La
saga de novelas policiacas de Jussi Adler-Olsen de la serie
“Departamento Q” ya habían sido adaptadas pero en forma de
películas y, al menos en las primeras, con buenos resultados. De
hecho, el caso que se trata aquí correspondería a la que llegó con
el título “Misericordia”. Al desarrollarse esta vez en formato
de serie desde luego que es mucho más completa la historia. Aunque
al tener mucha más información, la trama es bastante más
complicada de seguir pero también más interesante. Además que se
mezcla con otra que no se había visto en las películas y que parece
que va a ser la que se continúe más adelante, porque supongo que
harán más temporadas, cada una de ellas dedicada a uno de esos
casos. En películas se adaptaron hasta seis novelas pero la saga
literaria tiene diez, así que tienen material suficiente si la
audiencia acompaña. Debería porque la serie tiene muy buen nivel,
se nota que es una producción británica esta vez, aunque el texto
original sea danés. También que uno de sus creadores, que también
dirige y guioniza la serie, Scott Frank, fue el responsable de dos
buenísimas miniseries, como “Godless” y “Gambito de dama”.
Sinceramente me gustaría que continuara porque tiene un muy curioso
casting, encabezado por un sorprendente Matthew Goode, que está
magnífico. Me encanta el grupo de personajes que conforman ese
Departamento Q al final, estaría muy bien seguir viéndoles. 7.
Sinceramente
me daba pereza ponerme con la segunda porque es de las series que
tenía bastante claro que con una temporada era más que suficiente.
Desde luego no debieron pensar lo mismo, pues no solo hicieron otra
más sino que también una tercera (aunque es más la segunda parte
de la segunda temporada que otra cosa). No obstante, es cierto si han
ofrecido, al menos, una vuelta de tuerca. No solo porque se hayan
cambiado las pruebas y estas sean incluso más violentas y haya un
mayor despliegue de sangre y crueldad. Sino porque el enfoque es más
profundo y hay variantes argumentales respecto a lo mostrado en su
primera entrega. Y, sorprendentemente, no ha perdido ni un ápice de
su capacidad adictiva, y eso a pesar que hay muchos elementos del
guion que chirrían tanto que, en ocasiones, amenazan con sacarte de
la historia. Porque, yo lo siento pero, todo lo relativo a cierto
bebé no se lo puede creer nadie, y toda la trama del policía se
confirma lo que ya apuntaba desde el principio, que no sirve
absolutamente para nada. Además, muchas veces resulta reiterativa
(no era necesario que nos mostraran todas las votaciones y encima al
completo). Bueno, pues con todos esos pecados, sigue teniendo el
talento de crear personajes con los que te es fácil empatizar, tal
vez porque están basados en personas normales, como nosotros. Me
decía un conocido que ha viajado muchas veces a Corea, que es cierto
que existe mucho el problema de las deudas y esa desesperación por
jugársela a lo que sea. Así que si es una buena representación de
su sociedad, que viene a mostrar hasta donde puede llegar la miseria
humana. Ahora resulta que lejos de terminar, va a seguir en forma de
spin off americano. Veremos. 7.
Es
de esos productos que de no tener un protagonista de cierto estatus,
habría pasado más bien desapercibida. No porque no tenga nivel,
está bien hecha, la narración es firme y la trama es interesante.
Pero no absorbente, sobre todo porque es un thriller plagado de
tópicos, utilizando la tan manida investigación de un crimen en un
lugar un poco al margen de todo, con el personaje principal intenta
resolverla mientras lidia con sus propios demonios. Y para ya poner
cruces en todas las casillas también se cumple lo de la pareja de
inspectores en la que uno es un veterano no muy agradable y otro es
novato y tiene que aguantarlo hasta que se van haciendo amigos. Todo
eso os suena evidentemente. No obstante, como decía, uno de sus
principales atractivos es tener a Eric Bana, un actor muy claramente
infraexplotado, que hubo un tiempo en el que parecía que sería uno
de los grandes actores de la industria, sobre todo tras “Munich”
y “Troya”, pero que después, no se sabe porque, se desvaneció.
Pues aquí está en plena forma y además está acompañado de Sam
Neill y Lily Santiago. El otro atractivo es el propio escenario
natural del Parque Nacional de Yosemite, que es un poco lo que se
sale de la norma. A pesar de ser ciertamente previsible, por mucho
que intente confundir al espectador en cuanto a la resolución del
caso, resulta moderadamente entretenida y no le ha debido de ir mal
porque la ha renovado por un segunda temporada aunque quedara
plenamente cerrada. Pero si hacen otra, es muy posible que la vea.
6’5.
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