Sin duda alguna, el género de zombies es de los más prolíficos que hay. La producción de películas con esta temática es enorme. No hay mes que no salga alguna. Lo que indica que la legión de seguidores es muy abundante. A lo largo de toda la trayectoria de este tipo de cine, se ha evolucionado hacia muchos subtipos y se han tomado muchas bifurcaciones. Pero al final, el terror siempre viene de lo mismo, unos seres que anteriormente eran humanos y que lo único que ansían es comerte vivo.
Decir que George A. Romero es el padre del género zombie no es que sea arriesgar mucho. Aparte de dedicar prácticamente toda su carrera a hacer esta clase de películas, realizó la que creo que es el amanecer de los muertos vivientes en el cine. Si tiramos de filmoteca, claro que hay films anteriores a éste en el que estos curiosos seres ya asomaban. Pero para mí, este cine empieza con este clásico absoluto del terror.
Las radiaciones provocadas por un satélite (esto se sabría después) hacen que los muertos salgan de sus tumbas. Por lo tanto, el peor sitio donde se puede estar es en un cementerio que es justo donde se encuentra esta pareja. Casualmente el chico está bromeando con la posibilidad de que los muertos ataquen a su novia. Que humor . . .
Si alguna vez ocurre un holocausto zombie y estás rodeado de seres (o no seres) supuestamente muertos (o no), pero el caso es que andan por ahí y están sedientos de su sangre y tu carne, supongo que encontrar a otra persona normal debe ser un gran alivio. Ya sabéis, ese anhelo de no estar solos. Pues es lo que le ocurre a la chica en esta escena.
Ya sé que a estas alturas hemos visto muchas películas con los zombies persiguiendo por todos los lados, rodeando a los personajes por todas partes. Pero es que todos esos conceptos de escenas claustrofóficas descienden de este film y más concretamente de esta secuencia, que viéndola aún hoy, me resulta agobiante y excepcionalmente rodada.
Este subgénero tiene una frecuencia de finales poco felices e incluso absolutamente pesimistas. Como podemos ver, después de sobrevivir a la masacre a la que someten los zombies al grupo que se escondía en la casa, van y lo confunden con otro zombie. Tiene narices la cosa.