Es
de esas películas que han pasado bastante inadvertidas para la
mayoría del público y que te hacen preguntarte porque si se ha
hablado de otras con mucho menos interés a tenor de los resultados.
Por eso me parece de justicia reivindicarla. Hay que tener en cuenta
que es una película modesta y que cuenta con pocos medios. Ni falta
que le hacen porque su mayor virtud está en el guion, que más allá
de caer en alguna que otra situación forzada, sabe explotar las
armas que tiene. Desarrollada principalmente en el interior de una
casa, muy peculiar, por cierto, a la que le saca bastante
rendimiento. Todo gira en torno a un crimen y a descubrir que pasó
en realidad. Pero el género se decanta claramente hacia el terror,
aunque el enfoque tonal esté más cerca de lo psicológico. Cocinada
a fuego lento y con muy pocos personajes, mantiene el interés hasta
el final sin problemas y tiene un par de giros sorprendentes. No obstante, el mayor atractivo está en el descubrimiento de lo que
ocurrió en ese crimen y en las consecuencias que puede desencadenar.
En la narración, hace un buen uso del flashback, un recurso que se
si se abusa de él tanto en reiteración como en extensión, me suele
hasta molestar. Aquí no pasa eso porque los flashbacks te cuentan lo
que te tienen que contar y de la forma más concisa posible. Atención
a la interpretación de una genial Carolyn Bracken (no, tampoco la
había visto antes) interpretando los papeles de dos hermanas, y a cierto muñeco que acompaña a una de ellas, que te pone de los
nervios. Es para darle un oportunidad. 7.
No
te sueltes, no te muevas, no respires, no contestes el teléfono, no abras la puerta, madre mía, no se va poder hacer nada. En fin, de
entrada, una nueva película de Alexandre Ajá siempre me va a
interesar. Es un director con un gran talento en la puesta en escena
a la hora de abordar secuencias de suspense, especialmente en el
ámbito del terror y sucedáneos, con una efectiva capacidad de
generar tensión. No se le da tan bien narrar, sobre todo, como en
este caso, cuando se mete a jugar a ser Night Shyamalan. Y no es la
primera vez que le pasa esto. No obstante, temáticamente si es muy
interesante la película, en cuanto a ese tira y afloja, nunca mejor
dicho, entre la posibilidad de la explicación psicológica o la
sobrenatural, si la familia es víctima de la locura, y su posterior
herencia, o de una maldición. Tengo que decir que he tenido claro
todo el tiempo lo que realmente estaba pasando. Por mucho que se
esfuerce Ajá en que te tires toda la película cambiando de parecer.
De hecho, parece más pendiente de confundir al espectador a toda
costa que de contar la historia. Algo que se va a mantener hasta el
final. Y aviso que este es bastante ambiguo, de nuevo, forzadamente,
casi de forma tramposa. Ahora bien, esto no exime de que el director
francés no nos proporcione buenas escenas muy tensas, utilizando de
maravilla el escenario natural del bosque. Y tiene algunos aspectos
curiosos, como utilizar la cuerda como metáfora de la cordura. Halle
Berry soporta la película sobre sus hombros aunque no sea
precisamente la protagonista principal. Así que, no está mal, pero
no es el mejor título de Ajá, precisamente porque no es Shyamalan.
6.