miércoles, 3 de diciembre de 2025

Escenas Míticas: Space Operas - Flash Gordon

 


   Volvemos al ciclo de space óperas, y llevamos ya varias ediciones, pues en este mes, en el que posiblemente será el estreno más potente del año, la tercera entrega de la saga de James Cameron, “Avatar, fuego y cenita”, lo que nos da la excusa para volver a tocar títulos de películas de este subgénero que nos trae un tipo de ciencia ficción con un componente dominante del género de aventuras y, a menudo, del fantástico.




   Hay películas que son tan malas que son buenas. Que se acercan tanto al ridículo que son capaces de darle la vuelta al calcetín y convertirse en clásicos o títulos de culto, cómo es claramente este caso. Una película plagada de decorados de cartón piedra, pantallas azules para todas las secuencias aéreas, actores colgados de cables cual jamones y vestuario que parece sacado de la tienda de disfraces más cercana.



   Que se convierten en comedias involuntarias. Aunque no es el caso de esta, que ya su productor, Dino de Laurentiis quiso imponer desde el principio que debía tener un tono de comedia, para disgusto de su guionista, Lorenzo Semple Jr. Claro que no es lo mismo reírse con una película a reírse de ella. Pues entraría a formar parte de un grupo de películas, también space operas, que comparten características parecidas a esta.



   Y que piden a gritos tener un remake. Algunos ya lo han tenido, como es el caso de “Dune”. Otros están en camino o en proyecto futuro, como “Masters del Universo” o “Barbarella”. Sin embargo, esta es la única película de imagen real de Flash Gordon, a pesar de que directores como Matthew Vaughn (“Kinsgman”) o Taika Waititi, mostraran interés es realizar una nueva versión. Qué, por el momento, no ha llegado a concretarse.



   Así que, a día de hoy, esta es la única del personaje creado por Alex Raymond en 1934. Época en la que sí se hicieron varios seriales sobre Flash Gordon y más tarde películas de animación. Recuerdo tener un fragmento de una de ellas en el Cinexin que tenía de niño. Sinceramente, espero que alguien se haga con los derechos y se lo tome más en serio, para marcarse un Villeneuve de este personaje.



   Derechos en los que estuvo interesado y mucho, George Lucas. Sin embargo, fue Dino de Laurentiis quien se adelantó. Frustrado por ello. Lucas creó su propia space opera, la que pasó a ser una de las sagas más importantes de la historia del cine, “Star Wars”. Que “Flash Gordon” hubiera realizado George Lucas, nunca lo sabremos, seguramente mucho mejor. Pero lo que hizo en sustitución le salió de maravilla.



   De hecho, Laurentiis, años después, intentaba aprovechar el tirón del éxito es conseguido precisamente por “La guerra de las galaxias”, “Superman” de Richard Donner, o “Star Trek”. Pero no le salió también la jugada. El productor quería como director a Federico Fellini. Como se negó, tanteó a Sergio Leone, con igual resultado. Nicolas Roeg si aceptó pero su visión distaba bastante de la de Laurentiis para el proyecto, y terminó abandonándolo.



   Contrató a Mike Hodges, que tenía buenas películas, como “Asesino implacable”, “Requiem por los que van a morir", “La maldición de Damien” (secuela de “La profecía”). Aquí estuvo supeditado a lo que decía el productor italiano. Eran conocidos sus enfrentamientos con los directores. David Lynch lo sabe muy bien, precisamente con otra space opera de parecido resultado a esta, “Dune”.



   Para ponerle cara al personaje, Laurentiis quería Kurt Russell, descartando a un Arnold Schwarzenegger que por entonces tenía el acento austriaco tan marcado que en la prueba de casting no se le entendía nada. En la que fue elegido el desconocido Sam J. Jones, cuyo único logro anterior era haber aparecido en la revista “Playgirl”, la equivalente a Playboy pero para público femenino.



   Nadie le conocía antes de la película y nadie se acordó de él después, pues siguió apareciendo en películas de serie B desconocidas. Salvo los organizadores de los Razzies, que se acordaron pero para concederle uno. Sam J. Jones, estuvo constantemente enfrentado a Laurentiis, hasta el punto que llegó a abandonar la película cuando entraba en postproducción, por lo que tuvo que ser doblado en algunos diálogos. 



   Tampoco le fue mucho mejor a su compañera de reparto, Melody Anderson, la que tuvo que pronunciar frases tan absurdas como “Te quiero pero solo tenemos catorce horas para salvar la Tierra”. Pero ojo al resto del reparto, con nombres como Max Von Sydow, Ornella Muti o Timothy Dalton. Las críticas fueron malas y fracasó en taquilla. Costó 20 millones de dólares y recaudó 27, lo que le cerró la puerta la secuela que tenían pensada.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Drácula (2025)

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Dracula.
Dirección: Luc Besson.
País: Francia.
Año: 2025.
Duración: 129 min.
Género: Terror, fantástico.
Interpretación: Caleb Landry Jones, Christoph Waltz, Matilda De Angelis, Zoë Bleu, Haymon Maria Buttinger.
Guion: Luc Besson. Novela: Bram Stoker.
Producción: Virginie Besson-Silla.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Colin Wandersman.
Distribuidora: Leonine Distribution.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: El príncipe Vlad II renuncia a seguir sirviendo a Dios tras la muerte de su amada, por lo que es condenado a la vida eterna. Durante los siguientes siglos se dedica a buscar la reencarnación de su amor perdido . . . hasta que lo encuentra.

   LO MEJOR: Si algo no se puede decir de Luc Besson es que sea precisamente un director contenido. Lo que sí se puede decir es que es atrevido. Así que a quien no le guste su cine habitualmente, más vale que ni lo intente porque la película es muy marca de la casa. Lo cual yo personalmente celebro y ha sido el principal motivo de querer ver la enésima versión de este personaje. Si voy a ver una película de Luc Besson quiero que sea muy Besson. Siendo plenamente consciente de sus pros pero también de sus contras. Aquí hay varios de los segundos, motivo por el cual seguramente la crítica la ha puesto a caer de un burro. Porque si es cierto que tienen varios WTF que bordean el ridículo, pero considero que son ideas tan descabelladas como divertidas. Está claro que no es una película para todo el mundo. No obstante, creo que tiene los suficientes aciertos como para poder disfrutarla. Porque aunque bebe, y mucho, del “Drácula de Bram Stoker” de Francis Ford Coppola (ojo, el cual también en su momento atacaron sin piedad por sus propios “What the fuck”), a la cual se hacen varios más que evidentes guiños, el estilo personal del cineasta galo se termina imponiendo gracias a su particular puesta en escena, su talento visual y sí, su poca vergüenza, su atrevimiento a la hora de incorporar elementos. Como el fantástico (esas criaturillas), su humor provocativo (sobre todo a costa de lo religioso), ese tono de sensualidad (en ocasiones sexual) y esa permanente sensación de cuento, de fábula. Todo en conjunto nos ofrece una visión bastante diferente de las anteriores, a pesar de la influencia de la ya mencionada de Coppola, arriesgada y desinhibida. Vamos como tantas veces es el cine de Besson.

   Interpretación: Segundo capítulo de la sociedad que parecen haber formado Luc Besson con Caleb Landry Jones tras la muy recomendable “Dogman”. Y no me extraña que repita con el actor porque tiene un talento enorme y me parece muy infravalorado. Además, que se toma muy en serio el papel. Todo lo contrario que Christophe Waltz que está genial pero por lo opuesto, por estar desatado. Se nota que se lo está pasando bomba. Por cierto, en pocos meses ha aparecido en las últimas versiones de dos de los monstruos clásicos del cine, “Frankenstein” y “Drácula”. A quien sinceramente no conocía era a Zoe Blue Sidel y madre mía que presencia en pantalla tiene. A quien sí conocía era a Matilda De Angelis si, pero no tan alocada.

   Escenas (SPOILERS!!): Hay varios guiños de la versión de Coppola, pero el más evidente es el peinado de Vlad (Landry Jones) en el castillo. Aparte del enfoque romántico. Y el WTF más divertido es el ejército de gárgolas que tiene Drácula a su servicio. O incongruencias como que en el asalto final al castillo, se sigan tirando cañonazos a pesar de que ya han entrado en él. Pero mis escenas favoritas coinciden con las que habrán revuelto a los más religiosos. El asesinato del cardenal y la pseudo orgía con las monjas, quitándose el hábito de forma totalmente sexualizada y ofreciendo el cuello a Drácula. Por cierto, saqueando la idea a “El perfume” con ese elixir que usa para que las mujeres se vuelvan locas de deseo. Y, por supuesto, la persecución y posterior muerte de Elisabeta.

   LO PEOR: Aunque la versión de Coppola daba una visión mucho más romántica de la historia que cualquiera anterior, se conservaba un marcado tono de terror gótico. Eso aquí no se ve por ninguna parte. A parte de varios ataques vampíricos, el terror está bastante ausente. Y luego hay algunos caprichos de guion un tanto absurdos, como lo de los cañones.

   REFERENCIAS: Ya he mencionado varias veces el “Drácula de Bram Stoker” de Coppola, que sería muy superior a esta. Pero estaría muy por delante del “Drácula” de 1979 o de “Drácula, la leyenda jamás contada”, con Luke Evans.

   CONCLUSIÓN: 7. Una versión muy "made in Besson", que bebe hasta atragantarse de la de Coppola, pero que hace del no tener complejos su principal virtud, logrando así una adaptación tan libre y desvergonzada como divertida.




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