No es la más terrorífica ni mucho menos, de hecho, hasta llegar a la fase final podríamos considerar que su verdadero género es el drama. Y es por eso que me encanta esta película. Carrie consigue que la compadezcamos, que deseemos que sea feliz, que nos pongamos de su parte y queramos que les de su merecido aquellos que se burlan de ella, solo por ser diferente. Carrie, por medio de una grandísima interpretación de Sissy Spacek, se mete al espectador en el bolsillo, por su fragilidad y su vulnerabilidad.
Si Brian De Palma es uno de mis directores favoritos es por escenas como esta. Que dominio de la puesta en escena, del movimiento de la cámara, de la imagen ralentizada, de los planos . . . Y que música de Pino Donaggio, habitual colaborador de De Palma, que acompaña perfectamente lo que esta pasando en pantalla, que en definitiva es que se está mascando la tragedia.
Será que me revientan aquellos que la toman con los más débiles, los tímidos o, simplemente los que no son como ellos. Será que disfruté como un enano viendo como Carrie White les castigaba sin compasión y sin perdonar ni una sola vida. O que su imagen, cubierta de sangre, con los ojos hiperabiertos, como si se le fueran a salir de las órbitas de pura ira; se me quedó grabada. O como va bajando las escaleras con los brazos extendidos, sobre un fondo de fuego y repartiendo (valiéndose de sus poderes telequinéticos) odio y muerte por doquier. Por cierto, Brian De Palma utilizó uno de sus trucos favoritos, la pantalla partida, y un uso de la iluminación roja para crear la ambientación perfecta.
La figura de la madre es vital en la historia de la pobre Carrie. Una fanática religiosa que tiene martirizada a su hija con la cantinela de los pecados y esas monsergas. Ya de vuelta en casa, tras la matanza del baile, Carrie limpia la sangre que tiene encima (momento bastante simbólico a mi parecer) y recurre a su madre, quien la consuela pegándole (literalmente) una puñalada. Atención a la posición en la que queda Piper Laurie (otro simbolismo) tras el enfrentamiento y al desenlace de la escena.
Bien es cierto que la primera vez que vi esta película era un chavalín y que hoy en día esta clase de escenas están ya muy manidas, pero el susto que me llevé fue de campeonato. Gran colofón para una gran película.
Para la primavera de 2013 está previsto el estreno del remake. Chloë Grace Moretz será la nueva Carrie, una actriz de la que ya he expresado en este blog mi admiración a pesar de su juventud. La madre será Julienne Moore, actriz de gran talento. No me contenta tanto quien han puesto a cargo de la dirección pero . . . Eso si, en la novela de Stephen King, Carrie destruye media ciudad, algo que por falta de presupuesto no se pudo adaptar en la versión que todos conocemos. ¿Se atreverán ahora?
Y para la semana que viene cambio de temática. ¿Cual? Pues . . . os pasáis por aquí y lo veis.