Sin novedad en el frente
FICHA
TÉCNICA
Título:
Sin
novedad en el frente.
Dirección:
Edward
Berger.
País:
Alemania.
Año:
2022.
Duración:
147
min.
Género:
Bélico,
drama.
Interpretación:
Felix
Kammerer, Albrecht Schuch, Aaron Hilmer, Moritz Klaus, Edin
Hasanovic, Daniel Brühl, Sebastian Hülk, Adrian Grünewald, Devid
Striesow, Thibault de Montalembert, Anton von Lucke, André Marcon,
Michael Wittenborn, Andreas Döhler, Joe Weintraub, Luc Feit, Peter
Sikorski, Michael Stange, Tobias Langhoff, Dominikus Weileder,
Alexander Schuster.
Guion:
Lesley
Paterson, Ian Stokell, Edward Berger. Novela: Erich Maria Remarque.
Producción:
Malte
Grunert, Daniel Dreifuss, Edward Berger, Thorsten Schumacher, Lesley
Paterson, Ian Stokell.
Música:
Volker
Bertelmann.
Fotografía:
James
Friend.
Distribuidora:
Netflix.
CRÍTICA
SINOPSIS: Un
joven soldado alemán es enviado al primera línea durante la Primera
Guerra Mundial. Pero cuando llega a las trincheras, las cosas son muy
diferentes de como se las habían vendido.
LO MEJOR: ¿Por
qué la Primera Guerra Mundial es mucho menos cinematográfica que la
Segunda? Pues probablemente por lo que expone esta película, porque
fue una guerra primordialmente de trincheras en la que los dos bandos
prácticamente no avanzaban, donde a diario morían miles de soldados
y tan solo movían un puñado de metros sus avances, unas veces hacia
adelante y otras hacia atrás, como quien ajusta el dial de la radio
para encontrar una emisora. Probablemente fue la guerra más
sangrienta de la historia. Por ello es esta película especialmente
dura. Pero no desde lo explícito, que también lo hay, sino por su
tremendo realismo, crudo hasta la médula, donde no hay nada
gratuito, ningún adorno estético (aunque sí se aprecia mucho
talento tras la cámara por parte de Edward Berger) ni melodramático.
Porque no hay concesiones al optimismo ni acciones heroicas que le
permitan al espectador venirse arriba. Junto a una excelente
ambientación de esas trincheras, donde podemos percibir el barro y
la lluvia como si lo estuviéramos sintiendo en nuestros huesos, dan
como resultado un perfecto retrato del terror de la guerra. Más
acentuado, si cabe, cuando vemos como los soldados son usados como
figuras de ajedrez de un tablero, pero como peones sacrificables y
sin valor como vidas humanas.
Interpretación: Aunque
tenemos el nombre de un actor más conocido para el público, como es
Daniel Bruhl y éste tenga un papel de cierta relevancia en la trama,
el protagonismo le corresponde a otro más desconocido, como es Félix
Kammerer, que realiza un gran trabajo desde la sobriedad. Tiene
momentos en su expresión, en su mirada, en cierta fase de la
historia que resultan desgarradores.
Escenas (SPOILERS!!): Que
no tenga adornos estéticos no significa que no tenga argumentos puramente
cinematográficos con la cámara, como puede verse en las
espectaculares escenas de batalla, pero más desde el realismo.
Varias rodadas en plano secuencia, pero no como exhibición virtuosa
visual sino para que la escena nos sea más inmersiva en su horror.
También tiene momentos simbólicos, como cuando el protagonista
encuentra en el suelo las gafas de su amigo, lo que es señal de
que ha muerto el primer día de llegar. O cuando van a robar los
huevos al final. Nosotros ya intuimos que eso no va a acabar bien,
pero no de esa manera. La escena más doliente es cuando el general,
a pesar de haber firmado ya el armisticio, y quedan unos minutos para
que entre en vigor, les manda volver a atacar, le manda a morir, y
eso se ve en las caras de los soldados, lo que confirmamos en la
batalla final.
LO PEOR: No
es un factor negativo en sí de la película pero sí conviene avisar
que no es para espectadores sensibles, ni un espectáculo agradable
para los más curtidos. Ni tampoco conviene verla con un estado de
ánimo bajo. Hay que verla porque es buena pero sabiendo lo que vas a
ver.
REFERENCIAS: Es
mejor que “Stalingrado”, con la que se podría comparar en el
tono. Y está a la altura de “1917”, de Sam Mendes. Porque aún
con temáticas similares, “Salvar al soldado Ryan” o “La
delgada línea roja” juegan en otra liga.
CONCLUSIÓN: 8. En tiempos en los que ciertos políticos deciden que otros deben ir a la guerra, esta película manda un desgarrador, realista y antibelicista mensaje a quienes piensan que las vidas de los soldados no valen nada.
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