Tras esta película, los dos interpretes principales fueron catapultados a la fama. Billy Crystal se convirtió, en sucesivas veces, en el presentador de la gala de los Oscars. Y Meg Ryan repitió con comedias románticas del mismo palo ("Algo para recordar", "French kiss") pero distinto resultado.
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