Autor: Henry James. (Nueva York, 1843 - Londres, 1916). Publicación: 1898. Géneros: Terror, fantasia. Narrador, crítico y dramaturgo, Henry James es considerado como uno de los grandes maestros de la ficción moderna. Comenzó a publicar relatos y cuentos a la edad de 20 años. En “Otra Vuelta de Tuerca” los hechos nunca revelan el peligro esperado (rasgo propio del autor) que se va aplazando a través de una prosa serena, revelando sesgadamente los motivos y conductas de sus personajes, con diálogos y observaciones precisas y el empleo de narradores múltiples, técnica que siguió utilizando en sus últimas obras: Las alas de la paloma (1902), Los embajadores (1903) y La copa dorada (1904). Asimismo, la forma en que narra los procesos mentales de sus personajes, lo convierte en uno de los precursores indiscutibles del llamado "monólogo interior", anticipándose a maestros de la talla de James Joyce o William Faulkner.
Sinopsis: La narración comienza con grupo de
gente reunido para intercambiar historias de terror. Cuando finalizan los
relatos, uno de los asistentes (una mujer) afirma conocer una historia terrible
y espantosa, la más estremecedora de todas las que se han contado. En ella
narra los incomprensibles sucesos que sufrió durante su trabajo como
institutriz a cargo de dos niños sometidos a una influencia maléfica. Cuenta
como, al de poco de su llegada, acontecen distintas apariciones sobrenaturales
que llegan a trastornarla. Preocupada por la seguridad de los niños, investiga
sobre los intenciones de esos fantasmas, descubriendo que éstos únicamente
quieren a los niños, no obstante el desarrollo de los acontecimientos y la
revelación de sucesos oscuros relacionados con el pasado de éstos y de su
predecesora en el cargo, provocan que el lector dude en todo momento sobre la
veracidad de lo que la protagonista está narrando. El título "Otra vuelta
de tuerca” hace alusión a los sobrenatural, al contacto con unos seres que no
son normales, como si la propia naturaleza hubiese dado una vuelta de tuerca
para crear este tipo de seres o presencias, asimismo también podría aludir al
hecho de que, a medida que se profundiza, o se dan vueltas sobre el relato,
éste puede poseer varias interpretaciones, puesto que ofrece la posibilidad a
cada uno de los lectores a dar siempre una vuelta de tuerca más, distinta a las
anteriores y/o distinta de la de otros.
Personajes: La institutriz: joven inglesa, bonita
y encantadora (sin nombre en toda la obra), sin experiencia en el trabajo que se
le ofrece y con un gran sentido de la responsabilidad. Miles: uno de los niños,
11 años, extraño. Aparentemente es un chico bastante sencillo, aunque a medida
que avanza la novela se descubre que no es el caso. Le expulsaron del colegio
por contar historias de fantasmas ya que creían que estaba loco y se aísla
constantemente. Flora: Es una niña, 8 años, muy guapa, rubia, ojos azules muy
educada, rozando la cursilería. Psicológicamente es inteligente e inocente,
aunque tiene un fondo muy pícaro y avispado, que también se aparta de la gente
aunque no tanto como su hermano. La Sra. Grose: Ama de llaves de la casa,
bondadosa, cuyo servicio ejerce desde hace muchos años. Siente por los dos
niños un extraordinario afecto. Miss Jessel: Es la fallecida institutriz que
mantiene una amistad con Flora. Es joven y siempre va vestida de luto con un
vestido negro. Peter Quint: Es el fallecido criado, amigo de Miles, pelirrojo,
pálido y con bigote, siempre vestido elegantemente. En su día, mantuvo una
relación turbia con la anterior institutriz de los niños, Miss Jessel. Quint es
encontrado muerto en la carretera del pueblo antes de la llegada de la nueva
institutriz.
Citas: “Recuerdo el comienzo como una
sucesión de vuelos y caídas, un pequeño vaivén entre las cuerdas precisas y las
innecesarias. Antes de emprender el viaje, todavía en la ciudad, pasé un par de
días muy malos, advertí que habían renacido todas mis dudas y llegué a
convencerme de que había cometido un error”. “Contemplar la profundidad azul de
los ojos de la niña y juzgar que su amabilidad no era sino una prueba de
prematura astucia, me hubiera hecho sentirme culpable de cinismo, por lo que
preferí abjurar de mi criterio y, en la medida de lo posible, de mi agitación”.
“La aparición estaba muy cerca de la ventana y, al verme, se detuvo en seco y
me miró exactamente como me había mirado desde la torre y desde el jardín. Me
conocía tan bien como yo a él” “no se trata solo de seguir una historia, se
trata de entender una historia; por tanto será el lector, no el relato en sí,
quien decida cómo interpretar los hechos que pertenecen al relato”. Este es uno
de los atractivos del libro, un final abierto que invita al lector a “encontrar
por sí mismo el sentido del relato”. (Del prólogo)
Lo
mejor: Se
trata de una novela extremadamente perturbadora, intrigante, y a veces
asfixiante, con una temática de lo más actual a pesar de haber sido escrita en
el año 1898. El talento del autor alcanza en esta novela su culminación, puesto
que consigue que el lector no sólo pase miedo, sino que dude hasta de lo que
acaba de leer, a la vez que admira la exquisita y brillante narrativa del
autor. Llena de sutileza y originalidad, con ese ambiente de historia contada
alrededor de un fuego, así como sus personajes, hacen que “Otra vuelta de
tuerca” sea un una obra terrorífica y sin embargo, el lector pasará un rato
magnífico con ella. Es una historia que atrapa de principio a fin. Toda la obra
se caracteriza por su carácter ambiguo, en el que uno no puede estar seguro de
nada, quien miente o quien no, si están locos o cuerdos y esta ambigüedad
acompaña todo el relato llegando a un final desconcertante, en el cual cada
lector puede interpretarlo según su opinión (hasta tal punto que ha provocado
polémicas entre críticos de todo el mundo que no terminan en ponerse de acuerdo
en cuanto a cuál es el auténtico final). Terror psicológico en estado puro, tan
logrado que incluso provoca miedo. Esta novela tiene un gran valor narrativo y
no tanto por la historia en sí, ya que las historias de fantasmas no son algo
ajeno o sumamente original, sino por el modo en cómo está relatada. James,
logra una proporción ideal entre lo que leemos y lo que imaginamos; entre lo
que él nos cuenta y lo que nos sugiere, y en eso radica la clave.
Lo
peor: En mi
opinión se trata de una obra excelente, no obstante (no es mi caso) y quizás
por el momento en el que fue escrito, siglo XIX, puede hacer que muchos de
vosotros penséis que puede resultar pesada de leer, con una prosa rebuscada o
antigua, lo cual es completamente incierto. Asimismo, podría decirse que la
vaguedad de la historia (nunca se sabe que es real y que no) se lleva a tal
extremo que finalmente puede llegar a hastiar hasta el punto de que al lector
poco le importa lo que pudiera pasar en realidad, ya que hay muchos vacíos de
información, pero que son imprescindibles para mantener esa aurea de misterio
que el autor quiere suscitar en el lector.
Conclusión: La novela discurre entre los
géneros del thriller psicológico y la novela de terror, sugiriendo temas escabrosos
tales como el abuso infantil, brindando una historia de inocencia y corrupción,
y dejando en manos del lector las conclusiones finales, por lo que el libro se
seguirá reescribiendo mientras haya un lector que se decida a bucear en sus
páginas. Actualmente es considerada uno de los mejores de la historia de la
literatura fantástica. Es una mezcla de visiones fantasmagóricas y acciones
repletas de amor (respecto a la protección por parte de la institutriz de
resguardar a unos niños, de las fauces crueles e ignominiosas de dos espíritus
corruptos e insidiosos), pero que ofrece muchas más posibilidades, a través de
lo que se dice y lo que no se dice. Esto se debe, sencillamente, a las
múltiples interpretaciones que podemos hacer de ella. Y eso es lo que la
convierte en una novela única de misterio y fantasmas. La ambigüedad es la
clave de toda la lectura de la obra. No es, por tanto, un relato para niños,
sino el relato de un mundo complejo de los niños: Miles y Flora, bondadosos,
angelicales, pero que ocultan los fantasmas a la gente mayor, porque los
aceptan: primero, los disimulan; y, luego, cuando se les pregunta, lo niegan.
Por último, resaltar que prevalece la narración alternada con diálogos, y que
carece prácticamente de descripciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario