Sin sables láser, ni Jedis ni fuerza. Tony Gilroy tomaba el camino del realismo, lo que dicen que produjo el rechazo del propio Dave Filoni, quien consideraba que la serie se apartaba del tono de fantasía característico de la saga, tirando mucho más hacia a los géneros de espionaje e intriga que hacia las aventuras y la acción. Mal que le pese a Filoni, “Andor” ha terminado por proclamarse la mejor serie de “Star Wars”. Si, por encima de “Mandalorian”, por muy disfrutona que sea esta.
LA MADUREZ POR BANDERA
Gilroy da más sentido y trascendencia a “Rogue One” (recomendable volver a ver justo después de terminar la serie), porque es una perfecta representación de la formación de una rebelión, con un claro emparentamiento del Imperio con el nazismo, de su gobierno con el fascismo. Es muy interesante como muestran los sacrificios de ambos bandos. En el caso de los rebeldes, como males necesarios para un bien mayor. Y en el Imperio, castigando a sus líderes por sus errores. Además, se incluyen algunas escenas memorables. Un episodio con lo sucedido en el planeta Ghorman hubiera sido impensable en esta saga. Además, nos hace entender cómo Cassian Andor, que ni siquiera era un personaje que nos cayera demasiado bien en “Rogue One”, por su dudosa moralidad, llega a ser lo que vimos en la película.
“Andor” acierta en todos los sentidos. Primero con un casting maravilloso, recuperando al propio Diego Luna, pero también a otros como Genevieve O’Reilly. E incorporando a otros como Stellan Skarsgard, Adria Arjona o Denise Gough. Segundo, con un guion tan plenamente sólido como en su primera temporada, dividiendo la historia en cuatro bloques de tres episodios cada uno, correspondientes a los momentos puntuales de cuatro años distintos, cerrando perfectamente todas sus tramas, sin alargarse más de lo necesario. De hecho, iban a ser cinco temporadas pero finalmente lo concentraron en dos de doce episodios cada una. Dándonos un final más dramático por ya conocer el destino trágico de sus personajes, y enlazando perfectamente con “Rogue One”. Por cierto, apostando más por el suspense, en un excepcional dominio del montaje en paralelo, que por la acción.
Qué tentador hubiera sido caer en el fan service, que si tenía “Rogue One”, por cierto, de mostrar algún cameo de Palpatine, Leia o Darth Vader. No, solo lo necesario, la única concesión ha sido al droide K-2S0, y tenía todo el sentido, está integrado con toda naturalidad. Y a Saw Guerrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario