Este mes se estrena “F1”, precisamente de un director de la cuerda de Tom Cruise, Joseph Kosinski, con el que ha trabajado en dos ocasiones y probablemente lo vuelva a hacer, si finalmente se lleva a cabo ese “Top Gun 3”, pero esta vez el director lo hará con Brad Pitt, y en una película, como su título indica, sobre la Fórmula 1. Lo cual nos sirve para ampliar el ciclo de películas sobre coches, o más general, sobre la velocidad.
Porque películas sobre carreras de coches hay muchas pero concretamente sobre la Nascar no demasiadas y me atrevería a afirmar que esta es la más conocida. Para la cual se volvieron a reunir los mismos ingredientes que tuvieron éxito en “Top Gun”, es decir, la dirección de Tony Scott, el protagonismo de Tom Cruise, bajo la producción de Don Simpson y y Jerry Bruckheimer.
De hecho, los paralelismos argumentales con “Top Gun” son más que evidentes, estructuralmente es una película idéntica a aquella. Se podría decir que es la misma solo que sustituyendo los aviones por los coches de carreras. Para ello se inspiraron, que no basaron, en las hazañas de dos pilotos reales, Tim Richmond y Geoff Bodin. Y se tomaron diversas referencias y hechos reales ocurridos en la Nascar para incorporarlos a la historia.
Y si, Tony Scott volvió a trabajar con Tom Cruise, que tras “Top Gun” había hecho dos películas con éxito variable, como “Superdetective en Hollywood 2”(para mí la mejor de la saga) y “Revenge”. Y después de “Días de trueno”, firmaría tres de mis películas favoritas de su filmografía, “El último boyscout”, “Amor a quemarropa” y “Marea roja”.
No pierdo oportunidad de reivindicar a Tony Scott porque aunque no tenga la calidad de su hermano Ridley, muy rara vez ha hecho una película que no me haya parecido muy entretenida. Y eso en el cine es primordial. Porque el cine debe de ser principalmente un entretenimiento y no todo el mundo lo consigue. Porque hay una gran diferencia entre entretener y distraer.
Por su parte, Tom Cruise venía de ser bastante alabado por dos películas muy diferentes a esta y a “Top Gun” que eran “Rain man” y “Nacido el 4 de julio”, por la que obtuvo su primera nominación al Oscar. No sería la última aunque de momento la estatuilla se le ha resistido, lo que, por otra parte, no parece preocuparle demasiado.
En el reparto le acompañaban nada menos que Robert Duvall, Randy Quaid, Michael Rooker, Cary Elwes, Jon C. Reilly y Nicole Kidman, con la cual Cruise quedó impresionado tras verla en “Calma total”. Y ya lo creo que debió de impresionarle, pues en el rodaje tuvieron un idilio, estando él en una relación con Mimi Rogers, de la cual se separó para casarse con la Kidman pocos meses después del estreno de la película.
Un Tom Cruise que por aquel entonces ya se empeñaba en realizar sus escenas de riesgo. De hecho, la idea de la película surgió cuando hizo una prueba con un coche de carreras, en la que también participó Paul Newman, por cierto, y logró alcanzar las 180 millas por hora, es decir, casi los 300 kilómetros por hora. Sin embargo, en la película no le dejaron conducir en las escenas más peligrosas a causa del seguro, que se lo prohibía.
Un rodaje en el que llegaron a destrozar hasta 35 coches. Por cierto, el año pasado, se encontraron dos de los que quedaron sanos abandonados, en una estado lamentable. No obstante, se tomaron muchas imágenes de la carrera de las 500 millas de Daytona celebrada en 1990.
Aunque el veterano piloto de Nascar, Richard Petty se burló de la fidelidad de la película a su deporte, y las críticas cinematográficas fueron tibias tirando a malas, la taquilla fue razonablemente bien. Costó 60 millones de dólares y recaudó 157 en cines. Posteriormente se lanzó un videojuego basado en la película, en todas las plataformas. Ahora se especula con que el propio Tom Cruise tiene intención de realizar una secuela.
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