martes, 23 de abril de 2013

Escenas Míticas: Épicas - Braveheart


 
 
   Fue la triunfadora de los oscars de su edición correspondiente con cinco estatuillas. Era la segunda película de Mel Gibson como director pero ya confirmaba un estilo personal y una narración muy potente, bien dotado para películas de gran envergadura ("Apocalipto", "La pasión de Cristo"). Acompañada de otra gran banda sonora (esta vez compuesta por James Horner) nos brinda grandiosas batallas, como veremos.
 

 
 
   Ese estilo personal se retrata bastante en este tramo en el que una joven recien casada evita la casi segura muerte de su esposo cuando el señor feudal de turno viene a reclamar su derecho de pernada. La escena está llevada con gran sensibilidad. 
 
 
 
   Tras la muerte su amada, con la que se había casado en secreto (precisamente para evitar que el señor feudal viniera a tocarles las narices), Wallace vuelve para cobrarse su venganza. Fijáos en el tratamiento con la cámara lenta y el sonido. Muy buena secuencia.
 
 
 
   El discurso que le da a las tropas escocesas William Wallace para convencerles de que luchen con él es de lo más recordado de la película. Es una escena imprescindible que había que incluir. Por cierto, vaya si les convence.

 
 
 
   Y ésta es la primera gran batalla. Decir que todavía no terciaba el rellenar la pantalla de soldados recreados digitalmente. No, son extras como se había hecho toda la vida. La carga de la caballería inglesa es impresionante y la respuesta de los escoceses no lo es menos. Como véis, no se escatimó en sangre.
 
 
 
   Como ya sabréis, Wallace fue traicionado por los nobles escoceses y supuso una gran derrota en Falkirk. Rabioso, ante la retirada del rey inglés, decide cargar en solitario hacia él. Es cuando se da cuenta que uno de los que le han traicionado es Robert Bruce, en el que más confianza tenía depositada. Por ello, Wallace queda desolado.
 


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