miércoles, 14 de mayo de 2025

Escenas Míticas: Acción al aire - Memphis Belle

 

   En cuanto a películas de aviones, no sólo de accidentes aéreos y secuestros vive el cine, también hay unas cuantas bélicas bastante reseñables. Incluso en los últimos años hemos tenido ejemplos bastante potentes como “Midway”, de Roland Emmerich, o “Top Gun Maverick”, que también la veremos aquí. Hasta hemos tenido alguna saga, un poco más en clave serie B, como la de “Águila de acero”.


   Sin embargo, la que traemos hoy no es precisamente de las más conocidas, a pesar de ser una muy buena película, que con el tiempo, como es habitual ha quedado como un título de culto pues en el momento de su estreno no tuvo un gran éxito. Sí de crítica, porque fue bien valorada pero no tanto de taquilla, aunque tampoco es que perdiera dinero. Costó 23 millones de dólares y recaudó 27.


   El nombre que da título a la película pertenece a un avión real que participó en la Segunda Guerra Mundial. Nombre que le puso su capital inspirándose en su prometida. Concretamente era un Boing B-17, el bombardero predominante que usaron los Estados Unidos en ese conflicto bélico. La película precisamente pretende ser un homenaje a los aviadores que perdieron la vida en esos bombardeos.


   La historia se basa en una serie de documentales de guerra realizados en 1943. De hecho, el que hablaba del Memphis Bell, “Story of a flying fortress”, fue rodado, nada menos, por William Wyler. No obstante, la película no es un manifiesto de campaña de alistamiento, como si lo fueran esos documentales o cómo fue concebida la propia “Top Gun”.


   No, aquí no se idealiza la guerra. Se los focaliza como héroes pero los presenta como un grupo de soldados que simplemente quieren cumplir con sus deber para después irse a casa, destacando en todo momento ese aspecto humano. Sin embargo, las Fuerzas Aéreas norteamericanas si tratarán de usar el Memphis Belle con efectos publicitarios.


   Lo que hacía tan especial a este avión en concreto fue que logró completar 25 misiones con éxito y sin perder ni uno solo de los integrantes de su tripulación. La película nos muestra la última de ellas. Para ello, varios veteranos que formaron parte de dicha tripulación fueron consultados. Aún así, la mayor parte de las conversaciones de la película son ficción.


   En el reparto hay bastantes caras conocidas pero que por entonces no lo eran tanto pues eran muy jóvenes, como eran los casos de Matthew Modine, Billy Zane (antes de embarcarse en el “Titanic”), Sean Astin (antes de acompañar a Frodo a Mordor) o Eric Stolz. Y fue el primer papel en el cine del cantante Harry Connick Jr, que después ejercería de psicópata en “Copycat”, junto a Sigourney Weaver. También contó con secundarios más conocidos como John Lithqow y David Strathairn.


   Tras la cámara, Michael Caton Jones, del cual ya hablamos en el remake de “Chacal” y del cual destacamos que precisamente “Memphis Belle” era una de sus mejores películas junto a “Vida de este chico” y “Rob Roy”. El trabajo en la dirección de Caton Jones es tremendo en cuanto al realismo que consiguió imprimir especialmente en las secuencias de combate.


   Para lo cual combinó imágenes de aviones reales con maquetas a escala. El resultado fue realmente bueno, la autenticidad de esas escenas sin ningún truco digital es asombroso. Para ello se usaron cinco B-17 reales, que tuvieron que ser restaurados, pues el director quiso rodar las escenas de interiores dentro de las cabinas reales.


   Con ello pretendía potenciar el efecto claustrofóbico de esas aeronaves, además de mostrar el ruido real en el que estaban envueltos sus tripulantes. El verdadero Memphis Bell también fue restaurado para la ocasión, y actualmente se exhibe en el Museo de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, en Ohio.



domingo, 11 de mayo de 2025

The Brutalist

 

   FICHA TÉCNICA

Título: The Brutalist.
Dirección: Brady Corbet.
País: Estados Unidos.
Año: 2024.
Duración: 215 min.
Género: Drama.
Interpretación: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn, Raffey Cassidy, Stacy Martin, Alessandro Nivola, Isaach de Bankole.
Guion: Brady Corbet, Mona Fastvold.
Producción: Nick Gordon, D.J Gugenheim, Andrew Lauren, Trevor Matthews, Andrew Morrison, Brian Young.
Música: Daniel Blumberg.
Fotografía: Lol Crawley.
Distribuidora: Focus Features.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un reconocido arquitecto judío húngaro, que sobrevivió al Holocausto, emigra a Estados Unidos. Los inicios son duros pero tiempo después recibe una oferta irrechazable por parte de un hombre de negocios con mucho dinero.

   LO MEJOR: Mucho se habló de esta película en el momento de su estreno, especialmente porque se presentaba como la gran favorita en la última edición de los Oscars, con diez nominaciones. Sin embargo, a pesar de conseguir tres estatuillas se puede considerar que fue la gran perdedora. No obstante, al margen de todo esto, siendo lo más objetivo posible, tengo que decir que la película es muy buena. Bastante diferente de lo que me esperaba. Y hay que advertir que no es para todo el mundo. Porque además, la forma de contarla tampoco es que sea la más habitual. Hablo en cuanto al estilo narrativo de lo que podría considerarse un drama histórico, que se aleja de lo clásico, que está más cerca de los códigos del cine independiente. Una historia que toca muchos temas y que es, sin duda, un viaje, y no precisamente uno muy agradable. Una especie de epopeya de un superviviente al Holocausto pero que se separa de esas películas tipo “El pianista”, para hablar de temas más puramente norteamericanos. Como el trato a los inmigrantes (un puyazo no se como de intencionado a Donald Trump). Pero también el mostrado por los ricos a los pobres, una molesta condescendencia que impera durante buena parte del relato, hacia las personas de clase social más modesta, a pesar de superar ampliamente en talento a los de clase más alta, que los emplean. Pero también habla del conflicto, y su consecuente desequilibrio, en el artista, que en conjunto con lo anteriormente mencionado dan como resultado la ruptura del sueño americano. Un artista que se expresa a través de un estilo arquitectónico muy peculiar, que utiliza como metáfora de su vida.

   Interpretación: A mí me habría hecho ilusión que ganara el Oscar Ralph Fiennes, pero tengo que reconocer que la interpretación de Adrien Brody es superior. Quien piense que es un papel similar al que le dio su primer Oscar con “El pianista”, está muy equivocado. Me atrevería a decir que esta actuación es incluso mejor. Pero también habría que destacar, aún con mucho menos tiempo en pantalla, a una enorme Felicity Jones. Sin olvidar a Guy Pierce.

   Escenas (SPOILERS!!): Más allá de destacar los momentos más dramáticos, con la escena de la sobredosis o la violación, vamos a aclarar algunos cabos que quedan a interpretación. Por cierto, antes de ello, el epílogo es muy interesante en cuanto a explicar cómo se traduce el uso de ese estilo arquitectónico, el brutalismo, como forma de expresión de las vivencias del protagonista, pero el hacerlo en forma de falso documental no es acertado. Da lugar a confusión, a que la historia ha sido real, y no es así. Precisamente hay varias dudas respecto a ese final. La falta de Erzsebeth (Jones). Es de suponer que su enfermedad hizo que ella muriera antes que él. La mujer que habla sobre su obra en homenaje es su sobrina, la interpretada en su fase joven por Raffey Cassidy, ZSofia. En esa escena final Cassidy está interpretando a la hija de esta precisamente. Pero ¿Qué pasó con Harrison (Pierce)? Desaparece cuando Erzsebeth le acusa en su casa de ser un violador, y no se le vuelve a ver. Pero cuando buscan en la obra del edificio, alguien dice que ha encontrado algo. Creo que es al propio Harrison Lee Van Buren, que se ha suicidado, sabedor que esa acusación le iba a terminar destruyendo.

   LO PEOR: No es de esas películas que se pueda decir que a pesar de ser largas se hacen amenas. No, se me ha hecho pesada y bastante. No es que le sobre metraje especialmente, es que la narración es árida como un desierto.

   REFERENCIAS: Quizá películas de inmigrantes que quieren cumplir su sueño americano, viniendo de una cultura totalmente distinta, incluso con otra religión, como “Los Fabelmans” o “Minari, historia de una familia”. Por cierto, sigo estando de acuerdo con que el Óscar se lo llevara “Anora”.

  CONCLUSIÓN: 7’5. Drama histórico que habla de la enésima ruptura del sueño americano, del trato a los inmigrantes y a los de clase social inferior, a través del arte por un estilo arquitectónico como metáfora, gracias a un gran Adrien Brody. 




jueves, 8 de mayo de 2025

Música de Película: Thunderbolts*

 


   Se suelen destacar bastante poco las bandas sonoras de las películas de superhéroes, que normalmente buscan un ritmo trepidante y un leitmotiv fácil de recordar para el espectador. No es que aquí se renuncia a todo eso, porque al final manda quien manda. Pero hay que decir que la partitura de Son Lux ("Todo a la vez y en todas partes") tiene ese tema recurrente típico pero varía los tonos  musicales en bastantes ocasiones, lo que hace que sea una banda sonora con más personalidad de lo que suele tener este género.




Tema: Main theme.

Película: Thunderbolts.

Intérprete o compositor: Son Lux.



Tema: I don’t see your mistakes.

Película: Thunderbolts.

Intérprete o compositor: Son Lux.




Tema: Sentry.

Película: Thunderbolts.

Intérprete o compositor: Son Lux.

martes, 6 de mayo de 2025

Escenas Míticas: Acción al aire - Aeropuerto 75

 

   Aunque España parece que no llegará hasta junio, el estreno en Estados Unidos de “Flight or flights, sicarios en el aire”, protagonizada por Josh Harnett, en lo que a simple vista, luego ya veremos, parece una propuesta similar a la de la divertidísima “Bullet train”, cambiando el escenario de un tren por el de un avión, nos sirve como excusa para repasar unas cuantas películas cuyas tramas se desarrollan precisamente en torno a ese medio de transporte.


   Porque en el cine han dado para mucho, casi podría considerarse un subgénero en sí mismo. Secuestros, atentados, accidentes, batallas aéreas. Hay de todo, y vamos a ver unas cuantas. Comenzado por esta “Aeropuerto 75”, que en realidad no es la primera sino la segunda película de una saga de cuatro entregas en total, aunque totalmente independientes.


   Pero sí compartían todas el mismo tema, el desarrollarse todas principalmente en un avión de pasajeros, con argumentos distintos, y a cuál más inverosímil, y repartos diferentes. A excepción de un actor que se repite en las cuatro películas, George Kennedy, que interpretó al personaje Capitán Joe.


   La primera de ellas, “Aeropuerto” de 1970, se basaba en la novela homónima de Arthur Hailey, cuyo argumento consistía en el sospechoso maletín de uno de los pasajeros de un avión. Se la considera la mejor y tuvo un considerable éxito, lo que además supuso la inauguración del subgénero de catástrofes de moda en los años setenta y que dio lugar, a parte de tres secuelas más, a títulos como “El coloso en llamas”, “La aventura del Poseidón” o “Terremoto”, entre otras.


   En 1974, se estrenó precisamente “Aeropuerto 75”, de la cual hablaremos más profundamente. En 1977, lo hizo “Aeropuerto 77”, donde un Jumbo caía al mar y, vaya por Dios, justo en el “Triángulo de las Bermudas”. Y finalmente, en 1979, “Aeropuerto 79” donde el mismísimo Concorde, el único avión de pasajeros capaz de romper la barrera del sonido, que fue real, era atacado en pleno vuelo.


   ¿Por qué he elegido, de todas ellas, ”Aeropuerto 75”? Pues sencillamente porque me parece de largo la más entretenida de todas ellas, la más divertida y, por tanto, la más disfrutable. De hecho, “Aterriza como puedas” que era prácticamente una parodia de toda la saga, se centraba más en esta secuela, con la que tenía muchos puntos en común en su disparatado argumento.


   Que consistía en la inhabilitación de los pilotos de la aeronave a causa de un accidente. Esta premisa estaba inspirada en hechos reales, en una serie de impactos en el aire que se produjeron en esa época. Es más, el propio avión usado para la película, el que choca contra el Boeing 747, Beechcraft Baun, impactó con una avioneta Cosmo 180 dando como víctimas mortales a todos los ocupantes de ambos aparatos.


   Como ya se puso de moda en todo el cine de catástrofes, tenían unos repartos muy corales y plagados de caras conocidas. Por esta saga han pasado estrellas del calibre de Burt Lancaster, Dean Martin, Jack Lemmon o Alain Delon. Y para esta “Aeropuerto 75” no podía ser menos. A George Kennedy le acompañaba Charlton Heston, quienes además coincidían precisamente en “Terremoto”.


   Charlton Heston se convertía en el rey del cine de catástrofes. Recordemos, que aparte de las mencionadas, protagonizó varios títulos que también podrían considerarse pertenecientes a ese género, como “El planeta de los simios” o “El último hombre vivo”. Le acompañaban Karen Black (aunque se había pensado en Joan Crawford), Susan Clark y Linda Blair. Y aparecían viejas glorias como Gloria Swanson (“El crepúsculo de los dioses"), que fue su última película, o Myrna Loy (“La cena de los acusados”).


   Tras la cámara, Jack Smight, proveniente de la televisión (“La dimensión desconocida”) pero con títulos tan reconocidos como “Harper, investigador privado” o “La batalla de Midway”. Smight aportó un gran realismo a la película, rodando tanto los interiores como varias tomas exteriores aéreas, sobre las montañas de Utah, en un Boing 747 real. Sin embargo, las críticas fueron más bien negativas. Lo que no importó al público. Costó 4 millones de dólares y recaudó 47 en taquilla, un éxito total.

domingo, 4 de mayo de 2025

Thunderbolts*

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Thunderbolts*.
Dirección: Jake Schreier.
País: Estados Unidos.
Año: 2025.
Duración: 126 min.
Género: Acción, fantástico.
Interpretación: Florence Pugh, Sebastian Stan, David Harbour, Wyatt Russell, Hannah John-Kamen, Olga Kurylenko, Lewis Pullman, Julia Louis-dreyfus, Harrison Ford, Geraldine Viswanathan, Chris Bauer, Wendell Edward Pierce.
Guion: Eric Pearson, Joanna Calo.
Producción: Kevin Feige.
Música: Son Lux.
Fotografía: Andrew Droz Palermo.
Distribuidora: Walt Disney Pictures.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Después de salvarse de una trampa en la que pretendían hacerlos desaparecer, un grupo de antiguos villanos se embarca en una misión más propia para superhéroes, por lo que deberán aprender a funcionar como un grupo y dar lo que nunca han tenido que dar.

   LO MEJOR: Por fin una película de Marvel que sí me gustaría volver a ver. Es más me parece la mejor de toda la Fase 5 del UCM, o al menos, la que mejor me lo he pasado de era post-End Game. Y una dirección a seguir que si se confirma que va a ir por este camino si hace que me interese lo que vaya a venir a partir de ahora. Ya era hora de que variaran un poco la fórmula y que además el público, como así parece, se lo permitiera. Tampoco es que hayan inventado la rueda, ha sido más una reinvención que un verdadero cambio, pero teniendo en cuenta la caída libre en la que se sumió Marvel tras la conclusión de la saga Vengadores, esto se puede considerar un soplo de aire fresco. ¿Y qué es lo que cambia? Bueno, de primeras darle un poso de trasfondo dramático, aunque haya bastante humor (mucho menos tonto de lo habitual). Básicamente porque sin ser una maravilla de guion, por lo menos tiene uno, bien armado y a partir de los personajes, y no exclusivamente una sucesión de secuencias de acción encadenadas. Porque esa es otra, la presencia del CGI no es constante. Hay una apuesta por la acción más tradicional, por los efectos prácticos. De hecho, muchas de las set pieces de acción consisten en peleas cuerpo a cuerpo, bastante bien coreografiadas, por cierto. Temáticamente saca bastante partido de la conformación como grupo de unos personajes que en varios casos, anteriormente eran villanos, que no se consideran a sí mismos como superhéroes, y que incluso podríamos ver como perdedores. Hasta me ha emocionado en un par de momentos, y eso hace ya unas cuantas películas de la franquicia que no pasaba.

   Interpretación: Florence Pugh es la líder absoluta, no solo del grupo en la ficción sino del reparto. Es increíble como es capaz de levantar cualquier personaje y darle más empaque de lo esperado. Aunque la sorpresa es Lewis Pullman, una extraña elección de casting pero a la postre acertada. Aunque tanto David Harbour, Wyatt Russell, Sebastian Stan como Hanna John-Kamen, dan bastante juego.

   Escenas (SPOILERS!!): Tienen escenas de acción espectaculares pero más desde las peleas cuerpo a cuerpo que otra cosa. Como la del todos contra todos de la base secreta. Por cierto, de la cual la huida dura bastante más de lo que cabría esperar, y que se utiliza como inicio de la unión como grupo,  y el combate contra el Vigía. A todo esto, esa desapariciones de gente enviadas al mundo oscuro, recuerdan a “Infinity War”. Un mundo bastante interesante porque está tratado desde el plano psicológico, como si fuera el interior de la mente del Vigía. Pero, sin duda, el momento más emotivo es cuando todos abrazan a Bob para que no complete su transformación total en el villano. Y me encantan los titulares de los periódicos de los créditos finales. Tras las cuales hay una escena que conecta con “Los 4 fantásticos” y eso es muy interesante.

   LO PEOR: El guion es mejor pero tiene lagunas. Ahí es cuando uno puede dudar de cuánto se ha quedado en la sala de montaje. Por ejemplo, cierto personaje pasa de no tener ni idea de usar sus poderes a que en la siguiente escena sea prácticamente Superman. O presentar a uno de los personajes para que no vuelva a aparecer. Para eso no lo presentes.

   REFERENCIAS: Es el equivalente de “Suicide Squad” de Marvel. Es bastante mejor que “Capitán América, Brave new World”, pero va más por el camino de “Viuda Negra”. Por cierto, el asterisco del título tiene todo el sentido. Significa que solo es un nombre circunstancial, que pasará a ser Nuevos Vengadores.

   CONCLUSIÓN: 7´5. Se confirma que era la gran tapada de la Fase 5 del UCM porque es la mejor película de Marvel tras la era Vengadores, un soplo de aire fresco que anuncia el camino hacia el que debería dirigirse la franquicia ahora.




viernes, 2 de mayo de 2025

Microcríticas Express: River/Daredevil, Born again/Sugar

 




   En su momento no tuvo mucha repercusión mediática o, al menos, yo no la recuerdo mencionar. Pero el caso es que me ha resultado bastante buena. La forma más simple de describirla es diciendo que va sobre un detective que ve a los muertos. No es mentira, los ve. La cuestión es saber si lo que ve son fantasmas o es pura esquizofrenia. Es decir, si la explicación es paranormal o psicológica. Es un tema que a medida que va avanzando la serie se va decantando por un lado, que no diré, lógicamente. De hecho, se plantea como un thriller policiaco, y se mantiene en esa tesitura, pero se desarrolla desde las claves de un drama psicológico. No obstante, nunca se aparta del caso que están investigando que, de hecho, va creciendo cada vez más, y se va haciendo cada vez más grande, con mayores implicaciones de personajes y sabiendo mantener la curiosidad hasta el último episodio. Para ello se apoya en un guion muy sólido, con muy buenos giros, que pone la lupa sobre una intriga a resolver pero que se construye a través de sus personajes, especialmente del protagonista pero también del resto de secundarios. Y aquí hay que decir que Stellan Skarsgard está realmente impresionante. No es que sea un secreto que es un gran actor, pero es que aquí ha conseguido darle a su personaje un complejo equilibrio entre la dureza y la vulnerabilidad. Es más, llega a ser conmovedor. Cuando llegas al final con él te das cuenta de lo que realmente te han querido contar. Que el caso solo ha sido accesorio para ello. Que, por cierto, queda bien cerrado. Si no la has visto, merece una oportunidad. 7.


   Hay que tener en cuenta que yo he visto toda la serie de un tirón. Es decir, una temporada detrás de otra. Con lo cual la diferencia entre ellas me ha sido más palpable. Pero el caso es de la primera a la tercera, es casi imperceptible. Temporadas que empezaban en un nivel inicial muy alto y que para colmo iba creciendo. Y no solo con escenas de acción brutales, con espectaculares coreografías y sin cortarse con la violencia, que además están perfectamente rodadas (algunas incluso en plano secuencia). Es que el guion es mucho mejor de lo que esperaba. Un modus operandi a lo Nolan, es decir, desde un prisma muy realista, centrándose en el héroe pero con profundidad en los villanos, y un conflicto moral y ético de fondo. Bueno, pues todo eso se va a hacer puñetas en esta temporada secuela. Tiene muchísima menos acción, es más, tiene un poco síndrome “The Walking Dead”, es decir, el primer y último capítulo muy buenos pero lo que hay en medio baja considerablemente. De hecho, hay veces que da la sensación que la historia está dando vueltas en círculos. Y alguien me podría explicar para que narices sirve el episodio del robo al banco, a parte para meter con calzador el comentario de “Ms. Marvel”. Paradójicamente, las temporadas de trece capítulos se me han pasado bastante más rápidas que esta de nueve. A ver, que entiendo que esto no es más que la mitad, que trata sobre el proceso de renacimiento del héroe, pero es que a veces me parecía más estar viendo un episodio de “La ley de los Ángeles”. Por cierto, los tan cacareados regresos de personajes han sido más bien poco más que cameos. En fin, al menos está Punisher. Espero que mejore todo en la siguiente temporada, o segunda mitad de esta, o lo que sea. 6.


   Es un homenaje descarado al cine negro clásico. No lo oculta, de hecho, hace de ello su bandera, con continuos guiños a películas del género, a veces incluso poniendo breves imágenes de algunas de ellas. Con una estructura típica, con ese omnipresente narrador. Es como una actualización del modelo de detective privado, como un “Mile Hammer” de nuestros días. Y sinceramente, lo estaba disfrutando muchísimo. Había varias razones para ello. Para empezar, Colin Farrell vuelve a estar genial. Pero es que además, la trama me resultaba muy interesante, precisamente por lo típica que era, por recordarme a esas series y películas de antes. La investigación captaba mi atención y me encantaban todos eso guiños, sobre todo porque los reconocía. Pero resulta que en un episodio que no diré, meten uno de los giros más brutales que he visto en muchos años, un WTF del tamaño de Empire State. Tanto que llega a cambiar el género de la serie. Tampoco diré hacia donde para no hacer spoiler. Solo que por mucho que te fijes en los detalles, que los hay, es imposible esperarte lo que pasa realmente. A algunos puede que les haga bajarse en marcha. Confieso que a mí me ha sacado de la historia y he estado a punto de hacerlo. No lo he hecho porque tenía curiosidad y porque seguía teniendo la misma elegancia en la narración. Pero aún sigo pensando el porqué de haber tomado esta dirección cuando lo que estaban haciendo ya estaba bastante bien. Y lo que está claro es que a partir de ahí la resolución del caso pasa a un segundo plano y es una pena. Caso que termina, al menos no te dejan con un cliffhanger, pero la trama de fondo a partir del giro famoso continúa. Ha sido renovada para una segunda temporada. 6´5.

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