viernes, 19 de diciembre de 2025

Música de Película: Flash Gordon

 


   Se podría decir que es lo más (o único) salvable de toda la película. Porque el mítico grupo de rock, Queen, no solo se ocupó de las canciones sino de toda al banda sonora original. Y se notaba claramente su toque, lo que le daba un aspecto bastante original, con sonido de sintetizadores y cajas de ritmos por doquier. Se convirtió en una de las bandas sonoras más reconocibles de la década de los ochenta.




Tema: Flash.

Película: Flash Gordon.

Intérprete o compositor: Queen.




Tema: Reprise (victory celebration).

Película: Flash Gordon.

Intérprete o compositor: Queen.



Tema: The hero.

Película: Flash Gordon.

Intérprete o compositor: Queen.


miércoles, 17 de diciembre de 2025

Escenas Míticas: Space operas - Stargate, puerta a las estrellas

 

   Ya tenía ganas de tocar esta película porque es una de aquellas que tanto me gustan reivindicar porque la considero muy infravalorada, sobre todo por la crítica profesional, que tuve oportunidad de disfrutarla en el cine y que, con la excusa de este ciclo, la he vuelto a ver. Como muchas de las películas de los noventa, formaba parte de este estilo de entretenimiento sólo para entretener, y eso es lo que ha vuelto a conseguir conmigo.


   De todos modos, aunque la prensa mayoritariamente la calificó negativamente, es verdad que al público eso no le importó porque la película recaudó 196 millones de dólares, habiendo invertido en ella 55. Aunque pareciera que el presupuesto fuera mayor en virtud de lo que ni las críticas pudieron negar, que tenía unos efectos especiales muy buenos.


   Algo que ha sido una constante en la filmografía de su director, Roland Emmerich, hacer que sus películas parezcan más caras de lo que en realidad son, tirando mucho más de los efectos prácticos que de los digitales aunque pueda parecer lo contrario, lo que hace películas aparentemente de mucho dinero, como “Independece day” o “Godzilla” tuvieron presupuestos más medidos y así asegurar la rentabilidad del proyecto.


   Tal vez porque Emmerich venía de su etapa de su país natal, Alemania, durante la década de los ochenta, haciendo películas muy al estilo americano pero totalmente de serie B, en los géneros de terror (“El secreto de Joey”) y el fantástico (“El secreto de los fantasmas”) o la ciencia ficción (“Estación lunar 44”). En ella ya se palpaba que al director germano le tiraba el cine espectáculo y que se practicaba en Hollywood.


   Sin embargo, no fue hasta “Soldado Universal”, aquella con Jean Claude Van Damme y Dolph Lundgren, y que también disfruté en una sala de cine de adolescente, cuando Roland Emmerich hizo su primera película plenamente de producción norteamericana, justo previamente a esta “Stargate, la puerta a las estrellas”. Por cierto, en Sudamérica se le puso la coletilla, “Puerta del tiempo”, lo que hizo que el público pensara que era una película de viajes en el tiempo, más concretamente a la época del Egipto de los faraones.


   Y lo cierto, es que viendo la película, en un principio, es justo lo que parece. Aunque posteriormente se descubra que a donde han viajado es a otro planeta. La idea era darle la vuelta al cine de invasiones extraterrestres haciendo que fueran los humanos los que se colaban en un planeta extraño.


   El truco estaba en que ese planeta y sus habitantes fueran muy parecido al nuestro al igual que sus habitantes. La ocurrencia le vino a Emmerich tras ver un documental, “Chariots of the Gods”, que hablaba de la teoría de que las primeras civilizaciones humanas fueron desarrolladas por alienígenas, como por ejemplo, la egipcia, lo cual explicaría la construcción de las pirámides, como sostenía el investigador Erich von Daniken.


   Aunque la idea más concretamente elaborada podría haber sido, más bien, robada a un estudiante de egiptología, Omar Zuhdi, que les mandó su teoría y un esbozo de guion, como diez años antes. Zuhdi denunció este hecho y debía tener razón porque Roland Emmerich y el productor de la película, Dean Devlin arreglaron el asunto sin llegar a juicio, suponemos, mediante pago de un importante suma de dinero.



   Contaron con la ya por entonces estrella, Kurt Russell, aunque el verdadero protagonista era un James Spader al que horrorizaba el guion pero que aceptó el papel porque necesitaba el dinero. No obstante, nunca se arrepintió e incluso se interesó por las posibles secuelas. El tercero en discordia, nunca mejor dicho, fue Jaye Davidson, cuyo aspecto andrógino, que venía de exhibir en la muy reconocida “Juego de lágrimas”, hizo que se decantaran por él, pero el actor supuso un dolor de muelas para el director.

   Un Roland Emmerich que aportó ideas tanto para abaratar costes, haciendo que muchos de los extras de la película fueron en realidad maniquíes, o para promocionar. De hecho, es la primera película de la historia en tener una página web propia, con fotos de detrás de las cámaras, notas de prensa, entrevistas, aunque no tráilers porque la página no podía cargarlos.


   Tenían pensado hacer una trilogía y los números daban pero el dúo Emmerich -Devlin fue aparcando la idea de las secuelas. En 2006 estuvo a punto de resucitar pero quedó en nada. Sin embargo, si ha dado para varias series; “Stargate Infinity”, “Stargate Atlantis”, “Stargate Universe” y “Stargate SG-1”. Además de una saga de cinco novelas.

domingo, 14 de diciembre de 2025

Puñales por la espalda: De entre los muertos

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Puñales por la espalda: De entre los muertos.
Dirección: Rian Johnson.
País: Estados Unidos.
Año: 2025.
Duración: 144 min.
Género: Intriga, comedia, thriller.
Interpretación: Daniel Craig, Josh O'Connor, Cailee Spaeny, Andrew Scott, Glenn Close, Kerry Washington, Jeremy Renner, Mila Kunis, Josh Brolin, Thomas Haden Church, Daryl McCormack.
Guion: Rian Johnson.
Producción: Ram Bergman.
Música: Nathan Johnson.
Fotografía: Steve Yedlin.
Distribuidora: Netflix.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: El asesinato casi imposible de un Monseñor, con una iglesia repleta de testigos, hace que recaigan todas las sospechas en un joven sacerdote con el que estaba enfrentado. El detective Benoit Blanc es reclamado para resolver el caso.

   LO MEJOR: Rian Johnson ha renovado la fórmula del whodunit clásico. Porque aunque hay muchas películas que juegan a descubrir quién es el asesino dentro de un grupo de personajes determinado, estaba claro que Johnson estaba pensando en el modelo de las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie, en torno a un detective a lo Sherlock Holmes. Porque es evidente que este Benoit Blanc es equiparable al Hércules Poirot de Christie. Pero mientras en esas películas basadas en su literatura se repetía una estructura muy definida que hacía que se parecieran mucho entre sí, lo que ha hecho Rian Johnson es hacer tres películas con suficientes variantes para tener su propia personalidad independientemente de los otras. Y es posible que haya conseguido la mejor entrega de la saga. Al menos la más equilibrada. Porque es un buen director pero sobre todo es un excelente guionista. Da igual lo enrevesada que sea la historia, y esta lo es mucho, que nos presenta, es capaz de enlazar todas las semillas que ha ido dejando durante toda la narración de forma admirable. Y además, le da para hablar sobre la religión y, más concretamente, la fe, sin hacer subrayados, sin desviarnos de lo que nos interesa, que es saber quién es el asesino y cómo lo ha hecho. Porque mantiene el misterio en todo momento incluso jugando con el elemento sobrenatural, sin dejar de integrar, lo que ya es marca de la casa, el humor. Es decir, es divertida sin ser una comedia.

   Interpretación: Quizá la mayor sorpresa, y no es precisamente un error, es que Daniel Craig no sea el verdadero protagonista. Al menos no el único. Se siente más como una historia de Josh O’Connor, que está notable, con Craig como invitado de lujo,  el cual se le nota que le gusta este personaje, y que se lo pasa a bomba interpretándolo. El elenco de secundarios es, como en las anteriores entregas de la saga, impresionante. Tenemos nombres como Glenn Close, Josh Brolin, Jeremy Renner, Mila Kunis, Kerry Washington, Cailee Spaeny o Andrew Scott.

   Escenas (SPOILERS!!): Me parece muy original como hace la presentación de los personajes, casi como si lo hicieran ellos mismos en un documental, y el tiempo que emplea para hacerlo. Como siempre, la secuencia estrella es la reconstrucción final. Incluso hay cierta parodia con ese aspecto por parte del propio Benoit Blanc (Craig). Y hay un par de veces que juega con el género de terror. Como la “resurrección” del padre Wicks (Brolin). Y en la escena de la bañera, llena de ácido, donde encontramos el esqueleto del doctor Sharp (Renner) y los brazos desintegrados también de Wicks. Por cierto, Rian Johnson no tiene ningún complejo en hacer un par de chistes con “Star Wars”. Recordemos que fue ampliamente criticado por su “Episodio VIII, los últimos Jedis”.

   LO PEOR: No aburren en ningún momento. Tampoco lo hacía la anterior, “Glass Onion”, pero tanto esa como esta le sale más cerca de las dos horas y media que de las dos de la primera. Le salen largas las películas últimamente. Y como digo siempre con estrenos limitados en cines de Netflix, es muy difícil poder ver la película en salas habituales.

   REFERENCIAS: Ya se especula con una cuarta entrega, y la verdad que personalmente estaría encantado porque no da ningún síntoma de agotamiento. En su comparación con las adaptaciones que Kenneth Branagh ha realizado las novelas de Agatha Christie, estaría precisamente más cercana a la tercera, “Misterio en Venecia”.

   CONCLUSIÓN: 7’5. Rian Johnson continua, no sabemos si seguirá haciéndolo, su renovación del whodunit clásico en la que podría ser la mejor entrega de la saga, donde Daniel Craig sigue pasándoselo de maravilla con su personaje.




viernes, 12 de diciembre de 2025

Microcríticas Express: Devil in diguise. John Wayne Gacy/El Monstruo de Florencia

 


 
   No había una buena adaptación de este caso, ni para el cine ni para la televisión, donde se habían hecho varias películas inspiradas en John Wayne Gacy, pero bastante mediocres. Ahora si la hay. De hecho, es una de las mejores recreaciones de la historia de un asesino en serie. Porque aparte de ser muy fiel a los hechos, los cuales narra con gran precisión a la verdad, incluso en pequeños detalles que se conocen. Porque también tenían la ventaja que se sabían muchas cosas de este caso, incluso contadas por el propio Gacy. Lo cual no pasaba con “Ed Gein”, por ejemplo. Por cierto, a aquellos que no les convenció la serie dedicada a ese psicópata, que sepan que “Devil in disguise” es completamente lo opuesto. Aquí la rigurosidad con los sucesos que ocurrieron es su bandera, aunque tenga ciertas licencias poco importantes. Si me apuras, también está lejos de la otra propuesta, mucho más acertada, de Ryan Murphy, “Dahmer”, porque evita todo lo que le es posible lo relativo al morbo, mostrando solo lo estrictamente necesario, jugando más a lo implícito que a lo explícito, lo cual no le quita ni un ápice de horror al asunto pero si lo hace más llevadero que las otras series mencionadas. Aquí el asesino ni siquiera es el protagonista absoluto sino que el protagonismo es bastante coral, repartido con los abogados que llevaron el caso, los policías que lo investigaron y los familiares de las víctimas. En cuanto a las propias víctimas, en cada episodio nos muestran un extracto de sus vidas antes de encontrarse con este monstruo, que no es fiel a la realidad pero que sirve para mostrar en que situación social y económica de vulnerabilidad se encontraban y como ese fue el motivo de que sus desapariciones ni siquiera se investigaran. Curiosamente, el Gacy vestido de payaso prácticamente es un guiño. 8.


   Llevaban tiempo queriendo llevar a la pantalla, incluso al cine y desde Hollywood, esta historia. Finalmente ha llegado pero en forma de miniserie italiana. Y pintaba bastante bien, porque a cargo del asunto estaba Stefano Sollima, creador de otras buenas series como “Gomorra” o “Suburra", y director de “Sicario, el día del soldado”. Además, haciéndose responsable de la dirección de todos los episodios. Por eso la decepción ha sido mayor, porque me he aburrido lo mío. No será porque no me interesaba el caso, del cual incluso leí un libro, que ojalá hubieran tomado como referencia para hacer el guion de esta serie. Ni me ha gustado lo que cuenta ni como lo cuenta. Es verdad que es de esas historias donde el asesino en serie no se descubrió nunca, que se sabía muy poco y que la policía andaba muy perdida. No me sirve como excusa, porque lo mismo se podría decir de “Zodiac” y mira que peliculón se sacó David Fincher. Pero es que además, la teoría que toma es la menos plausible de las que podría haber elegido. Porque cuando no se sabe el asesino, antes o después sale la teoría de una secta. Es decir, en este caso, lo que se llamó la pista sarda. Que tampoco sigue al pie de la letra pero si elabora la historia en torno a varios nombres de posibles responsables de los asesinatos. Todos esos nombres los relaciona mediante prácticamente un culebrón que gira alrededor de un primer asesinato, que ni siquiera está claro que fuera del “monstruo” y que cuesta mucho creer. Además, la narración es confusa, yendo adelante y atrás continuamente, que uno no sabe ni cuando están pasando las cosas. La he terminado por curiosidad y porque era corta. 5’5. 

martes, 9 de diciembre de 2025

Escenas Míticas: Space operas - La loca historia de la galaxias

 

   Si ya en la mayoría de las space operas, en esa mezcla de géneros entre la ciencia ficción y las aventuras, habitualmente hay cierto tono de humor, también teníamos que tocar este subgénero pero en una comedia pura, que precisamente es una parodia de las space operas pero tomando como referencia principal la saga de “Star Wars”, aunque también riéndose de su rival, “Star Trek”.




   Aunque no se quedaba ahí, porque también le daba a clásicos puros de la ciencia ficción, digamos, seria, como “El planeta de los simios”, “2001, una odisea del espacio”, o “Alien, el octavo pasajero”. Pero también haciendo referencia a películas tan variadas como “El mago de Oz”, “Acorralado” y “Lawrence de Arabia”. Vamos, que se queda bien a gusto dando a diestro y siniestro.



   Claro que las parodias son tanto una burla como un homenaje a los originales. Y que mejor que el mayor especialista en la parodia, el gran Mel Brooks. Quien ya hacía lo propio con el western en “Sillas de montar calientes”, del cine de Hitchcock en “Máxima ansiedad”, de los clásicos del terror clásico en “El jovencito Frankenstein” (su mejor película), el género de capa y espada en “Las locas, locas aventuras de Robin Hood”, y hasta ya a toda la historia de la humanidad con “La loca historia del mundo”.



   No tuvo un éxito arrollador aunque fue rentable. Costó 22 millones de dólares y recaudó 38 en taquilla. Y las críticas, siendo amables, se podría decir que fueron mixtas. Pero a lo largo de los siguientes años de su estreno tuvo muy buenos resultados en el mercado doméstico, especialmente en su alquiler en videoclubs. Lo que posibilitó que se hiciera una serie de animación bastante tiempo después.



   Concretamente en 2008, con trece episodios de media hora que ampliaban la parodia a éxitos más modernos como “Harry Potter”, “Terminator”, “Resident Evil” o videojuegos como “Super Mario Bros”. Durante bastante tiempo se especuló con una secuela pero siempre terminaba desbaratándose la idea. Cuando más cerca estuvo fue en 2013. Sin embargo, parece que finalmente va a darse, y llegará 2027, recuperando al creador de la original, Mel Brooks, y a varios integrantes del reparto.



   Concretamente a Rick Moranis, que no quiso volver a la saga de “Cazafantasmas”, recientemente pero parece ser que sí a esta. Y a Bill Pullman, que cuando fue elegido para esta película era totalmente desconocido, de hecho, era su segunda película. Aunque Brooks si quería algunas caras conocidas en el reparto, ofreciendo papeles a Tom Hanks y Tom Cruise, aunque ambos los rechazaron. Pero si consiguió la participación de John Candy, muy popular en los ochenta. También aparecía Daphne Zúñiga y John Hurt haciendo un cameo.



   Contrariamente a lo que muchos podían esperar, George Lucas apoyó y hasta ayudó a hacer la película, con la única condición de que no se hiciera merchandising de la película porque rivalizaría con la de “Star Wars” y además se beneficiarían de ella. Claro que sería el propio Lucas quien se beneficiaría de la popularidad de la película de Mel Brooks.



   Merchandising que a su vez también era parodiado en la película en homenaje a esa forma de explotar las películas que transformó el propio George Lucas. Por reírse, se reían hasta de sí mismos, con varios ejemplos de metacine y de ruptura de la cuarta pared. Como en una ocasión que abren un armario y encuentran todas las películas anteriores de Mel Brooks, incluyendo la propia “La loca historia de las galaxias”.



   Aunque el título original es “Space Balls”, lo que viene a ser como “Las pelotas del espacio”. O como en otra ocasión, en una pelea de espadas láser que sale como si hubiera sido herido un miembro del rodaje. Y es que el buen humor en este fue generalizado y muchos de los chistes, de las frases de los actores e incluso de algunas escenas, fueron improvisadas e incluidas sobre la marcha. Vamos, que se lo pasaron bien haciendo la película.



   Algunas curiosidades. El nombre del personaje, Skroobs, no es más que un anagrama del apellido del director, Brooks. La marca de coches, Tesla, utiliza los calificativos de la película de la velocidad, para los modos de aceleración de sus modelos; velocidad luz, velocidad ridícula y velocidad absurda.



   Personalmente, me parto con esta película. Me parece el “Aterriza como puedas” de las space óperas.



domingo, 7 de diciembre de 2025

Black phone 2

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Black Phone 2.
Dirección: Scott Derrickson
País: Estados Unidos.
Año: 2025.
Duración: 114 min.
Género: Terror, thriller, fantástico.
Interpretación: Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw, Jeremy Davies, Miguel Mora, Demian Bichir, Arianna Rivas, Maev Beaty, Graham Abbey.
Guion: C. Robert Cargill, Scott Derrickson. Personajes: Joe Hill.
Producción: Jason Blum, Scott Derrickson, C. Robert Cargill
Música: Atticus Derrickson.
Fotografía: Pär M. Ekberg.
Distribuidora: Universal Pictures.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: El asesino que tuvo secuestrado a Finn vuelve para vengarse pero desde la muerte, a través de los sueños de su hermana, a la que ha elegido como objetivo esta vez. Mientras tiene las visiones de las primeras víctimas del Raptor.

   LO MEJOR: Funciona perfectamente como secuela, y además una buena, pero tiene tantas cosas nuevas respecto a su predecesora que si no fuera por las referencias que hace a ella podría pasar por una película totalmente independiente. Y se agradece, yo personalmente lo hago, que su director, Scott Derrickson, no haya querido clonar la primera película pero poniéndole un dos al final del título, sino que realmente ofrece algo distinto. No solo es que sea uno de los responsables de la historia, coescribiendo el guion, es que visualmente está notablemente alejada del aspecto de la primera película. Un tipo que ya nos trajo películas muy terroríficamente efectivas, como “El exorcismo de Emily Rose” o “Sinister”. Y se nota en esta evolución respecto a la primera película, más cercana al thriller con toque sobrenatural, que es más puramente terror, incluso acercándose al slasher (la máscara del asesino debe ser de las más icónicas del género en los últimos años), con bastante más despliegue de cantidades de hemoglobina y también de gore. De primeras, lo convierte en una historia de grupo, no de un único protagonista. Y para solucionar ciertos enganches argumentales, se la lleva a lo onírico. Derrickson aporta una puesta en escena incluso mejor que la película antecesora, mostrando esos tramos de sueños mediante una imagen con mucho grano, que recuerda precisamente a esas películas viejas, como las que se veían en “Sinister”. Ya “Black Phone” tenía un componente fantástico pero aquí va más allá, no se limita solo al tema del teléfono. De hecho, aquí es meramente anecdótico esa idea de las conversaciones telefónicas, aunque importantes en el desarrollo de la trama.

   Interpretación: Recupera prácticamente a todos los personajes principales de la primera parte. Incluso a Jeremy Davies. Pero es tan diferente esta segunda que incluso cambia el protagonista. Aquí en lugar de Mason Thames, la verdadera estrella es la que era su hermana en la ficción y un personaje secundario en la anterior, Madeleine McGraw. Y tengo que decir que era una decisión muy arriesgada pero es un gran acierto porque se come con patatas al resto del reparto, no estando mal ninguno de los demás. Y Ethan Hawke está presente siempre aunque no veamos su rostro.

   Escenas (SPOILERS!!): Se supone que la madre de los dos hermanos ya tuvo contacto con el asesino, el Raptor (Hawke), cuando tuvo sus primeras víctimas durante un campamento. Pero secuestró a Finn (Thames) al azar. Me parece demasiada casualidad, porque no se dice que le eligiera específicamente. Es de esas veces que dices “vale, aceptamos pulpo”. Por lo demás, los flashbacks de las muertes de los niños del campamento, cada una narrada en diferentes sueños, son realmente brutales. De hecho, en general, es una película bastante más sangrienta que la película anterior. Toda la secuencia final es impresionante, todo un despliegue del talento en la puesta en escena de Scott Derrickson.

   LO PEOR: En líneas generales, el guion funciona bastante bien pero no es menos cierto que para que todo se dé, para que conecte con los personajes de la primera película, hay que tragarse que ocurra una casualidad demasiado grande. Y además está narrado de forma un tanto confusa.

   REFERENCIAS: Es una secuela de “Black phone” pero tanto en lo visual como en lo argumental, es muy diferente. Y hay ciertos elementos de la trama que efectivamente recuerdan a “Pesadilla en Elm Street”. ¿Podría haber tercera parte? Perfectamente.

   CONCLUSIÓN: 7. Scott Derrickson toma los personajes de la primera película y los mete en una tan diferente que no parece ni su secuela pero que funciona muy bien precisamente por tener su propia idea como producto de terror.




sábado, 6 de diciembre de 2025

Club de opiniones: Acuerdo Netflix-Warner Bros




   Veo muchas opiniones como muy asustadas con este tema. Como si hubiera llegado el apocalipsis, como que esto es el principio del fin del cine en salas y bla, bla, bla. No es que sea una noticia que me guste precisamente pero tampoco creo que sea tan grave y, como mínimo, habrá que esperar para ver como se desarrollan los acontecimientos. Pero podemos analizar algunas cosas que si sabemos.

  Sabemos que Warner lleva ya bastantes años dando tumbos. Que cada diez minutos cambiaba a su canal de streaming, HBO, de nombre. Que un día anunciaba la renovación de uno de sus actores más mediáticos y al siguiente su despido. Que ha dejado (o echado) a directores como Christopher Nolan o Zack Snyder, de formas a cual más lamentable. Que le ha dado las llaves de DC Studios a Jaimito Pistolas (James Gunn) y se queda impasible mientras el niño mimado aporrea su nuevo juguete contra la pared porque no sabe como funciona. Todo bajo la nefasta, casi trágica, gestión de David Zaslav.

   Sabemos que hay precedentes. Que Amazon compró Metro Goldwyn Mayer y muchos temieron por la saga Bond. Ahora resulta que si habrá próxima película de 007 y encima dirigida por uno de los mejores directores del panorama cinematográfico actual, Denis Villeneuve. Que Disney compró Twenty Century Fox y muchos pensaron que transformarían todos sus productos en material infantil. Sin embargo, han sacado películas de terror (aunque sea desde Hulu) y han resucitado las sagas de "Predator" y "Alien", con calificación R. Es decir, nadie se gasta un pastizal para destruir sus efectivos sino para apropiarse de ellos. Y no creo que Netflix se haya gastado 82000 millones para dinamitarlos al día siguiente. Lo que quiere es ampliar lo que tiene.

  Sabemos que lo que si han dicho desde Netflix es que quieren que las ventanas de exposición en cines de las películas sean más cortas. Seamos claros, si alguien no ha visto una película pasado un mes de su estreno es que no le interesaba mucho. Y sabemos que quieren meter mano en la elección de directores. Bueno, la nómina de cineastas que ha contratado Netflix para una o varias películas de su plataforma no es nada despreciable. Martin Scorsese, Kathryn Bigelow, Guillermo del Toro, David Fincher, Spike Lee, Zack Snyder, Jane Campion, Mike Flanagan, . . . Así que, ni tan mal. 

   Así que vamos a esperar a lo que no sabemos y ya juzgamos después, que igual no es tan malo. 

viernes, 5 de diciembre de 2025

Música de Película: Drácula (2025)

 


   Mira que tiene buenas bandas sonoras Danny Elfman, quien ejerció gran parte de su carrera como compositor de cabecera de Tim Burton, gracias a su estilo muy adecuado para el género fantástico y gótico. Pues aquí ha realizado una maravilla de música que, sinceramente, creo que podría incluso optar al Oscar que, a día de hoy, se le ha resistido.




Tema: Music box.

Película: Drácula (2025).

Intérprete o compositor: Danny Elfman.




Tema: Blessings.

Película: Drácula (2025).

Intérprete o compositor: Danny Elfman.




Tema: Remembering.

Película: Drácula (2025).

Intérprete o compositor: Danny Elfman.


miércoles, 3 de diciembre de 2025

Escenas Míticas: Space Operas - Flash Gordon

 


   Volvemos al ciclo de space óperas, y llevamos ya varias ediciones, pues en este mes, en el que posiblemente será el estreno más potente del año, la tercera entrega de la saga de James Cameron, “Avatar, fuego y cenita”, lo que nos da la excusa para volver a tocar títulos de películas de este subgénero que nos trae un tipo de ciencia ficción con un componente dominante del género de aventuras y, a menudo, del fantástico.




   Hay películas que son tan malas que son buenas. Que se acercan tanto al ridículo que son capaces de darle la vuelta al calcetín y convertirse en clásicos o títulos de culto, cómo es claramente este caso. Una película plagada de decorados de cartón piedra, pantallas azules para todas las secuencias aéreas, actores colgados de cables cual jamones y vestuario que parece sacado de la tienda de disfraces más cercana.



   Que se convierten en comedias involuntarias. Aunque no es el caso de esta, que ya su productor, Dino de Laurentiis quiso imponer desde el principio que debía tener un tono de comedia, para disgusto de su guionista, Lorenzo Semple Jr. Claro que no es lo mismo reírse con una película a reírse de ella. Pues entraría a formar parte de un grupo de películas, también space operas, que comparten características parecidas a esta.



   Y que piden a gritos tener un remake. Algunos ya lo han tenido, como es el caso de “Dune”. Otros están en camino o en proyecto futuro, como “Masters del Universo” o “Barbarella”. Sin embargo, esta es la única película de imagen real de Flash Gordon, a pesar de que directores como Matthew Vaughn (“Kinsgman”) o Taika Waititi, mostraran interés es realizar una nueva versión. Qué, por el momento, no ha llegado a concretarse.



   Así que, a día de hoy, esta es la única del personaje creado por Alex Raymond en 1934. Época en la que sí se hicieron varios seriales sobre Flash Gordon y más tarde películas de animación. Recuerdo tener un fragmento de una de ellas en el Cinexin que tenía de niño. Sinceramente, espero que alguien se haga con los derechos y se lo tome más en serio, para marcarse un Villeneuve de este personaje.



   Derechos en los que estuvo interesado y mucho, George Lucas. Sin embargo, fue Dino de Laurentiis quien se adelantó. Frustrado por ello. Lucas creó su propia space opera, la que pasó a ser una de las sagas más importantes de la historia del cine, “Star Wars”. Que “Flash Gordon” hubiera realizado George Lucas, nunca lo sabremos, seguramente mucho mejor. Pero lo que hizo en sustitución le salió de maravilla.



   De hecho, Laurentiis, años después, intentaba aprovechar el tirón del éxito es conseguido precisamente por “La guerra de las galaxias”, “Superman” de Richard Donner, o “Star Trek”. Pero no le salió también la jugada. El productor quería como director a Federico Fellini. Como se negó, tanteó a Sergio Leone, con igual resultado. Nicolas Roeg si aceptó pero su visión distaba bastante de la de Laurentiis para el proyecto, y terminó abandonándolo.



   Contrató a Mike Hodges, que tenía buenas películas, como “Asesino implacable”, “Requiem por los que van a morir", “La maldición de Damien” (secuela de “La profecía”). Aquí estuvo supeditado a lo que decía el productor italiano. Eran conocidos sus enfrentamientos con los directores. David Lynch lo sabe muy bien, precisamente con otra space opera de parecido resultado a esta, “Dune”.



   Para ponerle cara al personaje, Laurentiis quería Kurt Russell, descartando a un Arnold Schwarzenegger que por entonces tenía el acento austriaco tan marcado que en la prueba de casting no se le entendía nada. En la que fue elegido el desconocido Sam J. Jones, cuyo único logro anterior era haber aparecido en la revista “Playgirl”, la equivalente a Playboy pero para público femenino.



   Nadie le conocía antes de la película y nadie se acordó de él después, pues siguió apareciendo en películas de serie B desconocidas. Salvo los organizadores de los Razzies, que se acordaron pero para concederle uno. Sam J. Jones, estuvo constantemente enfrentado a Laurentiis, hasta el punto que llegó a abandonar la película cuando entraba en postproducción, por lo que tuvo que ser doblado en algunos diálogos. 



   Tampoco le fue mucho mejor a su compañera de reparto, Melody Anderson, la que tuvo que pronunciar frases tan absurdas como “Te quiero pero solo tenemos catorce horas para salvar la Tierra”. Pero ojo al resto del reparto, con nombres como Max Von Sydow, Ornella Muti o Timothy Dalton. Las críticas fueron malas y fracasó en taquilla. Costó 20 millones de dólares y recaudó 27, lo que le cerró la puerta la secuela que tenían pensada.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Drácula (2025)

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Dracula.
Dirección: Luc Besson.
País: Francia.
Año: 2025.
Duración: 129 min.
Género: Terror, fantástico.
Interpretación: Caleb Landry Jones, Christoph Waltz, Matilda De Angelis, Zoë Bleu, Haymon Maria Buttinger.
Guion: Luc Besson. Novela: Bram Stoker.
Producción: Virginie Besson-Silla.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Colin Wandersman.
Distribuidora: Leonine Distribution.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: El príncipe Vlad II renuncia a seguir sirviendo a Dios tras la muerte de su amada, por lo que es condenado a la vida eterna. Durante los siguientes siglos se dedica a buscar la reencarnación de su amor perdido . . . hasta que lo encuentra.

   LO MEJOR: Si algo no se puede decir de Luc Besson es que sea precisamente un director contenido. Lo que sí se puede decir es que es atrevido. Así que a quien no le guste su cine habitualmente, más vale que ni lo intente porque la película es muy marca de la casa. Lo cual yo personalmente celebro y ha sido el principal motivo de querer ver la enésima versión de este personaje. Si voy a ver una película de Luc Besson quiero que sea muy Besson. Siendo plenamente consciente de sus pros pero también de sus contras. Aquí hay varios de los segundos, motivo por el cual seguramente la crítica la ha puesto a caer de un burro. Porque si es cierto que tienen varios WTF que bordean el ridículo, pero considero que son ideas tan descabelladas como divertidas. Está claro que no es una película para todo el mundo. No obstante, creo que tiene los suficientes aciertos como para poder disfrutarla. Porque aunque bebe, y mucho, del “Drácula de Bram Stoker” de Francis Ford Coppola (ojo, el cual también en su momento atacaron sin piedad por sus propios “What the fuck”), a la cual se hacen varios más que evidentes guiños, el estilo personal del cineasta galo se termina imponiendo gracias a su particular puesta en escena, su talento visual y sí, su poca vergüenza, su atrevimiento a la hora de incorporar elementos. Como el fantástico (esas criaturillas), su humor provocativo (sobre todo a costa de lo religioso), ese tono de sensualidad (en ocasiones sexual) y esa permanente sensación de cuento, de fábula. Todo en conjunto nos ofrece una visión bastante diferente de las anteriores, a pesar de la influencia de la ya mencionada de Coppola, arriesgada y desinhibida. Vamos como tantas veces es el cine de Besson.

   Interpretación: Segundo capítulo de la sociedad que parecen haber formado Luc Besson con Caleb Landry Jones tras la muy recomendable “Dogman”. Y no me extraña que repita con el actor porque tiene un talento enorme y me parece muy infravalorado. Además, que se toma muy en serio el papel. Todo lo contrario que Christophe Waltz que está genial pero por lo opuesto, por estar desatado. Se nota que se lo está pasando bomba. Por cierto, en pocos meses ha aparecido en las últimas versiones de dos de los monstruos clásicos del cine, “Frankenstein” y “Drácula”. A quien sinceramente no conocía era a Zoe Blue Sidel y madre mía que presencia en pantalla tiene. A quien sí conocía era a Matilda De Angelis si, pero no tan alocada.

   Escenas (SPOILERS!!): Hay varios guiños de la versión de Coppola, pero el más evidente es el peinado de Vlad (Landry Jones) en el castillo. Aparte del enfoque romántico. Y el WTF más divertido es el ejército de gárgolas que tiene Drácula a su servicio. O incongruencias como que en el asalto final al castillo, se sigan tirando cañonazos a pesar de que ya han entrado en él. Pero mis escenas favoritas coinciden con las que habrán revuelto a los más religiosos. El asesinato del cardenal y la pseudo orgía con las monjas, quitándose el hábito de forma totalmente sexualizada y ofreciendo el cuello a Drácula. Por cierto, saqueando la idea a “El perfume” con ese elixir que usa para que las mujeres se vuelvan locas de deseo. Y, por supuesto, la persecución y posterior muerte de Elisabeta.

   LO PEOR: Aunque la versión de Coppola daba una visión mucho más romántica de la historia que cualquiera anterior, se conservaba un marcado tono de terror gótico. Eso aquí no se ve por ninguna parte. A parte de varios ataques vampíricos, el terror está bastante ausente. Y luego hay algunos caprichos de guion un tanto absurdos, como lo de los cañones.

   REFERENCIAS: Ya he mencionado varias veces el “Drácula de Bram Stoker” de Coppola, que sería muy superior a esta. Pero estaría muy por delante del “Drácula” de 1979 o de “Drácula, la leyenda jamás contada”, con Luke Evans.

   CONCLUSIÓN: 7. Una versión muy "made in Besson", que bebe hasta atragantarse de la de Coppola, pero que hace del no tener complejos su principal virtud, logrando así una adaptación tan libre y desvergonzada como divertida.




viernes, 28 de noviembre de 2025

Microcríticas Express: The Witcher T4/Black Rabbit/No vengas a casa

 



   La salida del protagonista de una serie siempre es traumática. Ya me lo pareció la de Andy Whitfield en “Spartacus” y eso que solo estuvo una temporada y lo hizo por una causa desgraciada (fallecimiento). Ya se notó bastante y eso que no tenía ni la popularidad ni el carisma de Henry Cavill. Por tanto, su sustitución por Liam Hemsworth es bastante más abrupta. La presencia en pantalla de uno en comparación con la del otro es sencillamente abismal. Uno parecía que iba a salirse de ella para reventarte la cabeza y otro que en cualquier momento va a ponerse a tocar el arpa. Y si, podemos seguir dándole caña al hermano de Thor pero lo cierto es que pusieran a quien pusieran, el marrón que le tocaba era considerable. Ojo, que le pasa tres cuartas de lo mismo a David Corenswet como nuevo Superman. Además, me da que han elegido a Liam Hemsworth precisamente porque no es que estuviera rechazando papeles a diestro y siniestro, por tanto, iba a decir que si y encima se iba a callar la boca. No como lo que protestaba Cavill. Que ahora se entiende incluso mejor que quisiera bajarse del barco, sobre todo en cuanto a la fidelidad a los libros se refiere. Que toman varios eventos clave de la saga pero prácticamente todo lo que hay entre ellos es inventado. Así que, aunque no me convenzan muchas cosas ya desde la anterior temporada, he seguido adelante casi por cabezonería, porque quiero terminarla y porque me gustan todas las escenas de monstruos. Y resulta, que sea por verla con una expectativas bajas, me ha resultado muy entretenida, esa es la verdad. Funciona mucho mejor como tono de aventuras de grupo casi en plan road movie que como historia grande épica. Tiene muchas y bien rodadas escenas de acción, han compensado el protagonismo inclinándolo más hacia Yennefer (Anya Chalotra) y han hecho un par de buenas incorporaciones (Lawrence Fishburne y Sharlto Copley). Así que ni tan mal. Eso si, la audiencia ha caído a la mitad, menos mal que la quinta temporada ya está rodada y se podrá dar un final. 6’5.


   Me parecía hasta raro que esta miniserie fuera de Netflix. No porque no las tenga buenas. Aunque el porcentaje no sea precisamente alto, la plataforma tiene tal cantidad de producciones que cada año le salen unas cuantas que dan en el clavo, aunque el número de las que no lo hacen sea bastante superior. Pero es que hasta el estilo me pegaba más con lo que suele hacer HBO o AppleTV ahora. Es decir, poner sobre la mesa un reparto de caras conocidas, que perfectamente podría ser el de una película de cierto presupuesto, y además, envolverlas en un guion serio y bien trabajado. Eso es lo que es “Black Rabbit”, la historia de dos hermanos que tanto por separado como juntos, son un desastre, constantemente metidos en dificultades financieras. Encarnados magníficamente por Jude Law y Jason Bateman, que literalmente lo dan todo por sus personajes. De hecho, llama la atención como dos actores de cine se han implicado tanto en una serie. Bateman incluso dirige varios episodios. El tono es de thriller, de hecho, parece una película ofrecida por partes pero que si te las tragas seguidas sería como ver una película de unas siete horas perfectamente fluida. La estructura también es interesante. Inicia con una escena crucial pero que en realidad está casi a la mitad de la historia cronológicamente. Y eso, a su vez, salpicado con flashbacks que cuentan lo justo y necesario para darle un trasfondo a los dos protagonistas, que les dan un poso dramático. Va casi por dos líneas argumentales principales, por un lado las deudas de los personajes principales, y por otro, lo que ocurre en el restaurante de uno de ellos, el Rabbit. Además, en el reparto están muy bien acompañados por nombres como Troy Kotsur (“CODA”), Cleopatra Coleman o Sope Dirisu (“Gangs of London”). 7’5.


   Probablemente sea la primera serie tailandesa que veo. Al menos, no recuerdo otra de esa nacionalidad. Japonesa o coreana, si. Y la pinta que tenía es precisamente la de una historia muy orientada al cine de terror asiático, especialmente venido de Japón. Y si, la premisa es la de una casa de fantasmas. Lo que no me esperaba es que la historia tuviera más que ver con la ciencia ficción que con el terror clásico de esa parte del mundo. Además una ciencia ficción pura, no tanto hacia lo fantástico. Aunque es cierto que no ponen demasiada atención a la parte científica, vamos, que la explicación al fenómeno que se está dando es entre escueta y escasa. Te dicen, está pasando esto y ya está. Porque lo importante es que 
todo el tema de viajes en el tiempo y bucles temporales no es el envoltorio de la trama sino la base de que se cree esa historia. Estoy intentando contar esto esquivando un campo de minas de spoilers. A ver, es precisamente el fenómeno que ocurre en la casa lo que provoca el drama de los personajes que se torna en tragedia de la que es imposible salir, y esa es precisamente la maldición, no una venida de los espíritus. Me ha parecido bastante original ese punto. Se marcan un “Dark” pero donde todo ese juego de bucles si tiene un sentido, no está ahí solo para confundir al espectador. Al contrario, les interesa que este lo entienda todo muy bien para darle un sentido a la historia. No se trata de retorcer y retorcer el guion porque si. Eso si, el ritmo es el típicamente asiático. La verdad es que nunca dejan de estar pasando cosas pero son narradas de forma pausada. Por cierto, el título de la serie, "No vuelvas a casa", se entiende justo al final. Interesante. Y son solo seis episodios. 6’5.

martes, 25 de noviembre de 2025

Escenas Míticas: Musicales - El gran showman

 


   Hay tres aspectos imprescindibles para que una película musical funcione. Puede parecer una perogrullada pero las canciones tienen que enganchar, tienen que sonar bien y quedarse en la cabeza del espectador. Los números musicales deben ser, como poco, vistosos. Y las letras tienen que ayudar a contar la historia. Todo eso es conveniente que funcione para ser un buen musical incluso por encima de su valor puramente cinematográfico. Y aquí lo hace como un reloj.




   Es por lo que, entre otras cosas, la parte musical de “Joker, folie a deux” falla. Porque está impostada, metida con calzador, incluso estorba. Todo lo contrario a “El gran showman”, que se siente un musical desde el minuto uno, de hecho, son sus canciones y sus números musicales lo mejor de la película. Y que sus letras están plenamente integradas en la narración de la historia.



   Es por eso como incluso aunque este género no sea tu favorito o que vayas a ver la película sin saber que pertenece a él, cómo fue mi caso (pensaba que iba a ver una sobre el circo, pero nada más), puedes disfrutar de ella. Una sensación similar a la que me dejó “Moulin Rouge”, la cual fui a ver en contra de mi voluntad y de la que salí encantado, convirtiéndose en una de mis películas musicales favoritas.



   Mención especial para los compositores de las canciones, Benj Pasek y Justin Paul, que venían de hacer lo propio con la de “La la land”, lo que les valió un Oscar. Y casi repiten con esta película, con la canción “This is me”, que incomprensiblemente, no ganó la estatuilla aunque si el Globo de Oro. Canciones para las que los miembros del reparto aportaron sus propias voces, salvo en el caso de Rebecca Ferguson, para “Never enough” que exigía una potencia de voz superior.



   La de la verdadera vocalista, Lorena Allred, que salió del concurso “Got talent” donde deslumbró tanto al jurado como al público. La Ferguson era un personaje secundario donde el protagonista era Hugh Jackman, en el que sería su segundo musical tras “Los miserables”, por el que fue nominado al Oscar. Por cierto, para el personaje de Jenny Lind (Ferguson), optaron Anne Hathaway (que sí sabía cantar), Carey Mulligan y Ellen Page (entonces se llamaba así aún).



   Les acompañaban Zac Efron (quinto musical en el que participaba), Michelle Williams, Keala Settle (la que interpreta la canción nominada, “This is me”) y la que por entonces debutaba en una película, Zendaya. Hoy está en todas las salsas y es una de las actrices más cotizadas, pero en ese momento solo se la conocía como cantante. Por cierto, que lo dio todo en la escena de las acrobacias, realizándolas ella misma sin usar doble.



   Después vendría la exitosa serie “Euphoria” y su participación en las sagas, aún vigentes, de “Spiderman” y “Dune”. Y el año que viene hará lo propio en la última película de Christopher Nolan, “La odisea”. Además, su nombre sale siempre como opción para casi cualquier papel femenino de relevancia. Lo dicho, en todas las salsas, y merecidamente.



   Otro que debutaba era el propio director de la película, Michael Gracey, que hasta el momento sólo había realizado videoclips. Tras esta película solo ha dirigido otra más, también musical, “Better man”, extraño biopic sobre el cantante Robbie Williams. Para “El gran showman”, según sus propias palabras, se inspiró en los musicales clásicos del cine, como “West Side Story”, “Mary Poppins” o “Sonrisas y lágrimas”.


   Aunque inicialmente iba a ser un biopic al uso, sin parte musical, inspirado en la figura de Phineas Taylor Barnan, uno de los pioneros del circo, que de hecho fue confundador del Ringling Brothers and Barnum and Bailey Circus. Y que llegó a ser incluso alcalde de Bridgeport, Connecticut. Aunque la visión que se hace de él es bastante libre, muy idealizada y romantizada, demasiado benevolente con el personaje real.



   Porque Barnum era considerado un embaucador. Y se omite su lado más oscuro. Por ejemplo, la explotación laboral a la que sometía a sus artistas, acompañado de un trato bastante opresor. Incluso llegó a comprar una esclava para poder exhibirla. Pero ya se sabe, la magia del cine sobredimensiona las figuras públicas y elige el tono que más le puede gustar al espectador.


   Y está claro que aquí funcionó, porque aunque las críticas profesionales fueron mixtas, esta mezcla de música de teatro con pop le encantó al público y así lo demostró en la taquilla, haciendo que la película recaudara 420 millones de dólares, habiendo invertido 84 en su producción.

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