FICHA
TÉCNICA
Título:
Cure.
Dirección:
Kiyoshi
Kurosawa.
País:
Japón.
Año:
1997.
Duración:
111
min.
Género:
Thriller,
intriga,
terror
Interpretación:
Koji
Yakusho, Masato Hagiwara, Tsuyoshi Ujiki, Anna Nakagawa, Yoriko
Douguchi, Yukijiro Hotaru, Denden.
Guion:
Kiyoshi
Kurosawa.
Producción:
Junyuki
Shimoba, Tsutomu Tsuchikawa.
Música:
Gary
Ashiya.
Fotografía:
Tokusho
Kikumura.
CRÍTICA
SINOPSIS: Se
están produciendo una serie de extraños asesinatos conectados entre
si porque las víctimas aparecen con la misma marca identificativa.
Sin embargo, son cometidos por personas diferentes y aparentemente
normales.
LO MEJOR: Casi
se la podría considerar una retrocrítica porque la película tiene
ya casi treinta años, pero como no creo que la conozca mucha gente,
de hecho yo la he descubierto por casualidad tras una recomendación
mencionada en un vídeo de YouTube, y me ha parecido tan interesante, pues vamos a hablar un poco de ella. Comienza como un thriller
policíaco de asesinatos, el típico psicokiller, pero a medida que
va avanzando se va adentrando cada vez más en el terror. No es que
sea una película que llegue a dar miedo pero sí que crea bastante
inquietud y que, incluso, puede ser perturbadora. Esto se produce
gracias a su premisa que, sin hacer spoilers, consiste en que el
asesino es siempre uno diferente y además puede ser cualquiera. Y
hasta ahí puedo leer. Eso provoca que literalmente en cualquier
momento pueda, y sin previo aviso, cometerse un asesinato en
pantalla. Unos crímenes efectuados de forma seca y anticlimática, y
con una intencionada puesta en escena fría, lo que se traduce en
sórdido. Esa incertidumbre de cuándo y quién va a cometer esos
ataques hace que el espectador deba estar muy atento a los detalles,
que son muy sutiles. Además, teniendo en cuenta que hay mucha
simbología y sentido metafórico. Porque más allá de que juegue
constantemente con la posibilidad de la explicación sobrenatural,
quiere dar un mensaje, nos habla del mal implícito en la sociedad,
especialmente en este tercer acto, tremendamente oscuro y malrollero.
Es de esas películas que te dejan pensando y que aceptan
perfectamente un segundo visionado.
Interpretación: Ojo
porque casi tres décadas después, varios de los integrantes de sus
reparto siguen trabajando en cosas interesantes actuales como Yoriko
Douguchi en la serie “Shogun” o Masato Hagiwara en la de “Tokio
Vice”. Pero es que su protagonista, Koji Yakusho, ha participado en
películas como “Babel”, “Memorias de una geisha”, “13
asesinos” o la muy reciente y reconocida “Perfect days”.
Escenas (SPOILERS!!): Vamos
a contestar a los principales interrogantes. ¿Por qué se producen los
asesinatos y cómo? La explicación es efectivamente sobrenatural. A
través de un método de culto antiguo Mamiya induce a varias
personas con las que tiene contacto, con una especie de hipnosis, a
matar a alguien cercano a ellos. Con ello se pretende demostrar el
mal que reside en cada uno de ellos y una especie de limpieza de él.
¿Qué le ocurre a su esposa y cómo termina? Es posible que ya
tuviera contacto con Mamiya antes e incluso fuera canalizadora de
ese culto, pues tiene los mismos efectos secundarios que él, es
decir, amnesia y comportamiento disociado. Luego parece que ha
muerto. ¿Qué pasa en la última escena? Pues parece que Mayima,
antes de morir, le ha pasado su poder e influencia al inspector y
este ha provocado que la camarera se disponga a matar a alguien, pues
coge un cuchillo. La maldición continúa.
LO PEOR: En
estas condiciones casi solo decir que no es una película para todo
el mundo ni mucho menos. Además, su permanente ritmo pausado a
muchos les parecerá excesivamente lento, aunque lo cierto es que
siempre están pasando cosas.
REFERENCIAS: Su
director, Kiyoshi Kurosawa, realizó la inquietante “Kairo” (que
tuvo un remake, “Pulse”). Pero la película va más por el camino
de “Seven”o “Memories of murder”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Muy extraño y tremendamente oscuro thriller japonés de asesinatos en serie, que mezcla el género policiaco con un retorcido sentido del terror en el que se convirtió claramente en un título de culto.
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