En mi opinión, no superó a su predecesora pero se le acercó bastante, lo que ya es decir más que bastante. Y es que el listón estaba altísimo, pero eso no amedrentó a Chris Nolan para poner un magnífico colofón a la franquicia con otro peliculón sobre el hombre murciélago.
Tras el gran villano compuesto por Ledger en la película anterior, Nolan se vio obligado a dar a la saga y al cine, otro gran villano que vertebrara su película, pues apoyar el peso argumental sobre los hombros del malo había resultado bastante bien con el Joker.
Y ese villano fue Bane. Nolan había reclutado a Tom Hardy, al cual no yo conocía antes, para un papel secundario en "Origen". Y decidió colocarle la gran responsabilidad de ser Bane. Yo ya no cometería el error de pensar que el elegido no era el adecuado. Menos mal, porque Hardy fue un villano soberbio.
Por primera vez, Batman se enfrentaba en inferioridad a su rival. Si en "El caballero oscuro", el Joker le superaba en inteligencia, aquí Bane lo hacía físicamente. Lo cual no quiere decir que el héroe no fuera inteligente ni estuviera en forma, solo que sus contrincantes lo hacían al límite.
Esta vez, Bane no solo pondría en jaque a la ciudad, sino que ese adueñaría de ella y amenazaría con hacerla desaparecer de la faz de la tierra. Pero de nuevo, el malo se vale del terrorismo y de someter a la población de dilemas morales y éticos sobre como actuar contra él.
Si hay algo que caracteriza a toda la trilogía creada por Nolan sobre Batman y que la distancia poderosamente de las otras versiones, es su alejamiento de lo fantástico, de lo típicamente comic. De hecho, hasta el coche es un ingenio militar, el traje de Bruce Wayne está lleno de adelantos de I+D pero totalmente realista. Ni si quiera Catwoman (Anne Hathaway muy bien) viste verdaderamente de gata. Recordemos que son sus gafas las que echadas hacia atrás asemejan unas orejas gatunas en su indumentaria ajustada de cuero.
Si Heath Ledger moría tras el rodaje de "El caballero oscuro", también ocurriría un suceso aciago en el estreno de ésta, cuando un desequilibrado (obsesionado con el Joker) entró en un cine y se lió a tiros, dejando numerosas víctimas. Lo que contribuyó a creer en cierta leyenda negra de la saga.
Pero lo real es que la película volvió a romper la taquilla y Nolan terminó su trilogía de forma brutal, espectacular y épica.
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