miércoles, 18 de junio de 2025

Escenas Míticas: Coches - Rush

 


   Ya decía que la excusa para ampliar el ciclo de coches y velocidad era el estreno de “F1”, con Joseph Kosinski como director y Brad Pitt como protagonista. Y es que si echamos la vista atrás, y ya es extraño, qué pocas películas se han hecho sobre la Fórmula 1. A bote pronto solo recuerdo aquella de “Grand Prix”, de John Frankenheimer. Más allá de eso, este tema se ha dedicado casi exclusivamente en el campo de los documentales.




   Por eso esta película fue un regalo para los que somos aficionados a este deporte, que prácticamente no hemos tenido la oportunidad de ver títulos relacionados con él. Y no será porque no haya momentos emocionantes de la historia que se pueden llevar a la pantalla. Recientemente hemos podido comprobarlo con la serie de Netflix, “Senna”, aunque tampoco haya tenido una gran repercusión.



   En “Rush” se recoge una de esas grandes historias que tiene este deporte, que fue la rivalidad entre los pilotos James Hunt y Niki Lauda, concentrándose en el año 1976, donde, como ya señala nada más empezar la película con voz en off, ocurrió uno de los accidentes que más se recuerdan en la Fórmula 1, precisamente el de Lauda.



   Una rivalidad que en la película está exagerada por aquello de aumentar el dramatismo y el morbo en la historia pero que en la realidad no fue tan agresiva. De hecho, se dice que eran incluso amigos. Es más, cuando murió James Hunt, al parecer, Niki Lauda quedó profundamente afectado y afirmó que el piloto inglés era el que más había respetado en toda su carrera deportiva.



   Respecto al accidente, los detalles que se muestran en la película tienen bastante fidelidad a los hechos reales, aunque se pase de puntillas en cuanto a la labor de los pilotos que pararon a socorrer a Lauda. Por cierto, la hazaña del piloto austriaco fue incluso mayor en la realidad pues, a pesar de la gravedad del accidente, volvió a subirse a un monoplaza pocas semanas después con varias costillas rotas, los pulmones afectados y sin todavía poder cerrar los párpados.



   Para darle vida se escogió a Daniel Bruhl, que trabajó el personaje estrechamente con el verdadero Niki Lauda, hasta el punto que tras la película alabó la interpretación de Bruhl, afirmando que se veía a si mismo en la labor del actor en pantalla. Para el papel de James Hunt se eligió a Chris Hemsworth, que tuvo que adelgazar pues venía de interpretar a Thor.



   Ambos tuvieron que entrenarse la conducción, aunque las escenas de riesgo las hicieron especialistas. Pero se renunció a tirar de efectos visuales digitales, por lo que la mayor parte de las escenas de las carreras se realizaron en coches reales. Pero no los auténticos, que eran muy difíciles de conseguir. Se usaron réplicas casi exactas a los que incorporaron cámaras para dar más realismo a las secuencias de velocidad.



   Para lo cual también llegó a rodarse en circuitos reales, como el de Nurburgring, circuito vital para la historia pues fue donde Niki Lauda tuvo el accidente. Aunque la mayor parte de las escenas de velocidad se rodaron en un antiguo aeródromo de la Segunda Guerra Mundial. Lo cual no se nota en absoluto en pantalla.



   Tras la cámara estaba Ron Howard. Un muy buen director pero que en su carrera ha alternado películas más de encargo con otras de más personalidad. De hecho, venía de hacer dos adaptaciones de novelas de Dan Brown, “El código DaVinci” y “Ángeles y demonios”, a las que más tarde añadiría “Inferno”, completando la trilogía. Pero con “Rush” recordó a su mejor nivel.



   Lo que reportó muy buenas críticas a la película y actualmente, aunque solo hayan pasado trece años de su estreno, se la puede considerar una de las mejores películas de carreras de coches. Al público también le gustó y con el tiempo más. Costó 38 millones de dólares y reportó 90 en taquilla. Habrá que ver qué tal es “F1”, del dúo Kosinski-Pitt.



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