
Aunque inicialmente se había pensado
en que apareciera en “Superman III” por primera vez, se decidió
reservarla para que tuviera su propia película y fuera presentada en
solitario, haciendo una inversión muy cercana a la de las anteriores
películas de “Superman”, con un presupuesto de 35 millones de
dólares. Sin embargo, el resultado fue el de un fracaso absoluto.
Porque
aparte de que la crítica la despedazó, y casi diría que con razón,
económicamente fue un auténtico descalabro, recaudando tan solo 14
millones. No obstante, con los años se ha convertido en una película
a la que se le tiene cariño, casi hasta el calificativo de título
de culto. Incluso, personalmente, al volver a verla ahora, me ha
parecido bastante más divertida de lo que recordaba.
También
hay que decir que la película fue estrenada varios días antes que
en Estados Unidos, en Asia, por lo que fue una de las primeras
víctimas del pirateo. Cuando llegó al Norteamérica, literalmente
ya la había visto todo el mundo, y la calidad de la película no
invitaba a repetir en una sala de cine.
Aun
así, tiene el mérito de ser la primera película sobre una
superheroína. Lo que por otra parte contribuyó a la creencia de que
había una maldición sobre las películas posteriores basadas en
superheroínas de cómic, con ejemplos como “Barb Wire”,
“Catwoman” o “Electra”. Maldición que rompió “Wonder
Woman”. Simplemente las otras películas eran malas, nada más.
Tampoco
ayudó poner en la dirección a Jeannot Szwarc, que aunque
personalmente considero que hizo un muy digno trabajo en “Tiburón
2”, es cierto que procedía del mundo de la televisión, donde ha
seguido su carrera después, y que no tenía el talento de Richard
Donner, por supuesto, ni tan siquiera el de Richard Lester.
Tampoco
se contó con el gancho de la posible participación de Christopher
Reeve, quien se negó, muy decepcionado con el resultado de “Superman
III”. Por lo que la idea de que Supergirl apareciera para salvar a
Superman y sirviera como presentación se fue al traste. Es que ni
siquiera hace un cameo. Y la explicación que se hace para su no
aparición es bastante ridícula.
Para
la elección de Supergirl se consideraron los nombres de unas
jovencísimas Demi Moore (me habría encantado verla), Brooke Shields
y Melanie Griffith. Pero el papel fue para la desconocida Helen
Slater que, de hecho, debutaba en el cine con esta película.
Sinceramente no ha hecho nada demasiado reseñable posteriormente,
incluso es posible que el resultado de esta película perjudicara su
posterior progresión.
No
obstante, Helen Slater es muy recordada, y aún hoy, muchos fans
defienden que sigue siendo la auténtica Supergirl. Incluso,
posteriormente ha seguido haciendo apariciones en el mundo de
Superman, a modo de reclamo nostálgico. Cómo haciendo de madre
biológica de Superman en la serie “Smallville”. O de madre
adoptiva de la serie “Supergirl”, que tuvo hasta seis
temporadas y 126 episodios.
Otras
apariciones de Supergirl, a parte de la serie protagonizada por
Melissa Benoist, son la de Sasha Calle en la película “The
Flash” (por cierto, hubiera estado bien seguir viéndola en el
papel pero el nuevo universo de DC de James Gunn rompió con eso) y
precisamente la nueva “Supergirl” elegida para Gunn, Milly
Alcock, dirigida por Craig Gillespie, que se estrenará el año que
viene.
Pero
sigamos con el reparto de “Supergirl” de 1984. Ojo a los
nombres que acompañaban a Helen Slater. La villana, Selena (que no
tiene base en los cómics), la interpretada nada menos que Faye
Dunaway (fueron consideradas Jane Fonda, Dolly Parton y Goldie Hawn).
También había nombres como Peter O’Toole o Mia Farrow. Demi Moore
consiguió el papel de Lucy Lane (hermana de Lois) pero finalmente lo
dejó para hacer la película “Lío en Río”.
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